Descubren en Israel un templo cananeo de hace 3.200 años

El templo formaba parte de la ciudad bíblica de Laquis, descubierta en 1929. En el lugar se han desenterrado calderos de bronce y joyas de antiguos dioses, dagas y cabezas de hacha ornamentadas con imágenes de pájaros y escarabajos.

Mundo Geo

La ciudad cananea de Laquis es mencionada en la Biblia pero no su templo. The Times of Israel.
La ciudad cananea de Laquis es mencionada en la Biblia pero no su templo. The Times of Israel.

El templo cananeo se encuentra en la ciudad de Laquis que, según la Biblia, fue destruida por los israelitas cuando entraron en la tierra de Israel despues de su peregrinaje de 40 años por el desierto. El descubrimiento ha sido considerado como una oportunidad única para arrojar algo de luz sobre la historia del pueblo canaeo, según anunció la Universidad Hebrea de Jerusalén al diario The Jerusalem Post. 

El equipo de arqueólogos que ha realizado este descubrimiento en un yacimiento a 24 kilómetros al oeste de Hebrón está dirigido por el profesor Yosef Garfinkel, del Instituto de Arqueología de la Universidad Hebrea de Israel, y el profesor Michael Hasel, de la Universidad Adventista del Sur en Tennessee (Estados Unidos). Los arqueólogos llevaban excavando en el lugar desde 2013. Los resultados de la investigación han sido publicados en la revista The Journal of the Council for British Research.

El descubrimiento es una oportunidad única para tratar de arrojar luz sobre la historial del pueblo cananeo

«El templo pertenecía a la última ciudad cananea», ha confirmado Garfinkel al diario Haaretz. La arquitectura es consistente con la construcción cananea y hay dos estatuillas de Baal, un dios que no fue adorado en Egipto, revela este medio. Además, los artefactos mencionados muestran la gran influencia egipcia: por los escarabajos y el amuleto con Hathor. 

Según Garfinkel, la estructura del templo es inusual para la Edad del Bronce Final. Su entrada estaba marcada por dos pilares y dos torres, que llevaban a una gran sala rectangular. El santuario interior tenía cuatro columnas de soporte y varias piedras colocadas de modo vertical, que pueden haber servido como representaciones de los dioses a los que estaba consagrado el lugar. 

La estructura incluía también pequeñas habitaciones por los lados. "Servían para el almacenamiento", explicó el arqueólogo. "Encontramos cajas de madera que fueron quemadas, pero que aún tenían mucho trigo en su interior", precisó.

Además, los especialistas hallaron un fragmento de cerámica con la letra de alfabeto hebreo "samej", que representa el grabado más antiguo conocido de esta letra. Asimismo, calderos de bronce, dagas, figurillas de culto, hachas, estatuillas del dios canaanita Baal, escarabajos y una botella enchapada en oro con el nombre de Ramses II, uno de los faraones más poderosos de Egipto.

Una ciudad que aparece en la Biblia

La ciudad de Laquis fue descubierta por el arqueólogo William Foxwell Albright, considerado el padre de la arqueología bíblica, en 1929. Laquis ocupaba una posición estratégica en la ruta principal que enlazaba Jerusalén con Egipto. Su superficie máxima pudo alcanzar las ocho hectáreas, con una población de entre 6.000 y 7.500 personas. La Biblia recoge la existencia del lugar en el Segundo Libro de Crónicas (Josué 10:31-32): "Josué, y todo Israel con él, pasó de Libna a Laquis, acampó cerca de ella y la atacó. Y el Señor entregó a Laquis en manos de Israel, la cual conquistó al segundo día, y la hirió a filo de espada con todas las personas que había en ella, conforme a todo lo que había hecho a Libna".

Laquis ocupaba una posición estratégica en la ruta que enlazaba Jerusalén con Egipto

Una de las preguntas principales que los arqueólogos esperan contestar tras este descubrimiento está relacionada con el reino de Judá, en concreto si la Biblia cita hechos ocurridos hacia el siglo décimo antes de Cristo y si el rey David puede o no considerarse una figura histórica.

"La Biblia dice que Reboam, el nieto del rey David, fortificó 15 ciudades, includia Laquis", afirma Garfinkel. En una representación del sitio de Laquis, hallada en el palacio de Senaquerib en Nínive, la ciudad aparece cercada por un muro doble, con torres a intervalos regulares. Las primeras campañas, sin embargo, no arrojaron resultado alguno sobre fortificaciones datadas en ese periodo, lo que sembró la duda de muchos expertos acerca de la validez histórica de las descripciones biblícas recogidas en el Segundo Libro de Crónicas. Sin embargo, el hallazgo del equipo de Garfinkel sí ha podido ahora localizar las fortificaciones, además de casas, suelos y diversos artefactos que han sido datados por el carbono en torno al siglo X a. de C.

El Libro de Josué también menciona que la ciudad de Laquis fue destruida por los israelitas, pero en ningún momento se menciona la existencia en la ciudad de un templo o un palacio, lo que desconcierta a los arqueólogos.

"Sabemos que la destrucción de las tribus cananeas no fue un proceso inmediato, sino que se prolongó durante cientos de años. En el yacimiento hemos encontrado rastro de destrucción a dos níveles, uno que data de finales del siglo XIII a. de C., y otro un poco posterior, hacia medidados del siglo XII a. de C. Hay por tanto un espacio de 50 años entre ambos acontecimientos. Cuál de las dos destrucciones fue provocada por Josué es la gran pregunta", ha declarado Garfinkel al Post.

Fuente: The Jerusalem Post /The Times of Israel