El Alfa MiTo representa un nuevo enfoque de la magia de la marca italiana, que atraía especialmente a los aficionados más jóvenes durante los años 60 a 80 con modelos como el Junior y el Sprint. Ahora el Mi.To pretende resucitar esa atracción especial a través de aspectos como el diseño, la seguridad y las prestaciones. Desde la versión de acceso a la gama, denominada Progression, el Mi.To incluye un completo equipamiento, con elementos como el aire acondicionado, los reposacabezas activos, el airbag para las rodillas del conductor, los pretensores en los cinturones de seguridad delanteros y el sistema de control de estabilidad denominado VDC (Vehicle Dynamic Control), que permite elegir un programa específico para suelo mojado.
Estrena la dirección activa DST (Dynamic Steering Torque), que ayuda a mantener la direccionalidad del coche en una frenada sobre suelo húmedo de adherencia desigual, induciendo un leve contravolante antes de que la detención descoloque la zaga del coche, sistema visto en modelos como el Peugeot 207 RC, Toyota Prius o Seat León. Incluye el sistema de control de tracción Q2 electrónico, un dispositivo de funcionamiento más rápido, que actúa sólo sobre los frenos y no sobre la gestión del motor.
Para lograr el efecto de una barra estabilizadora, pero sin endurecer el confort de suspensión, se han incorporado en el tren trasero amortiguadores con un muelle interno que trabaja en extensión para limitar el balanceo de la carrocería. Aunque el tren trasero deriva del Grande Punto, las vías son más anchas y resulta bastante más firme. La seguridad es el primer requerimiento del MiTo, pero no se queda atrás la diversión al volante. Puesto de conducción bajito, dirección rápida, cambio preciso y motores brillantes. Es cierto que algunos detalles deberían mejorar, como la palanca del cambio, algo larga, aunque permite inserciones precisas y suaves.
La dirección requiere un periodo de adaptación por su inmediata respuesta y ausencia de holgura en el punto central. Incluso se vuelve más rápida con el DNA en posición Dynamic, donde la respuesta al acelerador es más rápida, el control de estabilidad más permisivo, y el par motor superior. En cuanto al acabado, está bien en general, pero el interior no destaca por su amplitud. Las plazas delanteras tienen buena altura, pero son estrechas. Detrás es un dos plazas, aunque también se ofrece configurado para tres ocupantes. Respecto al maletero, al que se accede presionando el escudo del portón, está bien de tamaño, con 270 litros oficiales, gracias, en parte, a la rueda de repuesto de emergencia. El Alfa MiTo representa un nuevo enfoque de la magia de la marca italiana, que atraía especialmente a los aficionados más jóvenes durante los años 60 a 80 con modelos como el Junior y el Sprint. Ahora el Mi.To pretende resucitar esa atracción especial a través de aspectos como el diseño, la seguridad y las prestaciones. Desde la versión de acceso a la gama, denominada Progression, el Mi.To incluye un completo equipamiento, con elementos como el aire acondicionado, los reposacabezas activos, el airbag para las rodillas del conductor, los pretensores en los cinturones de seguridad delanteros y el sistema de control de estabilidad denominado VDC (Vehicle Dynamic Control), que permite elegir un programa específico para suelo mojado.
Estrena la dirección activa DST (Dynamic Steering Torque), que ayuda a mantener la direccionalidad del coche en una frenada sobre suelo húmedo de adherencia desigual, induciendo un leve contravolante antes de que la detención descoloque la zaga del coche, sistema visto en modelos como el Peugeot 207 RC, Toyota Prius o Seat León. Incluye el sistema de control de tracción Q2 electrónico, un dispositivo de funcionamiento más rápido, que actúa sólo sobre los frenos y no sobre la gestión del motor.
Para lograr el efecto de una barra estabilizadora, pero sin endurecer el confort de suspensión, se han incorporado en el tren trasero amortiguadores con un muelle interno que trabaja en extensión para limitar el balanceo de la carrocería. Aunque el tren trasero deriva del Grande Punto, las vías son más anchas y resulta bastante más firme. La seguridad es el primer requerimiento del MiTo, pero no se queda atrás la diversión al volante. Puesto de conducción bajito, dirección rápida, cambio preciso y motores brillantes. Es cierto que algunos detalles deberían mejorar, como la palanca del cambio, algo larga, aunque permite inserciones precisas y suaves.
La dirección requiere un periodo de adaptación por su inmediata respuesta y ausencia de holgura en el punto central. Incluso se vuelve más rápida con el DNA en posición Dynamic, donde la respuesta al acelerador es más rápida, el control de estabilidad más permisivo, y el par motor superior. En cuanto al acabado, está bien en general, pero el interior no destaca por su amplitud. Las plazas delanteras tienen buena altura, pero son estrechas. Detrás es un dos plazas, aunque también se ofrece configurado para tres ocupantes. Respecto al maletero, al que se accede presionando el escudo del portón, está bien de tamaño, con 270 litros oficiales, gracias, en parte, a la rueda de repuesto de emergencia. El Alfa MiTo representa un nuevo enfoque de la magia de la marca italiana, que atraía especialmente a los aficionados más jóvenes durante los años 60 a 80 con modelos como el Junior y el Sprint. Ahora el Mi.To pretende resucitar esa atracción especial a través de aspectos como el diseño, la seguridad y las prestaciones. Desde la versión de acceso a la gama, denominada Progression, el Mi.To incluye un completo equipamiento, con elementos como el aire acondicionado, los reposacabezas activos, el airbag para las rodillas del conductor, los pretensores en los cinturones de seguridad delanteros y el sistema de control de estabilidad denominado VDC (Vehicle Dynamic Control), que permite elegir un programa específico para suelo mojado.
Estrena la dirección activa DST (Dynamic Steering Torque), que ayuda a mantener la direccionalidad del coche en una frenada sobre suelo húmedo de adherencia desigual, induciendo un leve contravolante antes de que la detención descoloque la zaga del coche, sistema visto en modelos como el Peugeot 207 RC, Toyota Prius o Seat León. Incluye el sistema de control de tracción Q2 electrónico, un dispositivo de funcionamiento más rápido, que actúa sólo sobre los frenos y no sobre la gestión del motor.
Para lograr el efecto de una barra estabilizadora, pero sin endurecer el confort de suspensión, se han incorporado en el tren trasero amortiguadores con un muelle interno que trabaja en extensión para limitar el balanceo de la carrocería. Aunque el tren trasero deriva del Grande Punto, las vías son más anchas y resulta bastante más firme. La seguridad es el primer requerimiento del MiTo, pero no se queda atrás la diversión al volante. Puesto de conducción bajito, dirección rápida, cambio preciso y motores brillantes. Es cierto que algunos detalles deberían mejorar, como la palanca del cambio, algo larga, aunque permite inserciones precisas y suaves.
La dirección requiere un periodo de adaptación por su inmediata respuesta y ausencia de holgura en el punto central. Incluso se vuelve más rápida con el DNA en posición Dynamic, donde la respuesta al acelerador es más rápida, el control de estabilidad más permisivo, y el par motor superior. En cuanto al acabado, está bien en general, pero el interior no destaca por su amplitud. Las plazas delanteras tienen buena altura, pero son estrechas. Detrás es un dos plazas, aunque también se ofrece configurado para tres ocupantes. Respecto al maletero, al que se accede presionando el escudo del portón, está bien de tamaño, con 270 litros oficiales, gracias, en parte, a la rueda de repuesto de emergencia. El Alfa MiTo representa un nuevo enfoque de la magia de la marca italiana, que atraía especialmente a los aficionados más jóvenes durante los años 60 a 80 con modelos como el Junior y el Sprint. Ahora el Mi.To pretende resucitar esa atracción especial a través de aspectos como el diseño, la seguridad y las prestaciones. Desde la versión de acceso a la gama, denominada Progression, el Mi.To incluye un completo equipamiento, con elementos como el aire acondicionado, los reposacabezas activos, el airbag para las rodillas del conductor, los pretensores en los cinturones de seguridad delanteros y el sistema de control de estabilidad denominado VDC (Vehicle Dynamic Control), que permite elegir un programa específico para suelo mojado.
Estrena la dirección activa DST (Dynamic Steering Torque), que ayuda a mantener la direccionalidad del coche en una frenada sobre suelo húmedo de adherencia desigual, induciendo un leve contravolante antes de que la detención descoloque la zaga del coche, sistema visto en modelos como el Peugeot 207 RC, Toyota Prius o Seat León. Incluye el sistema de control de tracción Q2 electrónico, un dispositivo de funcionamiento más rápido, que actúa sólo sobre los frenos y no sobre la gestión del motor.
Para lograr el efecto de una barra estabilizadora, pero sin endurecer el confort de suspensión, se han incorporado en el tren trasero amortiguadores con un muelle interno que trabaja en extensión para limitar el balanceo de la carrocería. Aunque el tren trasero deriva del Grande Punto, las vías son más anchas y resulta bastante más firme. La seguridad es el primer requerimiento del MiTo, pero no se queda atrás la diversión al volante. Puesto de conducción bajito, dirección rápida, cambio preciso y motores brillantes. Es cierto que algunos detalles deberían mejorar, como la palanca del cambio, algo larga, aunque permite inserciones precisas y suaves.
La dirección requiere un periodo de adaptación por su inmediata respuesta y ausencia de holgura en el punto central. Incluso se vuelve más rápida con el DNA en posición Dynamic, donde la respuesta al acelerador es más rápida, el control de estabilidad más permisivo, y el par motor superior. En cuanto al acabado, está bien en general, pero el interior no destaca por su amplitud. Las plazas delanteras tienen buena altura, pero son estrechas. Detrás es un dos plazas, aunque también se ofrece configurado para tres ocupantes. Respecto al maletero, al que se accede presionando el escudo del portón, está bien de tamaño, con 270 litros oficiales, gracias, en parte, a la rueda de repuesto de emergencia. El Alfa MiTo representa un nuevo enfoque de la magia de la marca italiana, que atraía especialmente a los aficionados más jóvenes durante los años 60 a 80 con modelos como el Junior y el Sprint. Ahora el Mi.To pretende resucitar esa atracción especial a través de aspectos como el diseño, la seguridad y las prestaciones. Desde la versión de acceso a la gama, denominada Progression, el Mi.To incluye un completo equipamiento, con elementos como el aire acondicionado, los reposacabezas activos, el airbag para las rodillas del conductor, los pretensores en los cinturones de seguridad delanteros y el sistema de control de estabilidad denominado VDC (Vehicle Dynamic Control), que permite elegir un programa específico para suelo mojado.
Estrena la dirección activa DST (Dynamic Steering Torque), que ayuda a mantener la direccionalidad del coche en una frenada sobre suelo húmedo de adherencia desigual, induciendo un leve contravolante antes de que la detención descoloque la zaga del coche, sistema visto en modelos como el Peugeot 207 RC, Toyota Prius o Seat León. Incluye el sistema de control de tracción Q2 electrónico, un dispositivo de funcionamiento más rápido, que actúa sólo sobre los frenos y no sobre la gestión del motor.
Para lograr el efecto de una barra estabilizadora, pero sin endurecer el confort de suspensión, se han incorporado en el tren trasero amortiguadores con un muelle interno que trabaja en extensión para limitar el balanceo de la carrocería. Aunque el tren trasero deriva del Grande Punto, las vías son más anchas y resulta bastante más firme. La seguridad es el primer requerimiento del MiTo, pero no se queda atrás la diversión al volante. Puesto de conducción bajito, dirección rápida, cambio preciso y motores brillantes. Es cierto que algunos detalles deberían mejorar, como la palanca del cambio, algo larga, aunque permite inserciones precisas y suaves.
La dirección requiere un periodo de adaptación por su inmediata respuesta y ausencia de holgura en el punto central. Incluso se vuelve más rápida con el DNA en posición Dynamic, donde la respuesta al acelerador es más rápida, el control de estabilidad más permisivo, y el par motor superior. En cuanto al acabado, está bien en general, pero el interior no destaca por su amplitud. Las plazas delanteras tienen buena altura, pero son estrechas. Detrás es un dos plazas, aunque también se ofrece configurado para tres ocupantes. Respecto al maletero, al que se accede presionando el escudo del portón, está bien de tamaño, con 270 litros oficiales, gracias, en parte, a la rueda de repuesto de emergencia. El Alfa MiTo representa un nuevo enfoque de la magia de la marca italiana, que atraía especialmente a los aficionados más jóvenes durante los años 60 a 80 con modelos como el Junior y el Sprint. Ahora el Mi.To pretende resucitar esa atracción especial a través de aspectos como el diseño, la seguridad y las prestaciones. Desde la versión de acceso a la gama, denominada Progression, el Mi.To incluye un completo equipamiento, con elementos como el aire acondicionado, los reposacabezas activos, el airbag para las rodillas del conductor, los pretensores en los cinturones de seguridad delanteros y el sistema de control de estabilidad denominado VDC (Vehicle Dynamic Control), que permite elegir un programa específico para suelo mojado.
Estrena la dirección activa DST (Dynamic Steering Torque), que ayuda a mantener la direccionalidad del coche en una frenada sobre suelo húmedo de adherencia desigual, induciendo un leve contravolante antes de que la detención descoloque la zaga del coche, sistema visto en modelos como el Peugeot 207 RC, Toyota Prius o Seat León. Incluye el sistema de control de tracción Q2 electrónico, un dispositivo de funcionamiento más rápido, que actúa sólo sobre los frenos y no sobre la gestión del motor.
Para lograr el efecto de una barra estabilizadora, pero sin endurecer el confort de suspensión, se han incorporado en el tren trasero amortiguadores con un muelle interno que trabaja en extensión para limitar el balanceo de la carrocería. Aunque el tren trasero deriva del Grande Punto, las vías son más anchas y resulta bastante más firme. La seguridad es el primer requerimiento del MiTo, pero no se queda atrás la diversión al volante. Puesto de conducción bajito, dirección rápida, cambio preciso y motores brillantes. Es cierto que algunos detalles deberían mejorar, como la palanca del cambio, algo larga, aunque permite inserciones precisas y suaves.
La dirección requiere un periodo de adaptación por su inmediata respuesta y ausencia de holgura en el punto central. Incluso se vuelve más rápida con el DNA en posición Dynamic, donde la respuesta al acelerador es más rápida, el control de estabilidad más permisivo, y el par motor superior. En cuanto al acabado, está bien en general, pero el interior no destaca por su amplitud. Las plazas delanteras tienen buena altura, pero son estrechas. Detrás es un dos plazas, aunque también se ofrece configurado para tres ocupantes. Respecto al maletero, al que se accede presionando el escudo del portón, está bien de tamaño, con 270 litros oficiales, gracias, en parte, a la rueda de repuesto de emergencia.