Hyundai Accent GLX Sedán 2018: prueba de manejo

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Por Gilberto Samperio (@gilsamperio)                     Fotos: Carlos Quevedo

 

Quizá un tanto por comodidad o porque las ventas de los subcompactos todavía representan una importante rebanada del pastel de coches nuevos en suelo azteca, Hyundai nos presenta su interesante apuesta llamada Accent.

 

 

Comparte plataforma con el Kia Rio y, atinadamente, factoría de nacimiento: Pesquería, Nuevo León. Y también el motor, por razones obvias de producción.

 

Pero hasta ahí llega el reparto genético compartido. En cuanto a imagen exterior, el Hyundai luce como un coche más costoso virtud de su parrilla hexagonal y fascia apegada a la filosofía Fluidic Sculpture. Sus grandes faros y una proporción de volúmenes más cercana a la versión europea de sedán lo vuelven más fluido y fresco, visualmente hablando.

 

 

Su cintura resulta discreta pero fuerte, gracias a unas ruedas de rin 17; el cierre, un atractivo remate apoyado en largas y elegantes calaveras que sustentan armoniosamente a una cajuela de buen tamaño.

 

 

En cuanto a la cabina, el aire que se respira es de calidad. Los plásticos si bien no acusan la suavidad de los premium, observan terminados de buena calidad y no hay rechinidos o detalles que hablen de bajo costo. Desde los asientos tapizados en símil de piel –con un diseño atractivo– hasta la clásica disposición de la cúpula con su pantalla monocromática entre los dos relojes –tacómetro y velocímetro–, que nos recuerdan a los primeros sedanes que analizamos de la casa coreana.

 

 

Su pantalla central, con posibilidades táctiles, tampoco sorprende pero da gusto que un coche de tamaño relativamente pequeño lo disponga, pese a su sencillez en los gráficos de su interfaz visual. Y si bien el volante también parece extraído de sus hermanos mayores, las funciones y posibilidades de sus botones facilitan el manejo de las amenidades que ofrece este Hyundai.

 

 

Aunque solo está disponible en la versión analizada –tope de gama, GLS–, el equipamiento resulta muy completo si vemos en el segmento que compite: seis bolsas de aire, ESC, climatizador, ventanillas eléctricas, sin castigo en tema de espacio personal. Porque abundan los compartimentos y huecos para multitud de objetos personales. Muy bien para ser un subcompacto.

 

Eso sí, el espacio en la segunda fila no abunda, y pasajeros con tallas superiores al 1.70 metros padecerán restricciones en las rodillas.

 

 

Su movilidad corre por cuenta de un cuatro cilindros de 1.6 litros atmosférico, ya apreciado en el Kia Rio. No es un mal motor y su potencia de 121 y par motor de 150 Nm (111 lb-pie), nos concede una buena banda de uso. Afortunadamente, viene acoplado a una transmisión automática de seis relaciones, que extrae de manera muy asertiva el potencial de este propulsor.

 

 

En las vías de alta velocidad, el motor logra ritmos interesantes para su escasa cilindrada; a 3,000 rpm en la sexta relación, concede una conveniente velocidad de 110 km/h. Y todavía observa un gasto de combustible en la vecindad inferior de los 20 km/l. Nada mal para un subcompacto.

 

 

Cuando pudimos valorarlo en nuestra zona preferida de curvas y cambios demandantes, el Accent cumplió muy bien. El atmosférico posee suficiente brío para conservar buenos pasos en carreteras de montaña, donde se entiende casi a la perfección con la caja automática, a pesar de que no es proactiva y tampoco hay manetas tras el volante ni modos extras para optimizar el desempeño. Y si bien la marcha apunta a sedosa, su filtrado no es tan bueno en caminos maltratados, circunstancia que también aflora cuando se acometen curvas cerradas, con un balanceo muy evidente y un subviraje notorio pero fácil de llevar. De hecho, puede resultar divertido jugar con sus límites porque la afinación del chasís califica de noble y tolera estos excesos de nuestra parte, siempre que no excedamos los límites de la física.

 

 

En la ciudad, observa la agilidad y pronta reacción de una dirección bien afinada, que facilita mucho nuestro escabullir de los pasos complicados o las calles estrechas. En este sentido, es fácil de llevar y de acomodar, muy citadino.

 

Si bien la etiqueta por arriba de los 280 mil pesos puede parecer alta para su tamaño, los beneficios de calidad, buen balance dinámico y completo equipamiento hacen del Hyundai Accent una opción muy valedera a ojos razonables que gusten de un manejo entretenido. Y encima, que conceda la oportunidad de ser ahorrativo con un poco de esmero de nuestra parte, lo vuelve un fuerte candidato para los automovilistas más sensatos. Sin duda, una gran apuesta, casi ganadora en un segmento todavía fuerte en términos de volumen en el mercado mexicano.

 

Unidad probada

285,400 pesos (a fecha de la publicación)

 

NOS GUSTA

-      Aspecto limpio y fino

-      Motor brioso

-      Ahorro de combustible

 

NOS GUSTARÍA

-      Más espacio atrás

-      Suspensión más firme

-      Un poco más de potencia

 

Resumen técnico

MOTOR

Tipo/cilindrada: L4, 1,591 cc

Potencia máxima: 121 HP a 6,300 rpm

Par máximo: 150 Nm a 4,850 rpm

TRANSMISIÓN

Caja: Automática, seis velocidades

Tracción: Delantera

DIMENSIONES

Peso vacío: 1,180 kg

Tanque de combustible: 45 litros

Largo x ancho x alto: 438 x 173 x 146 cm

Distancia entre ejes: 258 cm

Cajuela: 390 litros

PRUEBAS AUTOMÓVIL (a 2,240 msnm)

0 a 400 metros: 19.65 s

Rebase 80 a 120 km/h: 10.65 s

Frenado de 100 a 0 km/h: 38.6 m

Consumo medio: 12.6 km/l