Por Manuel Fernández
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Ya son más de dos generaciones las que han pasado desde que el Hyundai Accent y el Kia Rio se convirtieron en productos casi idénticos a raíz de su plataforma, mecánica y diversos componentes que utilizan en común.
La historia se repite una vez más y, de paso, es la planta en Pesquería, Nuevo León, la responsable de surtir ambos subcompactos para México y la región, si bien no se trata solo de tomar el mismo auto y cambiarle el emblema.
Además de modificaciones visuales que lo acercan (para bien) a los Elantra y Sonata, resaltó en nuestro primer contacto con un Accent GLS automático el hecho de que los acabados interiores dan una sensación de calidad un poco superior debido al uso de plásticos menos brillantes. Igual aplica para los Accent de GL acceso, aunque a más de uno le parecerá extraño encontrarse con vidrios manuales atrás en pleno 2017.
Otro detalle agradable es un volante que pareciera un poco más grueso y con mejor agarre, pero habría que conducir ambos autos uno después del otro para corroborar esa impresión.
Del Rio, eso sí, se mantienen los asientos de muy buen mullido y una cabina bien dispuesta y fácil de utilizar. Otra herencia menos positiva es que la segunda fila dista de ser la más amplia entre los sedanes de su tipo y un Honda City, un Chevrolet Sonic, un SEAT Toledo, un Peugeot 301 o un Nissan Versa resaltan más en ese aspecto.
Sí, el conjunto de motor y caja es idéntico, incluso con las mismas caídas de revoluciones entre cambios que habíamos notado en el Rio y que resienten un poco la aceleración (en especial entre tercera y cuarta), aunque percibimos en el Accent un ajuste distinto en la suspensión y en la dirección, con un sutil aumento en la firmeza que da un mejor control al circular en autopista o carreteras que exijan más de la estabilidad del coche. La marcha es silenciosa y muy refinada aun con las llantas de bajo perfil sobre rin de 17 pulgadas de las variantes más equipadas y la impresión general es la de un producto bien armado y durable, algo que en todo caso ya ocurre en los Accent desde hace muchos años.
Pese a sentirse mejor resuelto que su hermano el Rio en cuanto a sus terminaciones interiores o manejo, una clara desventaja del Accent se halla en el equipamiento de seguridad pasiva, con solo dos bolsas de aire en los GL y GL MID y seis reservadas para el GLS. En el Rio hay seis airbags desde el auto de entrada que, eso sí, es más costoso que el Hyundai (el Kia empieza en $231,900, el Hyundai en $219,900).