Por Manuel Fernández (@Mfer_89) Fotos: Carlos Quevedo
En estos días resulta complicado encontrar un derivado pasional sobre coches concebidos desde su origen para acaparar volúmenes de ventas y ser económicos. El GLI jugaba casi en solitario porque entre los tricuerpos del segmento C había que subirse a un más complejo Subaru WRX para dar con una fórmula parecida, pero esta opción japonesa es técnicamente más avanzada, en otro rango de potencia y, por supuesto, en otra órbita de precios.
También hay sedanes compactos con algún tacto deportivo por sensaciones, pero que en desempeño puro califican de convencionales, véase un Mazda3. Y ejemplos como un Chevrolet Cruze o un Honda Civic 1.5 Turbo recurren a la sobrealimentación como un reemplazo a motores aspirados de uso rutinario y no como un recurso para ser más rápidos que el promedio de sus equivalentes... aunque por factores como la elevada altitud de muchas de nuestras ciudades, lo consiguen casi sin intención.
De esta forma, al GLI le hacía falta un contrincante que repitiera su planteamiento de partir de una base generalista para conseguir una experiencia de conducción más entretenida, pero sin perder la practicidad inherente a su condición de auto para el día a día.
Y esa competencia la ha encontrado en el Sentra, otro superventas en su amplio nicho que en su vertiente NISMO se ha querido tomar más en serio su planteamiento radicalizado, pues más allá de su polémico kit de carrocería, hay modificaciones a conciencia en la suspensión pese a mantener un eje torsional posterior, apartado que se suma a su motor y su caja manual como única opción, herencia del Sentra SR Turbo. Y ahí hay una diferencia clave contra el Jetta, pues el VW en su ocaso ya solo se halla en las agencias con transmisión DSG. Lo otro es que el Jetta sigue siendo más poderoso, aunque esa teórica ventaja la compensa el Nissan con un precio menor y, al final, es la orientación que cada marca le da a su propuesta de un sedán compacto rápido hecho para un usuario más entusiasta.
Así haya pormenores que se esfuerzan en ser consecuentes con precios arriba de los 400 mil pesos, las cabinas no pueden esconder del todo la condición de coche económico inherente a estos compactos. Esos cambios también buscan darles un aire más juvenil, ya sea con contrastes en tapizados o molduras y hasta dudosos acentos imitación fibra de carbono, que se encuentran en las vestiduras del Jetta o en adornos plásticos en el Sentra.
Al final, en calidades ninguno es referente tampoco, pero el VW saca una ventaja porque lo único que se ve realmente tosco son sus paneles y agarraderas de puertas, mientras en el Sentra la lista se extiende a un material de techo no muy fino, a sus cabeceras traseras fijas, a que no todos los botones de los cristales están retroiluminados en la noche o hasta en el hecho de que, en nuestra unidad casi nueva, ya se había fundido el foco de una de las perillas del A/C, que por cierto es manual. Entrando a apreciaciones más subjetivas, también nos agrada más la sensación que transmiten las puertas y la cajuela del VW al abrirlas o cerrarlas, incluso la operación de sus botones y nimiedades que al final cuentan por el costo a pagar, como que el acceso manos libres del GLI actúa por medio de una bien enrasada superficie táctil en la manija y no por un botón.
En lo ergonómico hay también más elaboración en el VW. La postura de manejo no califica de excelente en ninguno, con unos blandos asientos en el Nissan pese al soporte extra en este NISMO, en los que se va sentado alto, dominante, no integrado a la cabina sino sobre ella, con un volante muy angosto y unos puntos fijos del respaldo muy lejanos entre sí, lo que para ciertos conductores será la diferencia en ir demasiado verticales o muy acostados. En el GLI no solo los ajustes son más precisos (por el hecho de ser eléctricos, además), sino que los cojines son más anatómicos con un mayor equilibrio entre blando y firme, se agradece la presencia del apoyo lumbar o el acelerador anclado al suelo y, eso sí, habríamos querido un volante que se regulara más en profundidad. Su única gran queja es un retrovisor izquierdo pequeño y, por ser de especificaciones americanas, con un campo de visión muy limitado. Compensa, eso sí, que haya detección y alerta de objetos en el punto ciego.
En otros aspectos, también es mejor la interfaz de información y entretenimiento del Jetta por sus más modernos gráficos y operación más fácil de entender. En el Sentra nos llamó la atención que al presionar la pantalla, a veces emitía el mismo ruido cuando se hacía clic en los viejos ordenadores con sistema operativo Windows... eso no ayuda mucho a la impresión de modernidad.
Son muy distintas las formas en las que cada coche llega a entretener a quien se ponga a sus mandos. El Sentra involucra más por el simple hecho de ser manual y el Jetta delega mucho a la efectividad de su tren mecánico.
Hablando de transmisiones, la manual del NISMO es buena, precisa, con un embrague que corta muy abajo, pero el tacto de la palanca no es muy distinto al de cualquier auto nipón, competente, aunque sin una firmeza adicional ni un recorrido tan corto que lo haga sentir especial. La DSG del VW, por su parte, ya presentaba alguna típica vibración en arranque, de esas que les suelen aparecer a estas cajas con el uso al desajustarse los embragues (esta unidad tenía casi 30,000 km). Además, su usual retraso al arrancar no la hace muy llevadera en tráfico denso, aunque en carretera, una vez se pase al más inmediato modo “S”, la unión con el motor la hace muy efectiva e inteligente en diversas circunstancias. Y si le sumamos la presencia del Launch Control, se otorga un margen de superioridad más amplio en el VW en aceleraciones desde parado, no solo en rebases.
Muchos valorarán también el pulimento del dos litros del Volkswagen, cuya ventaja no solo es obvia por su mayor torque y potencia, también por su respuesta más amplia tanto en la parte baja como alta del cuentavueltas. El silencioso 1.6 del Sentra tiende a “ahogarse” con más prontitud y es ahí donde conviene estar pendientes del cambio en el que se circule, porque, eso sí, al menos sus relaciones son cortas para conservarlo en un régimen óptimo. No es que el Sentra sea lento, pero el GLI, por no mucho más, lo deja atrás.
Donde el Nissan saca la cara es en sus frenos, pues mientras el GLI no abandona ese típico tacto de la marca alemana al pedal, con un recorrido que se alarga y no es lineal ni preciso en su modulación, el nipón es directo y más firme, no muy distinto a otros Sentra, pero sí da una mejor sensación en paradas delicadas. En distancias empatan desde 100 km/h, el VW saca la ventaja desde 120 y desde 140 el Sentra muestra mejor mordiente.
El VW trata de reconciliarse con una suspensión más homogénea y plantada (no necesariamente más silenciosa) consecuente con su dirección mejor conseguida en asistencia, también con una capacidad de trazado más intuitiva. Es de resaltar que el NISMO vira mucho más plano y consistente que otros Sentra, pero es que el umbral del Sentra, para empezar, no era muy alto, así que tiene mérito que el Nissan radicalizado logre asimilar las capacidades de su 1.6 sobrealimentado, cuando la plataforma en la versión genérica del mismo auto a duras penas puede con el mermado 1.8 aspirado. Así el Jetta ofrezca un paquete más completo que lo hace el ganador de esta contienda, nos quedamos extrañando mucha más precisión en los frenos o una caja más refinada. ¿Para cuándo el nuevo Honda Civic Si? Ese podría combinar las virtudes del NISMO y el GLI además de estar construido en una base más moderna, pero no esperen que cueste lo mismo.
Nissan Sentra NISMO
Unidad probada
437,400 pesos (a fecha de la publicación)
NOS GUSTA
- Que sea manual
- Tacto de frenos
- Amplitud
NOS GUSTARÍA
- Motor más enérgico
- Mejores asientos
- Menos ahorros en acabados y equipamiento
Volkswagen Jetta GLI
Unidad probada
429,990 pesos (a fecha de la publicación)
NOS GUSTA
- Motor aún vigente
- Calidad de marcha
- Nivel de equipamiento
NOS GUSTARÍA
- Mayor rango de ajuste en volante
- Frenos más precisos
- Contrapuertas mejor terminadas
Resumen técnico
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Nissan Sentra NISMO |
Volkswagen Jetta GLI |
MOTOR |
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Tipo/cilindrada: |
L4, 1,618 cc |
L4, 1,984 cc |
Potencia máxima: |
188 HP a 5,600 rpm |
210 HP a 5,300 rpm |
Par máximo: |
240 Nm a 2,000 rpm |
280 Nm a 2,000 rpm |
TRANSMISIÓN |
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Caja: |
Manual, |
Automática, |
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seis velocidades |
seis velocidades |
Tracción: |
Delantera |
Delantera |
DIMENSIONES |
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Largo x ancho x alto: |
466 x 176 x 150 cm |
465 x 177 x 145 cm |
Distancia entre ejes: |
270 cm |
265 cm |
Cajuela: |
503 litros |
510 litros |
Peso vacío: |
1,252 kg |
1,436 kg |
PRUEBAS AUTOMÓVIL(a 2,240 msnm) |
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0 a 400 metros: |
16.95 s |
15.60 s |
Rebase 80 a 120 km/h |
6.28 s |
5.64 s |
Frenado de 100 a 0 km/h: |
39.8 m |
39.8 m |
Consumo medio: |
15.4 km/l |
9.59 km/l |