Carlos Tavares, elegido como CEO de la fusión PSA-FCA, indica que se mantendrán todas las marcas actuales de ambos consorcios, por lo que Chrysler se mantendrá viva.
Por José Virgilio Ordaz.
La noticia más importante del mercado automotor en lo que va del año es el anuncio de una fusión entre Grupo PSA y FCA.
Carlos Tavares
Como CEO del que será el cuarto fabricante más grande se eligió a Carlos Tavares, hasta ahora, CEO de Grupo PSA. El portugués reflotó a PSA Peugeot-Citroën, lanzó DS, concretó la compra de Opel-Vauxhall y los llevó a tener números negros por primera vez en más de 10 años.
FCA post-Marchionne
Tavares parece ser el indicado para sanear a Fiat-Chrysler, que si bien también logró números negros en la era de Sergio Marchionne, arrastra plataformas envejecidas, marcas con apenas uno o dos modelos sustentables y un severo retraso en electrificación y manejo autónomo.
Marcas con problemas
La peor situación es para Chrysler, con apenas la Pacifica y un 300 que no ha envejecido con la gracia de sus hermanos de Dodge, marca que tampoco la tiene fácil con las veteranas Journeyy Durango. La situación de Fiat, sustentada en el 500 y Maserati, con poco éxito, también es complicada.
Fusión PSA-FCA mantendrá marcas
El temor que alguna marca pasara por la guillotina por la fusión PSA-FCA, especialmente Chrysler, no es gratuito. Después de todo, Plymouth y Lancia no entraron en los planes del consorcio italoamericano. Sin embargo, Tavares garantizó la supervivencia de las 14 marcas en el acuerdo.
Marcas
Peugeot, Citroën, DS, Opel, Vauxhall, Fiat, Abarth, Alfa Romeo, Chrysler, Dodge, Jeep, RAM, Maserati y Fiat Professional se mantendrán, indicó Tavares, pues cada una cuenta con su propia historia y sus puntos fuertes. Ferrari permanece como una entidad independiente.
Sinergias
El ejecutivo indica que cada compañía se complementa geográficamente: FCA tiene mayor penetración en América y Grupo PSA en Europa, además que se complementan en cuestión de marcas y tecnología, por lo que considera que es un buen trato para ambas partes, con beneficios mutuos.
Complejidades
Tavares acepta que la fusión podría tomar hasta un año, pues aún hay cuestiones que resolver con los sindicatos y con las autoridades estadounidenses, francesas e italianas, especialmente luego que no descartaran ajustes de personal. No se habló de la permanencia de modelos específicos.