Contaminación lumínica, el fenómeno que nos roba las estrellas

La contaminación lumínica es la responsable de que en ciudades como Madrid, tengamos que “huir” hasta 50 km para poder contemplar las estrellas, privándonos de un derecho fuente de placer y conocimiento.

Candela Ayarzagüena

Uno de los mejores planes para una noche de verano es admirar el cielo, la inmensidad del espacio y los millones de estrellas que nos rodean. Por algo el cielo estrellado fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2008.

Un auténtico lujo si vivimos en una gran ciudad o zonas muy pobladas, porque en ese caso, sólo veremos un brillo blanquecino a nuestro alrededor.

El cielo estrellado es Patrimonio de la Humanidad desde 2008

Es la contaminación lumínica, un flujo luminoso producido por fuentes artificiales de luz de alta intensidad que producen una iluminación ineficiente, en la que se ilumina el cielo en lugar del punto necesario.

cielo estrellado
Contemplar el cielo estrellado es uno de los grandes placeres que nos regala la vida. Foto: iStock

¿Cómo se produce la contaminación lumínica?

Fruto de la “fuga” de luz, las fuentes de contaminación lumínica son todos aquellos puntos de iluminación que no cumplen unos requisitos básicos, es decir, son ineficientes, porque no es uniforme, deslumbra y dirige una gran cantidad de luz hacia el cielo.

Suele provenir de farolas y luces mal diseñadas, de un exceso de potencia en el alumbrado o un horario poco eficiente.

¿Qué consecuencias tiene la contaminación lumínica?

Si tenemos que enumerar las consecuencias de la contaminación lumínica, la primera y más importante de ellas es el desperdicio de energía que se produce, ya que se necesita más energía para conseguir la iluminación necesaria.

  • Deslumbramientos que afectan a la seguridad vial, al resultar peligrosos para los conductores
  • Dificulta el tráfico aéreo y marítimo
  • Más residuos contaminantes para producir el exceso de energía necesario
  • Alteración de los ciclos biológicos de animales y plantas
contaminacion luminica ciudad
En ciudades como Madrid hay que alejarse hasta 50 kilómetros para dejar atrás la contaminación lumínica. Foto: iStock

¿Cuánta contaminación lumínica hay en España?

Pues España tiene tanta contaminación lumínica como para ocupar el tercer puesto en el ranking europeo, y tenemos tanta como situarnos como el país con mayor gasto en alumbrado público por habitante.

A falta de una normativa estatal que regule la contaminación lumínica, esta responsabilidad recae en las autonomías. Hoy en día son muchas las comunidades que cuentan con normativa al respecto, pero fue Canarias la primera en promulgarla, en 1988, con la Ley sobre Protección de la Calidad Astronómica de los Observatorios del Instituto de Astrofísica de Canarias.

En cuanto a ciudades, la ciudad europea con más contaminación lumínica es Moscú, seguida de Londres, Róterdam, París, Atenas, Roma, Estocolmo y Millán.

¿Qué medidas se pueden tomar contra la contaminación lumínica?

  • Iluminar sólo las zonas y áreas que lo necesiten, siempre de arriba hacia abajo y sin dejar que la luz se disperse hacia otras zonas.
  • Hacer un uso más responsable de la iluminación de monumentos, fachadas de edificios y carteles publicitarios, no manteniendo esta iluminación de manera constante sino sólo durante algunas horas.
  • Utilizar farolas y luces eficientes.
  • Situar las farolas en lugares donde no tengan obstáculos y su luz ilumine correctamente las calles, carreteras y calzadas.
  • Utilizar sensores de movimiento, de tal manera que las farolas sólo se enciendan cuando hay viandantes y no estén encendidas continuamente.
  • Respetar las recomendaciones internacionales respecto a los niveles de iluminación adecuados.
  • Prohibir fuentes de iluminación como cañones de luz o láseres que envíen directamente luz al cielo.