¿Existe el instinto maternal?

Es cierto que, durante el embarazo, la lactancia y el cuidado de un nuevo bebé, las madres experimentan cambios hormonales que las preparan para ello. Pero, ¿existe realmente el instinto maternal?

Francisco Mora

A los efectos de la ciencia, no se han establecido parámetros oficiales sobre lo que determina o no un instinto maternal.
A los efectos de la ciencia, no se han establecido parámetros oficiales sobre lo que determina o no un instinto maternal.

No hay una definición única de instinto maternal. Para algunas personas, representa el deseo de convertirse en madres, mientras que para otras se refiere a la brújula moral o emocional de éstas sobre lo que está bien y lo que está mal en la crianza de sus hijos.

Otros piensan en ello como un impulso para proteger a sus hijos de cualquier daño. Sin embargo, a los efectos de la ciencia y la investigación, no se han establecido parámetros oficiales sobre lo que determina o no un instinto maternal.

Durante el embarazo, la lactancia y el cuidado de un nuevo bebé, las madres experimentan cambios hormonales que las preparan para ello

Pero, ¿existe tal cosa como el instinto maternal? No exactamente, dicen los científicos. Es cierto que, durante el embarazo, la lactancia y el cuidado de un nuevo bebé, las madres experimentan cambios hormonales que las preparan para ello, asegura Helena Rutherford, investigadora del Centro de Estudios Infantiles de la Escuela de Medicina de Yale. Estas hormonas, incluida la oxitocina o la hormona del "amor", fomentan el vínculo entre el bebé y la madre.

Para algunos, el instinto maternal representa el deseo de convertirse en madre.
Para algunos, el instinto maternal representa el deseo de convertirse en madre. Foto: IStock.

Y, después del nacimiento, éstas reciben ayuda de las señales del bebé en lugar de confiar simplemente en un sentido innato de las necesidades de su hijo. Por lo tanto, las nuevas madres no necesariamente tienen todas las respuestas de inmediato, señala.

“Es un proceso. No es un cambio; no creo que la ciencia respalde la existencia del instinto maternal”

“Es un proceso. No es un cambio; no creo que la ciencia respalde la existencia del instinto maternal”, dice la antropóloga Sarah Blaffer Hrdy, autora de libros sobre los lazos familiares, incluidos “Mothers and Others”.

Cerebro de mamá 

El cerebro sufre transformaciones significativas durante el embarazo, incluidos cambios estructurales que pueden persistir hasta seis años después, explica Elseline Hoekzema, neurocientífica de la Universidad de Leiden, en los Países Bajos.

 Ella y sus colegas descubrieron que los cerebros de las madres embarazadas experimentan una reducción en el volumen de materia gris, como se informó en un estudio de Nature Neuroscience de 2016, que podría ser la forma en que el cuerpo las prepara para cuidar a los bebés.

Los cambios en el cerebro de las mujeres embarazdas  podrían ser la forma en que el cuerpo las prepara para cuidar a los bebés.
Los cambios en el cerebro de las mujeres embarazadas podrían ser la forma en que el cuerpo las prepara para cuidar a los bebés. Foto: IStock.

La adolescencia también implica reducciones significativas en la materia gris, que son impulsadas por algunas de las mismas hormonas que también aumentan en el embarazo, escribió Hoekzema.

Y, entre las mujeres embarazadas, los científicos observaron los cambios más aparentes en las regiones del cerebro asociadas con los procesos sociales; esto podría representar una especialización dentro del cerebro que permite la transición a la maternidad, anotó Hoekzema.  

Estos cambios durante el embarazo pueden ayudar a una madre a cuidar a su bebé, un fenómeno que también se observa en otros mamíferos

Por otro lado, un artículo de psiconeuroendocrinología de 2020 del que es coautora Hoekzema, apunta que es posible que cuanto más volumen pierda una mujer en una región clave del circuito de recompensa del cerebro, más fuerte reaccione ésta después de ver a su recién nacido.

Estos cambios durante el embarazo pueden ayudar a una madre a cuidar a su bebé, un fenómeno que también se observa en otros mamíferos. Por ejemplo, las ratas madres se vuelven mejores para atrapar grillos. En cuanto a los humanos, estas adaptaciones permiten importantes habilidades maternas, como reconocer las necesidades de su bebé o detectar una amenaza externa.

Instinto maternal en los cuidadores

Las hormonas asociadas con el embarazo y el cuidado, que ciertamente parecen ser una fuente de lo que muchos llamarían instinto maternal, también pueden aumentar en personas, además de la madre del niño.

Los padres, los padres adoptivos, los abuelos y otros cuidadores también sufren cambios biológicos.
Los padres, los padres adoptivos, los abuelos y otros cuidadores también sufren cambios biológicos. Foto: IStock.

Si bien es ampliamente conocido que los cuerpos de las madres lactantes producen oxitocina, que tiene un efecto calmante, los padres, los padres adoptivos, los abuelos y otros cuidadores también sufren cambios biológicos, debido al tiempo que pasan con los niños, revela la doctora Rutherford, del Child Study Center.

Además de amamantar, llevar a un bebé en brazos, también eleva los niveles de oxitocina

Además de amamantar, llevar a un bebé en brazos, también eleva los niveles de oxitocina. “Es una hormona realmente poderosa”, detalla Rutherford. “Es un instinto por el no tienes que pasar por un embarazo” para estar en sintonía con las necesidades de tu bebé y formar vínculos poderosos. La motivación para cuidar es suficiente”, añade.

Desde un punto de vista evolutivo, “las mamás han servido como cuidadoras, protectoras y cuidadoras. Desarrollan una mayor ansiedad por el bienestar de sus hijos y les prestan especial atención”, comenta Rutherford, lo que ayuda a la supervivencia de la especie.

Oxitocina en madres y padres

Pero, la evidencia más nueva permite más matices: los investigadores han notado que durante los primeros seis meses de vida de un hijo, tanto las nuevas madres como los nuevos padres experimentan mayores niveles de oxitocina. Además, los padres no parecen mostrar ninguna diferencia en éstos, como se demostró en un estudio de Psiquiatría Biológica de 2010.

Durante los primeros seis meses de vida, tanto las madres como los padres experimentan mayores niveles de oxitocina.
Durante los primeros seis meses de vida, tanto las madres como los padres experimentan mayores niveles de oxitocina. Foto: IStock.

La investigación también ha sugerido que la fuente de los aumentos de oxitocina puede variar entre hombres y mujeres; los primeros pueden experimentar aumentos de la hormona a través de altos niveles de contacto estimulante, mientras que ellas pueden experimentarlo a través del contacto afectivo.

Fuente: Discovery Magazine.