Los humedales se encuentran entre los ecosistemas más complejos, productivos y dinámicos, aunque también más frágiles, del planeta. Nos suministran agua y alimentos, ayudan a mitigar los efectos del cambio climático, contribuyen a controlar las inundaciones, a atenuar las sequías, a proteger la costa y a filtrar el agua, entre otros servicios. Además, mejoran la calidad del aire, proporcionan materias primas y recursos genéticos para medicinas y energía hidroeléctrica.
Estos espacios son fundamentales para la conservación de la biodiversidad. El 40 % de las especies del mundo viven en humedales y cada año se descubren 200 especies nuevas de peces solo en los humedales de agua dulce.
Los humedales nos suministran agua y alimentos, ayudan a mitigar los efectos del cambio climático
La pérdida y degradación de los humedales se debe, en gran parte, a los cambios en el uso de la tierra y del agua, así como al cambio climático. Se han perdido casi el 90 % de los humedales existentes en el planeta desde el siglo XVIII, aunque el ritmo de desaparición se aceleró especialmente a partir del siglo XX, coincidiendo con la mejora de las capacidades tecnológicas. De hecho se estima que entre 1970 y 2015 los humedales se redujeron en aproximadamente un 35 % (una tasa tres veces superior a la de pérdida de bosques).
Los humedales sostienen la economía, pues proporcionan más de mil millones de empleos y servicios. También nos protegen de los desastres naturales, pues casi el 75 % de ellos están relacionados con el agua. Además, los humedales costeros protegen a las comunidades locales de las tormentas, y cada hectárea de humedal continental absorbe más de 13,5 millones de litros de aguas en inundaciones.
Además, actúan frente al cambio climático: los manglares, turberas, marismas saladas y praderas marinas son algunos de los ecosistemas más eficaces para absorber y almacenar carbono.
En la actualidad, cuando se cumplen 50 años de la promulgación del Convenio Ramsar, 75 humedales españoles han sido incluidos en esta Lista y declarados, por tanto, de Importancia Internacional, siendo España el tercer país del mundo en número de humedales incluidos en la Lista Ramsar, solo por detrás de Reino Unido y México, lo que demuestra el fuerte compromiso de nuestro país con las tareas de conservación de estos ecosistemas.
España es el tercer país del mundo en número de humedales incluidos en la Lista Ramsar
Desde la Fundación Biodiversidad apoyan iniciativas para la conservación de los humedales y de las especies que habitan en ellos desde sus inicios, para lo que han destinado más de 2,5 millones de euros a más de 50 proyectos, de los que 7 están en ejecución actualmente.
“Gestión y restauración de humedales mediterráneos como sumideros de carbono” es un proyecto que está desarrollando la Fundación Global Nature y que pretende establecer pautas para que estos espacios funcionen como sumideros de carbono, manteniendo su integridad ecológica, funcionalidad y prestando los servicios propios de un ecosistema sano. Además, pretende maximizar la capacidad sumidero mediante acciones prácticas de gestión, demostrando que dicho manejo está alineado con la conservación de la biodiversidad.
Por otro lado, el Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentàries (IRTA) estudia la contaminación por microplásticos en el Parque Natural del Delta del Ebro, donde no hay estudios sobre su disponibilidad para los organismos y las campañas de concienciación están centradas en macroplásticos. Luego, estudiar la tipología de micropartículas es imprescindible para evaluar su impacto sobre la biodiversidad.
La Sociedad Española de Ornitología, por otra parte, desarrolla la Estrategia para la Conservación del escribano palustre en España, dado que las dos subespecies nidificantes en España se encuentran catalogadas como En Peligro de Extinción en el Catálogo Español de Especies Amenazadas por lo que es urgente diagnosticar su población y conocer su viabilidad y la conectividad entre poblaciones. Además, estando todos los humedales en los que se reproduce actualmente incluidos en la Red Natura 2000, se hace necesario elaborar las directrices de gestión para trabajar a escala local e incluirlas en la redacción de los Planes de Gestión de estos espacios y de aquellos en los que se ha extinguido recientemente, así como en los Planes de Cuenca que abarquen.
Convenio de Ramsar
El Convenio de Ramsar, o Convenio relativo a los Humedales de Importancia Internacional especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas, es un tratado intergubernamental aprobado el 2 de febrero de 1971 a orillas del Mar Caspio, en la ciudad iraní de Ramsar, entrando en vigor en 1975.
Este Convenio integra, en un único documento, las bases sobre las que asentar y coordinar las principales directrices relacionadas con la conservación de los humedales de las distintas políticas sectoriales de cada Estado miembro.
La UNESCO es la depositaria del Convenio, y la sede de su Secretaría se localiza en Gland (Suiza). España es Parte contratante de este Convenio desde 1982.
Es el único de los modernos convenios en materia de medio ambiente que se centra en un ecosistema específico, los humedales
Este acuerdo internacional es el único de los modernos convenios en materia de medio ambiente que se centra en un ecosistema específico, los humedales, y aunque en origen su principal objetivo estaba orientado a la conservación y uso racional con relación a las aves acuáticas, actualmente busca el reconocimiento de la importancia de estos ecosistemas como fundamentales en la conservación global y el uso sostenible de la biodiversidad, con importantes funciones (regulación de la fase continental del ciclo hidrológico, recarga de acuíferos, estabilización del clima local), valores (recursos biológicos, pesquerías, suministro de agua) y atributos (refugio de diversidad biológica, patrimonio cultural, usos tradicionales).
El objetivo fundamental del Convenio de Ramsar es “la conservación y el uso racional de los humedales, a través de la acción nacional y mediante la cooperación internacional, a fin de contribuir al logro de un desarrollo sostenible en todo el mundo”.
Busca el reconocimiento de la importancia de estos ecosistemas como fundamentales en la conservación global y el uso sostenible de la biodiversidad
En este Convenio es clave el concepto de “uso racional” de los humedales que señala el art. 3 que no es más que una expresión sinónima de lo que actualmente se conoce como desarrollo sostenible.
Cuando un país se adhiere al Convenio de Ramsar contrae una serie de compromisos generales de conservación y uso racional de sus humedales, y además tiene la obligación de designar al menos un humedal para ser incluido en su Lista de Humedales de Importancia Internacional.
Fuente: Fundación Biodiversidad / MITECO