El consumo humano lleva a las ranas al borde de la extinción en Turquía

Estudios científicos advierten que las ranas acuáticas están en peligro de extinción en algunas zonas de Turquía, debido a la sobreexplotación para el consumo humano.

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Si las tendencias de captura de las ranas continúan, podrían extinguirse en 2032. Foto: iStock
Si las tendencias de captura de las ranas continúan, podrían extinguirse en 2032. Foto: iStock

Un estudio ha demostrado que la población de ranas de Anatolia ha disminuido alrededor de un 20 por ciento cada año entre 2013 y 2015 en los deltas turcos de Ceyhan y Seyhan.

A este respecto, investigadores de la Universidad Ege, la Universidad Técnica de Medio Oriente, la Universidad Stony Brook y el gobierno turco apuntan, con una posibilidad del 90 por ciento, que las ranas serán aniquiladas en la región centro-sur de Cukurova para 2050. Si las tendencias de captura continúan, podrían incluso extinguirse para 2032.

La industria de recogida de ranas en Turquía, que explota la zona desde hace unos 40 años, obtiene un beneficio de 4 millones de dólares cada año, con una cifra anual de exportación de 36 millones de anfibios, principalmente a países de la UE y EE. UU.

Los anfibios se comen ampliamente en el este y sureste de Asia, así como en los Estados Unidos y Francia. Una investigación conjunta realizada por el grupo Moving Animals y The Independent en febrero descubrió que las ranas vivas se apiñaban en bañeras y se vendían en mercados callejeros en Vietnam.

El nuevo estudio, publicado en la revista Oryx, señala que Turquía ocupaba una posición precaria en una línea de "dominó de extinción", en la que la presión para suministrar ranas podría amenazar a otras poblaciones que actualmente son estables.

La disminución de las poblaciones de anfibios en todo el mundo podría tener un impacto irreversible y destructivo tanto en los ecosistemas naturales como en el bienestar humano

Kerim Cicek, uno de los autores del estudio, comenta: “La disminución de las poblaciones de anfibios en todo el mundo podría tener un impacto irreversible y destructivo tanto en los ecosistemas naturales como en el bienestar humano. Son componentes integrales de muchos ecosistemas, que a menudo constituyen la fracción más alta de biomasa de vertebrados.

La protección de las poblaciones de anfibios resulta urgente, aunque la solución puede no ser tan simple como prohibir la venta de ranas al por mayor. Cuando se prohibió su captura ranas en Francia y Rumania, aumentaron las exportaciones de ranas salvajes de India y Bangladesh, afirman los autores del estudio. Y cuando posteriormente se prohibió el mercado en esos países, el problema de la disminución de las poblaciones de ranas se repitió en Indonesia y China, siendo éste último el mayor exportador de ranas en la actualidad.

La captura media en la región del delta de Ceyhan y Seyhan es de aproximadamente 327 toneladas anuales, aproximadamente 17 millones de ranas.

Los científicos añaden que este comercio de ranas a gran escala también provoca alteraciones del hábitat, propagación de enfermedades y la introducción de plagas y parásitos exóticos. En algunos casos, las ranas exportadas vivas pueden terminar en tiendas de mascotas y convertirse en una especie invasora.

Respetar la época de apareamiento, el tamaño y una licencia de captura son las soluciones propuestas

"Es obvio que el comercio insostenible daña irrevocablemente a las poblaciones de ranas en cualquier parte del mundo", dijo el Dr. Cicek. “Podemos ver esto en Turquía, pero también ha tenido lugar en Francia, y ahora está teniendo lugar en los Estados Unidos, Indonesia, etc. Es importante prohibir su captura o tomar otras precauciones ".

Los investigadores recomiendan que se prohibiera la captura de ranas salvajes en Turquía durante la temporada de apareamiento, y que la caza y exportación de ranas que pesen menos de 30 g debería erradicarse por completo.

También apuntan a una licencia obligatoria para los recolectores y la introducción de cuotas, o el cierre de los lugares de captura cada dos años para aliviar la presión sobre las poblaciones de ranas. Además, los autores sugirieron que el gobierno turco aliente a más personas a dedicarse a la cría de ranas en lugar de capturar las poblaciones silvestres.

Fuente: The Independent y Oryx