El último Chrysler en portar el nombre Imperial llegó a nuestro país gracias a la apertura a las importaciones automotrices, a pelear al tú por tú con otro coches de lujo que los mexicanos no habían tenido por un largo tiempo.
Por Edmundo Cano
Durante la primera mitad del Siglo XX,
el nombre Imperial fue sinónimo de autos superlativos que englobaban todo el lujo y la ingeniería que el Grupo Chrysler podía incorporar en un automóvil. Con rasgos distintivos, e incluso siendo una marca propia –como Plymouth, o Dodge- en lugar de solo una opción de equipamiento, el Imperial representó dignamente a Chrysler frente a los autos de lujo con los que competía, tanto americanos como europeos.
A principios de los años 80, luego de la fuerte crisis que azotó a la industria automotriz americana,
el Imperial dejó de existir, fiel reflejo de los acontecimientos por los que pasaba Chrysler, que en esos años estuvo al borde de la bancarrota. Tuvo que llegar
Lee Iacoca y su plataforma K de tracción delantera para salvar a la empresa.
De regreso
Comenzando los años 90, ya con una economía mucho más estable,
el Imperial revivió, esta vez como un modelo Chrysler. Basado en la plataforma Y, que era una versión alargada de la K. El tren motriz estaba compuesto por un V6 de 3.3 litros y 147 hp acoplado a una caja automática de 4 cambios.
Suspensión de aire ajustable, una rareza a principios de los 90, le otorgaba una calidad de marcha magnífica, como pasear en una nube.
La carrocería presumía ángulos rectos en todos sus flancos, y toques únicos del Imperial como
el toldo Landau de vinil, los faros retráctiles y la afilada parrilla, la calavera corrida en la parte trasera, y como broche de oro el emblema de cristal con el águila de Imperial, único del modelo.
Oficina de lujo
Pero como todo buen auto de lujo, lo mejor estaba en el interior, donde Chrysler volcó cuanta conveniencia podía poner en un auto.
Todos los mandos eran eléctricos, tenía el famoso tablero digital de la marca, y un amplio interior con vestiduras en velour o en piel Mark Cross opcional, complementada con adornos en madera. Tal vez en esta época no parezca tan suntuoso, pero
hace 25 años era un verdadero auto de lujo, con una apariencia elegante y mecánica sólida. El Imperial estuvo en producción por 4 años, hasta que la plataforma K fue reemplazada por la nueva LH, que escribiría su propia historia en los 90.
En México
Sorprendentemente,
el Imperial se vendió en nuestro país por un año solamente, 1991, luego de que un año antes el mercado nacional se abriera a las importaciones automotrices, que estuvieron prohibidas por el gobierno durante casi 30 años. El Imperial era importado sólo bajo pedido, pero era el único coche que el Grupo Chrysler tenía para
hacer frente a autos de lujo que llegaron a nuestro país bajo las mismas circunstancias, especialmente el
Lincoln Town Car y el Cadillac Deville. Sin embargo, debido a que era un auto bastante más caro que estos, solamente 114 ejemplares llegaron a territorio nacional.
Muy raro
Con tan pocos ejemplares en territorio nacional, encontrar uno en buenas condiciones es bastante difícil, pero nos las arreglamos para rastrear este ejemplar que se encuentra en excelentes condiciones.
El dueño pasó meses buscando uno para que fuera su auto de bodas, y luego de ver varios en mal estado, por fin encontró este ejemplar en negro con el interior en piel, que lo único que necesitó para lucir como en las fotos fue
un ligero retoque a la pintura negra original, y conseguir un tapón que le faltaba, que fue traído de Estados Unidos. De ahí en más, se mantiene en condiciones originales y solamente le faltan un par de detalles, que el dueño ya está atendiendo, para quedar en condiciones de agencia.
El último
Después de que terminó la producción del Imperial de esta generación en 1993 –junto con todos los autos basados en la plataforma K y sus variantes-, Chrysler no ha vuelto a usar tan reverenciado nombre, por lo que el de 1990-1993 permanece como el último de la historia.
Y si bien en esa época este auto fue un coche de lujo apropiado para sus tiempos, y la plataforma K fue una de las más importantes de toda la historia de Chrysler, dista mucho de haber sido de los mejores productos de la empresa; con la plataforma de tracción trasera que en estos días emplean autos como el
Chrysler 300 y el
Dodge Charger, Grupo Chrysler podría construir un imponente sedán de lujo que pusiera broche de oro a un nombre de tal magnitud. Pero en esta época de SUVs y crossovers, se ve muy, pero muy difícil que algo así pudiera pasar…