Desde el punto de vista práctico y real, conducir un descapotable sólo supone inconvenientes. Independientemente de cómo se refuerza el chasis para contrarrestar la ausencia de techo, sin él existe el riesgo de que algo de agua pueda entrar en el habitáculo cuando llueva o cuando esté en un túnel de lavado (incluso llevando el techo sin plegar).
Tampoco nos podemos olvidar del ruido del viento y de las turbulencias aerodinámicas que los amantes de la conducción tranquila tanto odian. Estos 'pequeños inconvenientes sonoros' compiten con el atronador ruido del motor de cuatro cilindros 1.75 del Alfa 4C Spider. Y es que el cabrio italiano es así, es un coche auténtico, pura pasión y adrenalina que realmente pueden disfrutar los amantes de la conducción. Los aburridos y los ciudadanos políticamente correctos, por favor, absteneos y dejad de leer lo que viene a continuación...
Techo plegado: la música suena...
Incluso en la presentación de la versión Coupé del Alfa 4C un año y medio atrás, nos preguntamos cómo las autoridades reguladoras pudieron haber homologado el resonador de escape opcional. En la versión Spider, el sonido es aún más dramático y atronador, ya que al plegar el techo no disponemos de material aislante e insonorizante (si llevamos el techo puesto, el nivel de excitación sonora baja muy ligeramente). El motor turbo de cuatro cilindros enseguida silba, gruñe, resopla, brama... a cada golpe de gas. El concierto de rock&roll duro se hace aún más radical con cada cambio de marcha.
Hoy en día, es difícil encontrar en el panorama automovilístico un motor de cuatro cilindros con un sonido tan vibrante como el del Alfa 4C. Y es que a sus mandos parece que lleva un corazón mecánico 'más gordo', de más cilindrada, con un característico sonido a metal y hierro que acelerará tu pulso. Pero todo este torbellino de emociones alcanzará el auténtico éxtasis a finales de 2015, cuando Alfa Romeo tiene previsto ofrecer un sistema de escape aún más bestia y radical, firmado por el especialista Akrapovic.
La 'C' no es sinónimo de confort
A los pocos minutos de empezar a conducir y disfrutar el 4C Spider, tu nivel de adrenalina sube de forma vertiginosa. Tus músculos se tensan, tu temperatura corporal aumenta sus grados, tu corazón late demasiado deprisa... Después de unas cuantas curvas, aceleraciones y frenadas, el 4C Spider se apodera de tu personalidad.
Los ecologistas y los amantes del método de vida feng shui odiarán al 4C Spider por su 'contaminación' acústica y porque perturba la más absoluta tranquilidad. A 150 km/h, el motor y el viento disparan sus balas como dos ametralladoras descontroladas. Aunque bajes la velocidad a 100 km/h, el nivel de decibelios continúa siendo demasiado alto, una sensación similar y que sólo pueden sentir aquellos que de forma regular asistan a un concierto de heavy metal y sin tapones en los oídos.
Sin embargo, el 4C Spider es especial no sólo por la continúa estimulación de tus sentidos, sino también, porque hace que conectes de forma muy estrecha y personal con el coche, por su dirección, por su cambio... un fenómeno prácticamente en peligro de extinción en los coches modernos que casi conducen por ti. Y es que el 4C Spider es un deportivo sin concesiones, tremendamente rápido, ágil y en muchas ocasiones, hasta delicado de conducir que exige mucha pericia a sus mandos. Por ligereza y nerviosismo, sólo con los Lotus puedes experimentar algo similar.
Además del motor, la otra gran piedra angular del Alfa 4C Spider es su chasis monocasco de plástico reforzado con fibra de carbono. Este tipo de material y su ensamblaje están limitando mucho la producción, que por el momento no está alcanzado el objetivo inicial marcado de 3.500 unidades al año. Sirva como ejemplo que del 4C Coupé y desde marzo de 2013, de las 2.700 peticiones de compra sólo se han podido entregar 1.400 unidades.
Poco más de 1.000 kg
Sobre superficies irregulares, salen a relucir las evidentes ventajas del chasis de fibra de carbono. Este caro tipo de plástico reforzado es la única manera de mantener estable la estructura. Tanto esfuerzo tiene su recompensa y Alfa consigue declarar un peso en vacío (sin líquidos) de menos de 1.000 kg, por lo que en realidad esta joya de la ingeniería supera por poco la tonelada.
En términos comparativos, sobre la carretera el 4C Spider pesa unos 45 kg más que la versión Coupé. Ocho de esos kilogramos son el resultado de los diversos materiales y técnicas para reforzar el chasis, mientras que otro kilogramo adicional lo añade la jaula antivuelco. El sistema de climatización automática -de serie en el 4C Spider- aporta 15 kg extra. Los faros bixenón que no tiene el Coupé pesan seis kg y finalmente el techo de material textil arroja frente a la báscula otros siete kg más.