Por José Virgilio Ordaz (@Neckriagen).
Aunque se presentó la “cuarta” generación de la Montero –o Pajero, como se le conoce en otros mercados- en 2006, lo cierto es que se trató de una revisión profunda del modelo anterior (1999-2006), con lo que es uno de los modelos más veteranos de la ya de por sí envejecida gama de Mitsubishi.
Si bien la Montero, la ASX y la Outlander han tenido mejor suerte que el Lancer, el Eclipse (el verdadero, no el venidero crossover), el Galant o la Endeavor, que yacen en el panteón automotriz, requieren también de una renovación lo más pronto posible, especialmente la gran SUV.
Pero como recordaremos, poco más de la tercera pare de Mitsubishi fue adquirida por Nissan, con lo que la marca de los tres diamantes se integra a la Alianza Renault-Nissan y compartirá plataformas y motores con la sociedad franco-nipona, además de quedar bajo el control operativo de Nissan, vía su anterior CEO Carlos Ghosn.
Uno de los primeros productos de este acuerdo podría ser la mencionada Montero, que como se esperaba, derivaría de la siguiente generación de la Nissan Patrol, misma que ya conocemos como la segunda generación de la Armada y la Infiniti QX80. Al parecer, podría recibir algún tipo de asistencia eléctrica, como señala Trevor Mann, director de operaciones de Mitsubishi, esto, con el fin de hacer frente a los estándares de consumo y emisiones más estrictos en el primer mundo, por lo que un desarrollo conjunto ahorraría costos: “Una de las cosas que necesitamos ver es cuáles son los beneficios que podríamos tener en términos de mantener ese producto si trabajáramos con Nissan, eso es algo que vamos a explorar".
Hablando de la Alianza Renault-Nissan, la parte francesa ha sido acusada una vez más de posible fraude en los sistemas de control de emisiones de sus autos, tal como en el caso Dieselgate de Volkswagen. Renault ya fue señalada por una investigación del gobierno francés hace un año, cuando incluso se allanó la sede de la firma y se confiscó equipo de cómputo y documentos. Aunque eventualmente se le exoneró, Renault modificó de manera voluntaria el software de la crossover Captur.
Ahora, el nuevo embate viene de publicaciones vertidas por diarios de circulación francesa donde señalan las emisiones homologadas y las del mundo real de la marca diferirían desde hace 25 años y el CEO de Renault, Carlos Ghosn, habría tenido conocimiento de ello.
El fabricante señala que no hará declaraciones al respecto en tanto que no se puede confirmar la veracidad, integridad y fiabilidad de la información publicada. En el caso anterior Renault reconoció que los ciclos de homologación europeos difieren de lo observado en el mundo real, aunque es algo que afecta a otras marcas (Mercedes-Benz, General Motors, Ford y Fiat-Chrysler también han sido señaladas; FCA incluso recibió una sanción de la EPA por una investigación análoga). En caso que la investigación avance, Renault se ceñiría a la laguna legal que ha impedido que Volkswagen sea sancionada por las autoridades europeas.