Por Edmundo Cano
El Aston Martin Vulcan es el más reciente miembro de ese exclusivo club de hiperautos que son demasiado radicales tanto para circular en la calle como para correr en algún serial categorizado, como es el caso del Ferrari LaFerrari FXX K y el McLaren P1 GTR; son simplemente los juguetes de circuito más extremos del orbe y sinceramente Aston era la última marca que se nos hubiera ocurrido que ingresaría a este selecto grupo, aunque tiene todas las credenciales para hacerlo gracias a su exitoso programa de competencia que le ha dado muchas victorias en los años recientes, experiencia que indudablemente fue definitiva en la decisión de producir un auto como el Vulcan, así como en su desarrollo.
Está basado en el monocasco de fibra de carbono del One-77, pero debidamente reforzado y modificado para uso dedicado en pista. La carrocería entera del Vulcan es de dicho material y exhibe un tratamiento aerodinámico extremadamente complejo, con un splitter frontal que básicamente forma parte de la apertura de la parrilla y un enorme difusor trasero que hace juego perfecto con el altísimo alerón. Aston Martin ha dicho que el Vulcan presagia el nuevo lenguaje de diseño de su siguiente generación de autos, por lo que podemos esperar en el futuro una parrilla y, sobre todo, unos faros con formas similares a los “ojos” del Vulcan.
Bajo el cofre encontramos, montado en una posición frontal-media, la versión más potente hasta el momento del famoso V12 de la marca, que en esta aplicación desplaza siete litros y genera más de 800 hp. El V12 está respaldado por una transmisión secuencial X-Track de siete relaciones, que envía la potencia sólo a las ruedas traseras a través de un cardán de fibra de carbono hasta el diferencial integral de deslizamiento limitado. La suspensión es tipo “push-rod” en ambas puntas, con geometría “anti-buceo”, barras estabilizadoras regulables y amortiguadores ajustables electrónicamente. Los frenos van firmados por Brembo, con mordazas de competencia y discos carbonocerámicos de 380 mm adelante y 360 mm atrás, cuyo sistema antibloqueo podrá ser regulado por el piloto para adecuar el auto a su estilo de conducción. Esto también será posible con el control de tracción. Michelin proveerá las slicks encargadas de hacer llegar al piso todo lo que generen los componentes enlistados en los dos párrafos anteriores.
Como sucede con sus rivales de McLaren y Ferrari, Aston Martin entrenará a los afortunados dueños de los sólo 24 Vulcan que serán producidos para que puedan exprimir el enorme potencial de su auto. Con un programa de adiestramiento liderado por el piloto de Aston Martin Racing Darren Turner –quien ya sabe lo que es ganar unas 24 Horas de LeMans-, los dueños podrán ir mejorando su técnica de conducción en varios autos de la marca, desde un Vantage de calle hasta un One-77, pasando por un Vantage de la categoría GT3 de la FIA, antes de manejar realmente a fondo el Vulcan. Una vez completado este proceso, durante todo 2016 Aston Martin llevará a cabo días de pista privados en varios de los más famosos circuitos de Europa para que los propietarios del Aston Martin más bestial de la historia corran a gusto su juguete.
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