Un meteorito cae en una casa en Canadá

Una mujer en Canadá se despertó en estado de shock cuando un meteorito se estrelló contra el techo de su casa y aterrizó en su cama, rociándole arena y otros escombros en la cara, mientras su perro ladraba frenéticamente.

El meteorito que se estrelló en la habitación de Ruth Hamilton en Golden, Columbia Británica.
El meteorito que se estrelló en la habitación de Ruth Hamilton en Golden, Columbia Británica.

Ruth Hamilton, dormía profundamente en Golden, un pequeño pueblo en medio de las Montañas Rocosas, en la Columbia Británica (Canadá), cuando una explosión la hizo saltar de la cama. Encendió la luz y descubrió un enorme agujero en el techo de su habitación.

Pensó que un árbol se había caído sobre el tejado, pero todos los pinos de su zona estaban en pie. Fue entonces cuando descubrió un enorme objeto de color gris carbón junto a su almohada.

¡Dios mío, hay una roca encima de mi cama!", exclamó la mujer, de 66 años, según informa el diario The Guardian.

El meteorito, que rozó de cerca la cabeza de Hamilton, pesaba más de un kilo y tenía el tamaño del puño de una persona

Las autoridades locales confirmaron que se trataba de un meteorito.

Imagen del interior de la vivienda donde cayó el meteorito.
Imagen del interior de la vivienda donde cayó el meteorito.

Los hechos ocurrieron alrededor de las 23:30 de la noche del 3 de octubre en Golden, un pueblo de 3,700 personas a unas 440 millas al este de Vancouver, en la provincia canadiense British Columbia.

El meteorito, que rozó de cerca la cabeza de Hamilton, pesaba más de un kilo y tenía el tamaño del puño de una persona.

 “Nunca he estado tan asustada en mi vida”, exclamó la mujer, según los medios locales, cuyo rostro quedó salpicado de restos de polvo.

Resultó que había habido una lluvia de meteoritos en los cielos sobre la región occidental de Canadá esa misma noche

Hamilton llamó al teléfono 911 de emergencias: "Hay una roca en mi cama", denunció. En un principio, la policía sospechó que se trataba de los escombros de una obra en construcción en una carretera cercana. Pero cuando los trabajadores dijeron que no habían establecido ninguna explosión, sino que acababan de ver una explosión en el cielo, el consenso rápidamente se convirtió en que la roca era un meteorito, informó la prensa canadiense.

Un fragmento de meteorito parecido al que  se estrelló en la casa de Ruth Hamilton.
Un fragmento de meteorito parecido al que se estrelló en la casa de Ruth Hamilton.

Resultó que había habido una lluvia de meteoritos en los cielos sobre la región occidental de Canadá esa misma noche. “Creo que tiene un meteorito en su cama”, concluyó un agente.

Las probabilidades de que esto ocurra son ínfimas, así que Hamilton estuvo muy cerca de pasar a los libros de estadísticas aciagas: "No me lastimé. Sobreviví a esta experiencia sin un rasguño y lo único que tuve que hacer fue darme una ducha y barrer el polvo del yeso", explicó a los medios de comunicación.

Un caso entre 100.000 millones

El profesor de la universidad Western de Ontario, jefe del equipo de investigación canadiense sobre pequeños objetos celestes, declaró a un medio local que la probabilidad de que un meteoro caiga en la almohada de una persona durmiendo es de una entre 100.000 millones. En comparación, hay una oportunidad de 1 entre 292.2 millones de ganar la Powerball, el juego de loterías canadiense.

Los meteoritos ofrecen una rara oportunidad a los científicos de aprender más sobre el sistema solar y el cinturón de asteroides

Cuando se le preguntó a Hamilton si compraría un boleto de lotería al día siguiente, teniendo en cuenta su enorme suerte, ella respondió que no, que ya se la había ganado. "Nunca he estado tan asustada en mi vida", dice Ruth Hamilton después de la lluvia de meteoritos sobre una región del oeste de Canadá.

La lluvia de meteoritos de las Perseidas pasa sobre la antigua Gran Muralla de las Montañas Panlong en China
Lluvia de meteoritos de las Perseidas sobre la antigua Gran Muralla de las Montañas Panlong, en China. Foto: IStock.

Los meteoritos ofrecen una rara oportunidad a los científicos de aprender más sobre el sistema solar y el cinturón de asteroides. Los investigadores pueden tomar muestras de sus materiales en lugar de contemplarlos desde lejos.

Además, se pueden usar para reconstruir sus trayectorias desde el espacio exterior a través de la atmósfera hasta el suelo, momento en el que las rocas pueden haber perdido alrededor del 90 por ciento de su masa. Durante el viaje por el aire, los meteoritos pueden calentarse hasta unos 2.000 grados Celsius, o más de 3.600 grados Fahrenheit, mientras viajan a 50 veces la velocidad del sonido, aunque pueden estar fríos al tacto cuando llegan al suelo.