Bañada por las confluentes olas del Atlántico y el Mediterráneo, Cádiz, la provincia más meridional de la península seduce de mil maneras diferentes: con hermosas playas doradas, sentido ambiente flamenco, hermosos pueblos blancos, bellas bodegas fundadas hace siglos y una soleada capital, en la que se celebra uno de los carnavales más importantes del país, afirma Lonely Planet.
Cádiz posee un incomparable entorno natural enclavado en el confín del continente, con África en el horizonte
Desde las elevadas cumbres de la sierra de Grazalema, que rozan los 1.700 metros, hasta los arenales de la Costa de la Luz, donde el verano nunca acaba, Cádiz posee un incomparable entorno natural enclavado en el confín del continente, con África en el horizonte. Junto al estrecho de Gibraltar se suceden acantilados oceánicos, dunas blancas, silenciosos pinares y pintorescos pueblos pesqueros, que aún practican el antiguo arte de la almadraba, además de una divertida escena de deportes acuáticos y ambiente playero bohemio.
Hacia el interior, las laderas de la salvaje sierra gaditana cobijan encantadores pueblos encalados, tentadores senderos de montaña y típicas artesanías, que van desde tejido de lana hasta la elaboración de quesos.

Las ciudades gaditanas, alegres y vitales, van desde Jerez, cuna del flamenco; Sanlúcar de Barrameda, con su personal manzanilla; El Puerto de Santa María, con sus casas-palacio; el enclave del kitesurf y windsurf por excelencia de Tarifa o el encanto de Cádiz, con sus frondosas plazas, animados barrios e interesantes museos. Todo ello unido a una gastronomía de primer orden que se nutre de los frutos del océano, las recetas tradicionales y la creatividad de grandes cocineros.
Por encima de todo, este irresistible rincón de Andalucía invita a vivir bien siempre, a ser posible, con una copa de jerez en la mano.
Perderse en playas paradisíacas
No se puede hablar de Cádiz sin mencionar su hermosísimo litoral, pues, además de ser la cuna española del kitesurf y windsurf, la Costa de la Luz gaditana acoge algunas de las playas más deliciosas del país, con el vecino Marruecos siempre a la vista. En temporada alta (julio y agosto), la costa se llena de veraneantes; en junio, septiembre y octubre se disfruta de ella sin aglomeraciones; en otros momentos, es perfectamente posible.

Vivir el flamenco
Este gran arte andaluz tiene sus orígenes en las ciudades de Jerez, Cádiz y Sevilla, y adentrarse en su apasionado mundo de cante, baile y guitarra es una de las mayores delicias que ofrece un viaje por la provincia gaditana. Ya sea un cante espontáneo en un ajetreado bar de tapas o un evocador espectáculo de tablao, el flamenco es siempre parte de la vida en Cádiz.
Gastronomía gaditana de lujo
La incomparable gastronomía gaditana gira en torno al producto fresco y cercano de temporada: el celebrado atún rojo de almadraba, la carne de retinta, la fruta y verdura de la huerta conileña y el jamón de Huelva, además de otros pescados y mariscos regionales.

En la sierra dominan los sabores de montaña, incluidos los galardonados quesos de la sierra de Grazalema. Aunque la DO Jerez-Xéres-Sherry es la gran estrella del mundo del vino gaditano, la IGP Vinos de la Tierra de Cádiz también produce exquisitos caldos. Aquí se come y se bebe de maravilla, a cualquier hora del día.
Descubrir su larga historia
Fundada en lejanos tiempos fenicios, Cádiz es una irresistible ciudad marítima y milenaria donde el pasado se revela directamente bajo los pies del visitante, con un estratégico enclave atlántico, grandiosa arquitectura urbana, curiosos museos y ecos de antiguas culturas que han ido dejando sus distintivas huellas.
Alberga desde ruinas de magníficas urbes romanas hasta las huellas del comercio con las Américas tras la colonización europea
Esta riqueza histórica se descubre por toda la provincia, que alberga desde ruinas de magníficas urbes romanas hasta las huellas del comercio con las Américas tras la colonización europea.
Maravillosos espacios naturales

Con seis parques naturales, más de 200 kilómetros de costa y un evocador parque nacional al frente, Cádiz alberga un sublime entorno que acoge desde pinares atlánticos, playas vírgenes, antiguas salinas y brillantes marismas hasta las cumbres de la sierra gaditana, hogar del amenazado pinsapo y el pico más alto gaditano (El Torreón, con 1.648 metros).
Un 35% de la provincia está oficialmente protegida y sus entrañas resultan todo un paraíso para los amantes de las aventuras al aire libre
Un 35% de la provincia está oficialmente protegida y sus entrañas resultan todo un paraíso para los amantes de las aventuras al aire libre.
Pueblos blancos de ensueño
Tierra adentro, los pueblos blancos de Cádiz respiran siglos de historia, con sus fachadas blanqueadas, sus laberínticos cascos viejos y su adormecido encanto. Originalmente, fueron encalados en el siglo XIX como protección contra el fuerte sol del sur y las infecciones. Hoy resultan uno de los grandes iconos arquitectónicos de la provincia, con un intrigante legado histórico que recuerda su tiempo al frente de la tumultuosa frontera islámica-cristiana.
Fuente: Lonely Planet.