¿De qué están hechas las chuches?

Son realmente atractivas. Sin embargo, su consumo excesivo y regular resulta de lo más perjudicial para la salud. ¿Pero de qué están hechas realmente las chuches?

Juan Domínguez

Las chuches tienen un 70% de azúcar en su composición. Foto: IStock.
Las chuches tienen un 70% de azúcar en su composición. Foto: IStock.

En principio, es necesario señalar que se hace imprescindible concienciar a a los niños en que el consumo de chuches no se debe convertir, al menos, en una rutina, ya que puede provocar una serie de problemas muy serios relacionados con la salud, como caries, obesidad, diabetes y hasta insuficiencia renal y enfermedades cardiovasculares. Y es que en algún caso cuentan con un porcentaje de azúcar del 70 por ciento.

Asimismo, aquellas personas que consumen gran parte de sus calorías diarias de productos ricos en azúcar suelen sufrir deficiencias en elementos esenciales para el adecuado funcionamiento del organismo como la vitamina A y C, el ácido fólico, el calcio y el hierro.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja reducir el consumo de azúcar a menos del 10% del total de calorías de la dieta diaria

En este sentido, hay que recordar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja reducir el consumo de azúcar a menos del 10% del total de calorías de la dieta diaria, lo que equivaldría aproximadamente a 50 gramos o 12 cucharitas, con el objetivo de evitar todas estas enfermedades.

Todos los expertos indican que hay que controlar el consumo de chuches en niños.
Todos los expertos indican que hay que controlar el consumo de chuches en niños. Foto: IStock.

Dicho todo esto es habitual pensar “que a nadie le amarga un dulce”. ¡Y es verdad! Pero hay que ser consciente de que las chuches no son saludables.

Azúcar, aditivos y conservantes

El Real Decreto 348/2011contempla la calidad y composición de estos productos, organizándolos en distintas categorías: los caramelos, que varían según sean duros (piruletas), blandos (toffees), comprimidos (pastillas) o gomosos (ositos): las gominolas, entre las que se encuentran los geles (ladrillos), los regalices, las espumas (nubes) o los fondants. Los confites (grageas, peladillas, garrapiñados), y los chicles.

Un patrón se repite y se incluye en la definición legislativa de su composición: “azúcar o aditivos edulcorantes”

Es verdad que las recetas difieren según la marca de la que hablemos, pero un patrón se repite y se incluye en la definición legislativa de su composición: “azúcar o aditivos edulcorantes”. Estos últimos son los que aparecen en el etiquetado con la letra E seguida de un número, como el sorbitol (E-420) o la sacarina (E-954).

Las gominolas llevan gelatina, que se fabrica a partir de productos animales.
Las gominolas llevan gelatina, que se fabrica a partir de productos animales. Foto: IStock.

Para obtener ese brillo tan peculiar, buena parte de los fabricantes usan grasas animales, cera de abeja y aceites vegetales

Por otro lado, y para obtener ese brillo tan peculiar, buena parte de los fabricantes usan grasas animales, cera de abeja y aceites vegetales. Sus colores tan atractivos son consecuencia del uso de diferentes ácidos, almidones (fécula de patata o maíz), aditivos, saborizantes y colorantes (naturales o artificiales). Algunos de estos últimos se llegan a extraer de insectos.

El corto viral sobre la elaboración de las gominolas

Pero hay un argumento más para aquellos que se dejan seducir por las gominolas, esas gomitas de colores que son tan habituales entre las chuches. ¿Alguna vez pensaste qué llevan? Azúcar, colorante y gelatina. Muy bien, pero el último ingrediente, aunque puede parecer inofensivo, en muchos casos está hecho con huesos y piel de animales.

La gelatina “proviene de hervir los huesos y pieles de animales procesados ​​para su carne (generalmente vacas y cerdos)”

Hace unos años, la artista belga Alina Kneepkens creó un corto que causó gran revuelo y en el que se muestra en detalle la producción de estas chuches. El vídeo comienza con el momento en que alguien se lleva una gomita a la boca y termina el inicio de su proceso.

En este sentido, es importante aclarar que la receta no tiene que ser la misma para todas las chuches. Sin embargo, es bueno tomar conciencia antes de llevarse algo una a la boca.

Un vídeo muestra cómo se hacen las gominolas.
Un vídeo muestra cómo se hacen las gominolas. Foto: IStock,

El video es difícil de ver y es que el proceso de creación de la gelatina revuelve el estómago, aunque es importante señalar que el ingrediente en sí no es insalubre.

LiveScience, en un artículo publicado en 2013 y titulado “qué es la gelatina”, dice sobre este producto: “La gelatina en sí es una colección de proteínas largas y fibrosas de origen animal llamadas colágeno, que se unen en estructuras helicoidales de tres hebras, similares a las hélices de dos hebras del ADN”. Y continúa: “Proviene de hervir los huesos y pieles de animales procesados ​​para su carne (generalmente vacas y cerdos)”. Esto es algo de lo que muestra la artista belga.

A pesar de ello, Medical News Today asegura que la gelatina contiene muchos aminoácidos y puede tener beneficios para la salud similares a los que obtendría del colágeno, que actualmente es una gran tendencia en el mundo de los alimentos saludables.

"Agregar gelatina a una dieta variada y nutritiva puede ser beneficioso"

 "Los aminoácidos que se encuentran en la gelatina también se encuentran generalmente en los huesos y órganos de ciertos animales. Dado que la mayoría de las personas no comen esas partes del animal, agregar gelatina a una dieta variada y nutritiva puede ser beneficioso ", asegura la revista médica.

Junto a las chuches tradicionales, suelen aparecer otras llamadas saludables.
Junto a las chuches tradicionales, suelen aparecer otras llamadas saludables.

Aún, así, va a ser difícil para muchas personas seguir disfrutando de las gominolas después de ver este vídeo.

Dicho todo esto, los fabricantes de chuches, conscientes de que la sociedad está cada vez más preocupada por seguir una dieta saludable y equilibrada, pero sin querer renunciar a los pequeños placeres, se han puesto manos a la obra para crear chuches “más saludables”. Hoy las estanterías de tiendas y supermercado aparecen repletas de productos con valores añadidos, como suplementos de vitamina C, sustitutos del azúcar y sin aditivos.