Kia Stinger: prueba de manejo

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Por Gilberto Samperio (@gilsamperio)    Fotos: Carlos Quevedo

 

Nuestra labor como periodistas especializados nos coloca en circunstancias muy específicas …y envidiables. Tal es la ocasión que concede esta rara oportunidad para que valoremos a fondo una de las apuestas más serias y atractivas de los últimos años, por lo menos bajo el criterio de un amante de los coches de buen nivel: el nuevo Kia Stinger.

 

 

Resulta pertinente aclarar que nuestro ejemplar ponderado es un preserie, por lo cual todavía no califica como la versión final a comercializarse en México. Incluso monta plásticos sin texturas, planos, solo funcionales, con el único fin de comprobar la facilidad y confiabilidad del armado en la línea de producción.

 

Aclarado el punto, también hay que destacar que si bien el coche lo sometimos a nuestro habitual batería de pruebas, algunos cambios pueden ocurrir en el modelo disponible a venta en el futuro inmediato, sobre todo en el equipamiento tanto de amenidades como de seguridad y asistencias.

 

 

Ancho, bajo, con un primer volumen largo que da suficiente espacio al sorprendente V6 turbocargado de 3.3 l, (en el dinamómetro erogó 381 HP y 520 Nm/383 lb-pie), nos saluda una fascia de enorme boca flanqueada por sendas tomas laterales que refrescan los considerables discos controlados por pinzas de cuatro pistones, cortesía de Brembo. Una muy apreciada carta de presentación de sus posibilidades dinámicas, también sugeridas por narices falsas en el cofre y branquias detrás de las salpicaderas.

 

 

Le sigue una cintura fuerte, que sustenta visualmente un remate grácil y prolongado del techo, esa amable curvatura que define al clásico coupé. En este caso Kia juega un poco más al espíritu europeo y construye un portón trasero de gran tamaño, al estilo del Audi A5, para definir su tercer volumen. Acompañan muy atinadamente calaveras de buen tamaño unificadas y escapes dobles duplicados que solapan un discreto difusor, nota deportiva que puede enamorar.

 

 

En cuanto a la cabina, sobra decir que el notable espacio acomoda muy bien a cinco adultos, de talla normal, sin problemas. Los de huesos anchos quizá sufran un poco de apretujamiento si optan por ocupar las tres plazas traseras. Mientras, los asientos delanteros son más envolventes merced los mullidos pétalos de sus respaldos, que sin ser tan radicales como los de competencia, acomodan muy bien casi cualquier humanidad con total amabilidad.

 

 

Si miramos hacia la cúpula, la disposición es conocida de la casa, con una pantalla al centro –secundada por tacómetro y velocímetro–, que nos informa de los pormenores del viaje como del modo seleccionado (cinco disponibles: Smart, Eco, Comfort, Sport y Sport +), que en este caso solo alcanza la gestión de la transmisión automática de ocho relaciones y un poco menos a la dirección. En la consola frontal, domina nuestra mirada una pantalla táctil de buen tamaño; le siguen los botones del radio así como los mandos del HVAC. Curiosamente, su disposición sumada a los tres ventilas circulares del sistema de ventilación nos evoca irremediablemente a los coches de la estrella alemana. ¿Por qué será?

 

 

Dado el dominio de la ergonomía de los coreanos, ningún mando resulta oculto o difícil de ubicar, lo que facilita muchas acciones sin distraer la mirada. Vale la pena mencionar que abundan los pequeños espacios para guardar tantos objetos personales que explican su carácter viajero.

 

Construido un 55 por ciento en acero ultrarresistente, el chasís del Stinger no únicamente ofrece una base muy sólida para acomodar los refinados trenes de suspensión –MacPherson con doble brazo delante y multibrazo de cinco elementos atrás–, sino que concede una excelente plataforma para presumir una completa afinación de todo el vehículo en el mítico circuito de Nürburgring. Conforme al discurso de presentación celebrado en el último NAIAS, este Kia fue concebido, diseñado y pulido en Alemania. Pero será un producto para todo el mundo, orientado a los entusiastas de las siglas GT. Globalización confirmada; lo mejor de la calidad mundial.

 

Lo mejor es el resultado final: admirable. Desde la posición al volante de pronta resolución con excelente visibilidad hacia todos lados y varios elementos que declaran su orientación hacia el placer de conducción, para cerrar con una experiencia de manejo satisfactoria. Desmenucemos esto último poco a poco.

 

 

Definido por la casa coreana como una fresca interpretación de las siglas GT, su mejor ambiente son las vías rápidas, autopistas donde puede rodarse a ritmos altos de manera constante, sin descanso y sin escasez de recursos potenciales. En este sentido, la energía del 3.3 litros ayuda mucho; siempre disponible desde las 2,000 rpm –los turbocargadores empujan desde las 2,500 vueltas y conservan el aliento hasta la zona roja–, y gracias a una caja bien entendida, logramos pasos veloces en la vecindad de los 160 km/h sin reparos ni quejas. Basta exceder media carrera del acelerador para rebasar sin menoscabo de nuestras reservas de par o torque. Ayuda mucho a la sensación de dominio una suspensión que califica de firme, que otorga una marcha no tan sedosa como la de un coche alemán premium, pero sí filtra de manera muy efectiva casi todo lo que encuentren las ruedas a su paso.

 

Durante nuestras pruebas, si bien no dispone del mecanismo de arrancón (Launch Control en anglosajón), la contundencia y el acertado escalonamiento de la transmisión permite aceleraciones fulgurantes; de hecho, antes de cubrir el kilómetro ya se alcanzan los 200 km/h. ¿Velocidad punta observada? 247 km/h en el mojón de los dos kilómetros. Notable, máxime si consideramos que su masa total es de 1,800 kg –en báscula–, explicada en buena medida por todos los extras que debe incorporar un coche de sus pretensiones viajeras y representativas.

 

 

En un plano más exigente, en una zona de curvas por ejemplo, el Stinger también satisface ese viejo anhelo por gozar de un trazado corto y demandante. En este entorno, conviene usar primero el modo Sport, para entendernos bien con el coche. La dirección permite acometidas precisas, maniobras solo acotadas por el mayor peso pues el Kia posee una actitud casi neutral…excepto a la salida de la curva, porque las ruedas tractoras tienden a derrapar un poco, lo suficiente para que apreciemos ese desliz con alegría, porque el ESC tolera pero corrige a tiempo para evitar un incidente mayor.

 

Si aplicamos el modo Sport +, debemos ser más conscientes y atentos, porque el segundo eje apunta a perderse de manera más abrupta y si no dominamos la técnica del contravolante, nuestra diversión puede terminar antes de lo esperado ya que el control de estabilidad nos deja jugar con los límites de este divertido y completo Gran Turismo asiático.

 

 

Finalmente, los frenos cumplen a cabalidad su misión precautoria, pese una carrera de su pedal más larga de lo esperado. Pero las distancias son claras.

 

Con una etiqueta estimada en los 800 mil pesos, el nuevo Kia Stinger en su versión V6 sí puede declararse una redefinición de lo que debe ser un Gran Turismo de estos días. Su tamaño, comodidades y amenidades, le dan valor como coche representativo mientras el notable desempeño, gracia de un certero tren motor y afinación fina del bastidor, corroboran su clasificación como Gran Turismo. Sin duda alguna, Kia ahora apuesta por los consumidores elitistas. Falta esperar la reacción del gran público, que en México ha respondido de maravilla a las propuestas de la coreana. 

 

 

Unidad probada

 800,000 pesos (estimado)

 

NOS GUSTA

-      Estampa diferente

-      Desempeño dinámico

-      Tren motor

 

NOS GUSTARÍA

-      Suspensión más firme

-      Escape más sonoro

-      Launch Control

 

Resumen técnico

MOTOR

Tipo/cilindrada: V6, 3.3 l Biturbo

Potencia máxima: 365 HP a 6,000 rpm

Par máximo: 510 Nm a 1,300 rpm

TRANSMISIÓN

Caja: Automática, ocho velocidades

Tracción: Trasera

DIMENSIONES

Peso vacío: 1,750 kg

Tanque de combustible: 70 litros (est.)

Largo x ancho x alto: 483 x 187 x 140 cm

Distancia entre ejes: 290 cm

Cajuela: 450 litros (est.)

PRUEBAS AUTOMÓVIL (a 2,240 msnm)

0 a 400 metros: 14.54 s

Rebase 80 a 120 km/h: 3.46 s

Frenado de 100 a 0 km/h: 38.7 m

Consumo medio: 11.9 km/l