En una pista calurosa en pleno verano, la tripulación de un avión no tiene más remedio que hacer funcionar el aire acondicionado para mantenerse frescos a sí mismos y a sus pasajeros. Pero, pronto, esto puede cambiar, gracias a una nueva pintura ultra blanca y liviana que puede reflejar hasta el 97.9 por ciento de la luz solar.
Esta pintura tiene el potencial de enfriar los exteriores de aviones, automóviles, trenes e incluso naves espaciales. Pero, también, a medida que el planeta se calienta debido al cambio climático causado por el hombre, ésta podría ser una forma innovadora y pasiva de mantener frescos los espacios y las personas. Al mismo tiempo, podría reducir nuestra dependencia de los aires acondicionados, que consumen mucha energía y emiten calor, lo que contribuye al calentamiento global.
La pintura es una mejora de una fórmula anterior, que era demasiado espesa para aplicarse a cualquier cosa que no fuera una estructura estacionaria
La pintura es una mejora de una fórmula anterior, que era demasiado espesa para aplicarse a cualquier cosa que no fuera una estructura estacionaria. Ahora, los investigadores dicen que la han refinado con una fórmula ultrafina, que es segura para recubrir vehículos. En un artículo publicado en la revista Cell Reports Physical Science, el equipo compartió los detalles de su producto nuevo y mejorado. “Éste abre las puertas a todo tipo de aplicaciones”, señala George Chiu, ingeniero mecánico de la Universidad de Purdue, en un comunicado.
La pintura estableció un récord Guinness
En la primavera del año pasado, un equipo de Purdue presentó la primera pintura ultrablanca, un producto tan blanco que estableció un récord Guinness. La clave fue el sulfato de bario, que permitió que la pintura reflejara el 98,1 por ciento de la luz solar y enfriara las superficies hasta 19 grados Fahrenheit en comparación con su entorno.

A modo de comparación, las pinturas disponibles comercialmente en el mercado actual solo pueden reflejar entre el 80 y el 90 por ciento de la luz solar, lo que significa que absorben mucha más luz y calor. Mientras tanto, ésta enfría las superficies, al emitir más calor del que retiene, y no usa electricidad.
“Los aires acondicionados pueden enfriar una casa, pero mueven el calor desde el interior hacia el exterior; el calor todavía está en la ciudad, todavía está en la Tierra”, explica Xiulin Ruan, ingeniero mecánico de Purdue, que ayudó a desarrollar la pintura a la revista Smithsonian el año pasado.
“Nuestra pintura no utiliza ningún tipo de energía, y, lo que es más importante, envía el calor al espacio. No se queda en la Tierra, por lo que eso realmente ayuda a que el planeta se enfríe y puede detener la tendencia al calentamiento”
“Nuestra pintura no utiliza ningún tipo de energía, y, lo que es más importante, envía el calor al espacio. No se queda en la Tierra, por lo que eso realmente ayuda a que el planeta se enfríe y puede detener la tendencia al calentamiento”, añade.
Regreso al laboratorio
Sin embargo, para lograr esos resultados innovadores, los investigadores tuvieron que pintar una capa de al menos 400 micrones de espesor. Ese grosor funciona para estructuras fuertes y estacionarias, como el techo de un edificio o una casa. Pero, para las embarcaciones que se mueven, así como para los objetos con requisitos específicos de tamaño y peso, la pintura realmente necesitaba ser más delgada y liviana, según los investigadores.
Entonces, los ingenieros regresaron al laboratorio y comenzaron a jugar con la composición química de la pintura. La nueva utiliza nitruro de boro hexagonal, una sustancia que se usa a menudo en los lubricantes, para darle un tono blanco cegador. Éste dispersa la luz solar para reflejar hasta el 97,9 por ciento de los rayos solares y se aplica con un espesor de solo 150 micrones.

También es muy porosa, con vacíos de aire, que ayudaron a reducir su peso en aproximadamente un 80 por ciento, en comparación con la versión anterior, según los investigadores.
En el tiempo transcurrido desde que salió la primera pintura, Ruan ha sido contactado por constructores de naves espaciales, arquitectos y fabricantes de ropa y calzado
Hacerla más liviana y delgada debería, en teoría, hacerla útil para una gama más amplia de aplicaciones. En el tiempo transcurrido desde que salió la primera pintura, Ruan ha sido contactado por constructores de naves espaciales, arquitectos y fabricantes de ropa y calzado, según el comunicado. Asegura que el equipo está, actualmente, en conversaciones para comercializar la pintura.
Su adopción generalizada debería, en teoría, convertirlo en una herramienta aún más viable para combatir el cambio climático a largo plazo, indican los investigadores.
“La pintura tiene los beneficios de ahorrar en las facturas de electricidad y al mismo tiempo contribuir a salvar la Tierra”, argumenta Xiangyu Li, ingeniero mecánico de la Universidad de Tennessee Knoxville, quien ayudó a desarrollarla, mientras estudiaba en Purdue, pero no es autor del nuevo artículo.
Fuente: Smithsonian.