Con la finalización de los exámenes de la EBAU hoy en Andalucía, la Selectividad cierra su convocatoria ordinaria del curso 2020-2021, y con ella uno de los momentos más inquietantes y decisivos de la vida de un estudiante universitario.
En cualquier punto de España, la preparación para este importante examen es férrea y el temario exhaustivo, barajando no sólo libros y apuntes sino todo un historial de exámenes para familiarizarse con el tipo de preguntas al uso.
Los viajes de Colón y el descubrimiento de América constituyen uno de los temas menos recurrentes en la selectividad
Estos exámenes pueden dar, o no, muchas pistas, e indagando en ellos hemos encontrado que el descubrimiento de América, los viajes de Colón que llevaron a España a dominar un imperio en el que no se ponía el sol, y que marcaron un ante y un después en nuestra historia, se cuentan entre los grandes olvidados de la asignatura Historia de España.
Su incidencia es de poco más de una veintena de preguntas en lo va de siglo, a falta de conocer las de este año, y tiene a Madrid como comunidad líder en realizarlas. Mientras, la dictadura de Primo de Rivera está entre las “trending-topic”, llegando casi a las 120 preguntas repartidas por todas las comunidades.
Los viajes de Colón y su significado histórico
El 3 de agosto de 1492 partió de Palos de la Frontera el primer viaje de Cristóbal Colón, pisando por primera vez suelo americano el 12 de octubre de 1492.
El descubrimiento de América fue un evento de importancia histórica para todo Occidente, tanto así que indica el fin del Medioevo y el inicio de la Edad Moderna.
Con el descubrimiento de América, el primer viaje de Colón marcó el final del Medievo y el inicio de la Edad Moderna
Fue, además, un evento que cambió para siempre la historia del Reino de España, así como del Imperio Británico. En menor medida fue también importante para el Reino de Portugal y otras potencias coloniales que se disputaron la posesión política y territorial del llamado, a partir de entonces, “Nuevo Continente”.

Primer viaje de Colón, el Descubrimiento (1492)
El primero y trascendental de los viajes a América se inició en el puerto de Palos de la Frontera el 3 de agosto de 1492 con una flota de tres naves, la Santa María (a bordo de la cual iba Colón), la Pinta y la Niña.
Tras una escala en las islas Canarias, la expedición zarpó el 6 de septiembre en busca de las Indias Orientales. Pero en su camino se interpuso el continente americano, donde arribó el 12 de octubre de 1492.
En América Colón recorrió el mar Caribe llegando a Cuba o lo que es hoy la República Dominicana. En esos viajes se perdió la nave Santa María, con cuyos restos se construyó el fuerte Navidad en la isla La Española, en el que se quedaron unos pocos voluntarios. El 15 de enero de 1493 la expedición inició su regreso a España, encontrando varios temporales que separaron a las dos naves, llegando la Pinta a Bayona y la Niña, en la que iba Colón, a Lisboa (Portugal). Ambos barcos llegaron juntos a Palos el 15 de marzo y Colón se dirigió a Barcelona para informar a los reyes españoles de sus descubrimientos.

Segundo Viaje de Colón: la colonización (1493)
El segundo viaje de Colón se preparó con rapidez y zarpó en septiembre de 1493, con la intención de asegurar el dominio español sobre los territorios recién descubiertos y continuar su camino hacia China y la India. Así fueron “descubiertas” las islas de La Deseada, Dominica, Guadalupe y Puerto Rico.
Sin embargo, al volver a La Española encontró el Fuerte Navidad en cenizas, víctima de una ofensiva de los indígenas Caribes, bajo el mando del cacique Caonabo. En su lugar fundó la Villa Isabela, y posteriormente recorrió las islas de Juana (hoy Cuba) y Santiago (hoy Jamaica). Luego se dirigió al sur, y después volvió a La Española, desde dónde volvió a Europa en 1496.

Tercer viaje de Colón: del paraíso al infierno (1498)
En 1498 Colón emprendió un tercer viaje, arribando a la isla de Trinidad alrededor del mes de julio. Visitó el Golfo de Paria y la desembocadura del río Orinoco (hoy en Venezuela), paisajes que describió en su diario con enorme sorpresa.
Los nuevos descubrimientos no eclipsaron sin embargo los focos de rebelión que iban apareciendo, no sólo por parte de los nativos, sino también de los colonos españoles que se sintieron estafados pues ni el oro estaba al alcance de la mano, ni los indios eran dóciles.
Tras muchos tumultos y la llegada a Castilla de los ecos de aquella rebelión, los Reyes Católicos enviaron a un juez a investigar qué estaba ocurriendo exactamente en las Indias.
En el año 1500 llegó a Santo Domingo el juez Francisco de Bobadilla que tomó la gobernación del virreinato y apresó a los hermanos Colón que fueron enviados a Castilla.

Cuarto viaje de Colón: oro y cacao en lugar de seda y especies (1502)
A pesar de todo, Colón volvió a partir rumbo en 1502, con la prohibición de pisar La Española y la misión de hallar un estrecho en aquellas nuevas costas que permitiera el camino hacia China y la India.
Colón exploró en esta oportunidad las costas de Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá, territorios en los que estableció contacto con los antiguos mayas.
Pero parece que Colón dejaba descontento y enemigos por donde pasaba y, de nuevo, tuvo que regresar azuzado por las rebeliones, aunque esta vez sin haber sido apresado.
Murió en Valladolid en 1505, sin cumplir su sueño de llegar a las Indias y sin entender la magnitud de las tierras halladas en su camino. Sería Américo Vespucio quien comprendiera que no se trataba de simples islas sino de un continente al que acabaría dando su nombre.

Quinto viaje de Colón: en busca del descanso eterno
Tras su fallecimiento, Cristóbal Colón fue enterrado en el convento de San Francisco de Valladolid, para ser trasladado, tres años más tarde, al monasterio de La Cartuja, en Sevilla.
En 1523, Colón volvió a cruzar el Atlántico junto a los restos de su hijo Diego para descansar en la isla de La Española. Allí, en la catedral de Santo Domingo, su cadáver reposó hasta que en 1795 España cedió a Francia la totalidad de la isla a raíz del Tratado de Basilea.
Sus cuerpos fueron de nuevo exhumados y trasladados a la catedral de La Habana, hasta la independencia de Cuba en 1898. Los restos de Colón regresaron entonces a Sevilla para ser enterrados en su catedral.