El primer motor de cinco cilindros de gasolina de Audi se instaló sobre el Audi 100 en 1976. Desde entonces se han convertido en objetos de culto para los seguidores dela marca, en parte debido a los éxitos alcanzados en la competición, pero también por su fiabilidad y robustez.
Conocido internamente como Type 43, el primer L-5 de Audi estaba basado en el motor EA827 de 4 cilindros, ampliamente utilizado por el Grupo Volkswagen durante los años 70. El nuevo cinco cilindros derivado de esta familia, con 2.1 litros de cilindrada, rendía 136 hp. En 1978, Audi presentó la versión diésel, y un año después la turboalimentada, que lograba una potencia de 170 hp y 265 Nm de par máximo, impulsando al entonces nuevo tope de gama: el Audi 200.
Este fue el motor que propulsó también al Audi Quattro de 1980, el auto que revolucionó el mundo de los rallies gracias a su avanzado sistema de tracción integral. En 1983 le dio al finlandés Hannu Mikkola el título de pilotos del Campeonato del Mundo de Rallies, y en 1984 ganó tanto el de pilotos - Stig Blomqvist- como el de marcas para Audi.
La contraparte de calle del auto de competencia, el Sport Quattro, estaba propulsado por un nuevo desarrollo del L-5 con cuatro válvulas por cilindro realizado en aluminio, capaz de entregar 306 hp, convirtiéndolo en el auto más potente construido hasta el momento por una marca alemana.
Incluso después de que Audi se retirara de los rallies en 1986, el L-5 siguió destacando. En 1987, Walter Röhrl ganó la Subida a Pikes Peak con el Audi Sport Quattro S1 de 598 hp. Y en 1989 Audi dominó la categoría GTO de IMSA con el Audi 90 Quattro de 720 HP, con un motor de poco más de dos litros de capacidad.
El siguiente hito logrado por el 5 cilindros de Audi se presentó en el Salón Internacional del Automóvil de Frankfurt de 1989: el Audi 100 TDI, que contaba con inyección directa controlada electrónicamente. Los motores de gasolina no se quedaron atrás, y en 1994 Audi aprovechó la experiencia de Porsche para afinar el propulsor de la Audi RS2, que alcanzaba los 315 hp.
En 2009 llegó la reaparición protagónica del L-5 en la gama Audi, bajo el cofre del TT RS: con 2.5 litros, turbocompresor e inyección directa, rendía una potencia de 340 hp. Desde entonces, el L-5 ha estado presente en múltiples ofrecimientos de Audi, con potencias de hasta 400 hp, y ha sido elegido como “Motor del año” en su categoría durante siete veces consecutivas desde el 2010.