Humedales, la riqueza despreciada

Despreciados como terrenos improductivos, entre 1960 y 1990 desaparecieron en España el 60% de humedales y lagos naturales, ecosistemas esenciales para el planeta que, además, se beben el carbono y nos suministran agua potable.

A nivel mundial se calcula una pérdida del 87% de los humedales.
A nivel mundial se calcula una pérdida del 87% de los humedales.

Porque durante años nos hemos empeñado en que de ellos no podíamos obtener beneficios y los hemos sometido a políticas de desecación y saneamiento, cayendo bajo el avance de terrenos agrícolas, desarrollo industrial, crecimiento de las ciudades y proyectos turísticos.

En España no existe un inventario actualizado de Zonas Húmedas, lo que resulta imprescindible para acometer con éxito un programa de conservación y desarrollo.

Se tiene constancia de 75 humedales españoles de importancia internacional, con más de 304.000 hectáreas totales, reconocidos por el Convenio de Ramsar, el acuerdo internacional aprobado en 1971 para proteger estos espacios.

Doñana, El Delta del Ebro o Las Tablas de Daimiel se encuentran entre ellos, además de entre los más amenazados

Según explica la organización conservacionista WWF, la sobreexplotación, la contaminación y la regulación de sus aguas, además de la introducción de especies exóticas invasoras o el urbanismo se beben y deterioran progresivamente los humedales, afectando a una biodiversidad exclusiva y a unos servicios ambientales de gran valor. El cambio climático agrava aún más los impactos de estas amenazas y sus efectos pueden suponer transformaciones radicales.

El deterioro de los humedales resulta especialmente preocupante cuando multitud de investigaciones científicas han demostrado su papel para la mitigación y adaptación al cambio climático debido a su enorme capacidad para capturar carbono, pero también para proteger las costas de los efectos devastadores de las tormentas y para almacenar agua.

Las numerosas especies que dependen de los humedales están seriamente amenazadas.
Las numerosas especies que dependen de los humedales están seriamente amenazadas.

Hoy en día por fin somos conscientes de su enorme valor ecológico, tanto por su biodiversidad como por su papel como sumideros de carbono, aunque siguen estando amenazados por la actividad humana y el cambio climático. Un valor que ponemos en alzo el día 2 de febrero declarándolo Día Mundial de los Humedales, defendiendo su importancia y conservación.

ONGs como SEO/BirdLife, Ecologistas en Acción o la Fundación Global Nature se vuelcan este día en la organización de actividades para dar a conocer su riqueza y la importancia de su protección.