Marco Aurelio, el cruel emperador que realizó la mayor concesión de ciudadanía de la Historia

Marco Aurelio Antonino, un emperador romano tan atroz como Nerón y Calígula, dejó su huella en la Historia, al realizar un hito inigualable: la mayor concesión de ciudadanía de todos los tiempos.

Francisco Moral

Marco Aurelio fue tan cruel como innovador. Foto: IStock.
Marco Aurelio fue tan cruel como innovador. Foto: IStock.

Cuando se cita a los emperadores considerados como los más sanguinarios y crueles de la antigua Roma, aparecen inmediatamente en la lista Nerón o Calígula, pero muy pocos recuerdan a Marco Aurelio Antonino, el emperador Caracalla, tan despiadado como innovador: fue quien realizó la mayor concesión de ciudadanía de la Historia.

Marco Aurelio Antonino, o lo que es lo mismo, Lucio Septimio Basiano, era hijo de Julia Domna y del futuro emperador, Septimio Severo, gobernador de la provincia de la Gallia Lugdunensis (o Galia Céltica) por entonces (188 d C.).

Cuando su padre llegó al poder, en abril del 193 d C., nombró a Lucio su sucesor y pasó a llamarse Marco Aurelio Antonino. Más conocido por su sobrenombre, Caracalla, gobernó el Imperio romano entre los años 211 y 217, durante la llamada Dinastía de los Severos.

Uno de sus primeros crímenes fue el asesinato de su hermano Geta a manos de unos sicarios y frente a la madre de ambos

Uno de sus primeros crímenes fue el asesinato de su hermano Geta a manos de unos sicarios y frente a la madre de ambos. Tras este primer crimen, persiguió y ordenó matar a todos los simpatizantes que tenía su hermano. Se dice que fueron miles de personas (alrededor de 20.000), por supuesto asesinó a su mujer y a cualquiera que osase mencionar el crimen de Geta.

Parte de un busto de Marco Aurelio.
Parte de un busto de Marco Aurelio.

A pesar de todo ello, Caracalla dejó su huella en la historia al realizar un hito inigualable: la mayor concesión de ciudadanía de todos los tiempos.

Cuando Marco Aurelio asumió el poder, el Imperio romano se extendía desde Oriente Medio a Hispania (como se conocía a la península ibérica) y desde Egipto a Britania (la isla de Gran Bretaña).

Pero solo los habitantes de Italia, los romanos que vivían en otras provincias (y sus descendientes) y un selecto grupo de habitantes del Imperio tenían la ciudadanía romana plena.

Marco Aurelio Antonino promulgó un edicto el 11 de julio de 212 que les otorgó a todos los hombres libres del Imperio la ciudadanía romana plena y a todas las mujeres libres del Imperio los mismos derechos que a las romanas

Marco Aurelio Antonino promulgó un edicto el 11 de julio de 212 que les otorgó a todos los hombres libres del Imperio la ciudadanía romana plena y a todas las mujeres libres del Imperio los mismos derechos que a las romanas. Este documento fue conocido como la Constitutio Antoniniana (Constitución Antonina) o el Edicto de Caracalla.

Todos los habitantes del imperio romano consiguieron la ciudadanía gracias a Marco Aurelio.
Todos los habitantes del imperio romano consiguieron la ciudadanía gracias a Marco Aurelio.

"Significó que, de un plumazo, 30 millones de personas obtuvieron la ciudadanía romana", según destaca la experta en estudios clásicos de la Universidad de Cambridge, Mary Beard, a BBC Mundo.

La reconocida historiadora británica considera que el Edicto de Caracalla fue uno de los mayores avances del Imperio romano.

Por su parte, Carmen Lázaro Guillamón, profesora de Derecho Romano de la Universitat Jaume I, en Castellón de la Plana, explicó a BBC Mundo qué impacto tuvo la decisión de Caracalla en la vida de aquellos que obtuvieron la ciudadanía.

"Obtener la ciudadanía romana era considerado algo muy valioso, porque en esa época Roma era el centro del mundo"

"De golpe abrió todo un abanico de posibilidades para esas personas", señaló la jurista. "Obtener la ciudadanía romana era considerado algo muy valioso, porque en esa época Roma era el centro del mundo", detalló.

La reconocida historiadora británica Mary Beard considera que el Edicto de Caracalla fue uno de los mayores avances del Imperio romano.
La reconocida historiadora británica Mary Beard considera que el Edicto de Caracalla fue uno de los mayores avances del Imperio romano.

La jurista agregó que "tener la ciudadanía les permitía a los habitantes de las provincias tener iguales derechos que los romanos. Significaba tener acceso a todo el ámbito del derecho civil romano". Eso no solo facilitaba el acceso a cargos públicos. También daba igualdad de derechos en cuestiones civiles como casamientos o sucesiones.

"Es como si hoy una empresa suiza quisiera hacer negocios en Uruguay. Y de golpe lo puede hacer en igualdad de condiciones. Te facilitaba la vida"

Además, tuvo un importante impacto para quienes comerciaban en el vasto Imperio romano. Lázaro Guillamón lo ilustra así: "Es como si hoy una empresa suiza quisiera hacer negocios en Uruguay. Y de golpe lo puede hacer en igualdad de condiciones. Te facilitaba la vida".

Los motivos del edicto de Marco Aurelio

Algunos historiadores señalan que la decisión de Caracalla de otorgar la ciudadanía a la mayoría de sus súbditos no estuvo motivada por el deseo de ampliar derechos, sino que tuvo fines mucho menos nobles, apunta BBC Mundo.

La intención del emperador fue incrementar los ingresos fiscales del Imperio

En su obra "Historia romana" el político y militar Cassius Dio (también conocido como Dion Casio), coetáneo de Caracalla, afirma que la intención del emperador fue incrementar los ingresos fiscales del Imperio, al aumentar el número de personas que debían pagar impuestos.

Algunos historiadores aseguran que el emperador Caracalla publicó su edicto para aumentar su recaudación fiscal.
Algunos historiadores aseguran que el emperador Caracalla publicó su edicto para aumentar su recaudación fiscal. Foto: IStock.

El fin último habría sido financiar las costosas campañas militares en la frontera norte contra los germanos y en oriente contra los partos.

Sin embargo, la estrategia, de ser cierta, no resultó nada exitosa. Dos décadas después de que se publicara la Constitutio Antoniniana, el Imperio romano entró en lo que se conoce como la crisis del siglo III, un período de gran desorden político, económico y social, que dividió al territorio en tres entidades separadas: el Imperio romano, el galo y el de Palmira.

También resulta extraño -reconoce Lázaro Guillamón- que el Edicto de Caracalla parece haber dejado pocos registros, a pesar de sus efectos tan masivos.

"Hay poquísimas fuentes posteriores, tanto históricas, jurídicas y literarias, que citan la Constitutio Antoniniana"

"Hay poquísimas fuentes posteriores, tanto históricas, jurídicas y literarias, que citan la Constitutio Antoniniana y esto es curioso para un hito tan relevante cuyo impacto debió de ser profundo", observa.

Conceder la ciudadanía romana a todas las personas libres en el Imperio romano fue una revolución
Conceder la ciudadanía romana a todas las personas libres en el Imperio romano fue una revolución. Foto: IStock.

"Quizás fue una medida tan esperada que no causó el impacto previsto", especula. "O bien no acabó de agradar a los juristas y estudiosos de la época y pasó de puntillas (sin hacer ruido)".

Enseñanzas valiosas para el mundo actual

Más allá de esto, la historiadora cree que la universalización de la ciudadanía romana deja algunas enseñanzas valiosas para el mundo actual.

En 2019, Lázaro Guillamón ofreció una conferencia titulada: "La noción de ciudadanía romana como herramienta para la reflexión en la construcción de Europa".

La universalización de la ciudadanía durante el Imperio romano deja lecciones valiosas para la Europa actual

En ella resalta que las situaciones no son comparables, pero cree que la universalización de la ciudadanía durante el Imperio romano deja lecciones valiosas para la Europa actual. Sin embargo, la académica es la primera en advertir que hay que tener cuidado al comparar lo ocurrido en el siglo III con lo que pasa hoy.

"Si a la persona que habita en determinado Estado no se le considera nada, muy probablemente estar fuera del sistema acabe proporcionando algo pernicioso para éste"

"Está claro que conceder ciudadanía romana a todas las personas libres en el Imperio romano fue una revolución, pero el parangón con determinadas situaciones actuales es, quizás, forzado, porque las situaciones eran muy diferentes".

No obstante, afirma que "lo que sí está claro es que la enseñanza es que si a la persona que habita en determinado Estado no se le considera nada, muy probablemente estar fuera del sistema acabe proporcionando algo pernicioso para éste".