Los Manuscritos del Mar Muerto siguen dando mucho de qué hablar. Ahora, un equipo de expertos ha encontrado lo que parecen ser textos perdidos en unos documentos que se pensaba que estaban en blanco. Un análisis con técnicas de última generación ha permitido sacar a la luz este increíble hallazgo.
"Solo había unas pocas letras en cada fragmento, pero son como piezas perdidas de un rompecabezas que encuentras debajo de un sofá", explica Joan Taylor, profesora del King's College de Londres. Taylor estudiaba los rollos cuando descubrió algo extraño en ellos: una letra suelta sobre el blanco pergamino.
A partir de ahí, gracias a la aplicación de imágenes multiespectrales, una técnica basada en el uso de varias longitudes de onda para capturar imágenes difíciles de ver, Taylor y su equipo descubrieron que entre los 51 fragmentos estudiados que contenían líneas regladas y vestigios de letras escritas con una tinta de carbón, había seis que merecían ser estudiados en profundidad. Finalmente, de esas seis solo cuatro contenían un texto legible en hebreo o arameo.
La aparición de un texto de cuatro líneas ha llevado a pensar a los investigadores que podría tratarse de un fragmento del Libro de Ezequiel
El más especial es uno en el que se pueden leer cuatro líneas de texto, con un total de 16 letras completas o parcialmente conservadas y en los que se lee la palabra 'Sabbat', la palabra hebrea para el sábado. Este hecho, además de otras letras encontradas, sugieren que podría tratarse del Libro de Ezequiel (46:1–3).

Esta no es la primera vez que ocurre algo similar con los Rollos del Mar Muerto. En 2018 otro grupo de investigadores encontró mediante el empleo de técnicas de luz infrarroja una serie de letras y palabras hebreas que no se veían a simple vista en otra serie de rollos hallados en Qumran.
Uno de los mayores logros de la arqueología moderna
Los manuscritos del Mar Muerto comprenden más de 900 textos y fueron hallados por casualidad en las cuevas alrededor de Qumran, en Cisjordania, en 1946. Su descubrimiento se considera uno de los mayores logros de la arqueología moderna.

Los textos fueron escritos por los esenios, una antigua secta judía, y han sido estudiados cuidadosamente durante más de 70 años para descubrir qué tipo de información contenían. Hasta la fecha se han encontrado versiones de la Biblia, calendarios, informaciones astronómicas e, incluso, normas de comportamiento.
En la década de los cincuenta, Jordania regaló algunos de estos documentos a Ronald Reed, un experto de la Universidad de Leeds (Inglaterra), para que analizase su composición química. Al estar en blanco, se reservaron para pruebas científicas. La colección fue donada a la Universidad de Manchester en 1997 y, al ser documentos vacíos, se almacenaron sin más.
Hasta que la profesora Taylor los ha rescatado mostrando al mundo sus secretos.
Para más información sobre la investigación en curso https://dqcaas.com
Fuente: Science Alert / El Confidencial