Dodge Neon: prueba de manejo

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Por Manuel Fernández (Mfer_89)         Fotos: Carlos Quevedo

 

Hay que decirlo desde el comienzo: quienes estén familiarizados con aquel Neon aspiracional que tanto ruido hizo en la década de los noventa e incluso a comienzos del decenio pasado, tendrá que echar los prejuicios por la borda, pues así esta novedad reviva un nombre tan recordado, su planteamiento es muy distinto, casi opuesto. Quien busque al sustituto objetivo del viejo Neon, que mire hacia el Dart.

 

 

¿Qué es entonces este nuevo Neon? No es más que el grupo FCA sacando provecho de sus tentáculos globales, en especial de su rama FIAT para traer al entorno local un sedán compacto que nació como FIAT Tipo o Aegea, de acuerdo al mercado.

 

Se basa en la plataforma que da vida también al 500L y contrario al tan audaz crossover, el revivido Neon no toma riesgo alguno en su concepción, alejándose de paso de predecesores con mucha personalidad, léase los Bravo, los más antiguos Stilo (porque sí, este Tipo también se venderá como hatchback y guayín en Europa) o incluso el Linea.

 

 

Por suerte, quienes estén familiarizados con la marca estadounidense no se encontrarán en un espacio ajeno, pues justo el desarrollo global de FCA ha hecho que este FIAT, perdón, Dodge, herede soluciones ergonómicas de una Journey o el Dart.

 

 

Se puede empezar con los ajustes de la radio o el volumen desde unos botones en la parte no visible en los brazos del volante, la pantalla táctil ubicada arriba de los demás mandos o la hilera de botones que se integra a la moldura decorativa en la mitad del tablero. Lo mismo se repite en la disposición de los instrumentos, con la gestión del computador de viaje desde una pantalla entre el velocímetro y el tacómetro, replicando la tipografía y organización de menús que es posible hallar hasta en una RAM.

 

 

Hay más esmero en su nivel de terminación, al menos si se le compara con rivales potenciales (intermedios entre subcompactos y compactos) como el SEAT Toledo o el Peugeot 301. A un mullido mate dominante al frente lo acompañan unas puertas de plástico más brillante, algunos apliques en negro piano y un inusual símil piel blanco en las coderas. La mayor simpleza contra otros compactos más sofisticados (Mazda3, Corolla… etc.) está en pormenores que van desde el ajuste de algún poste con el recubrimiento del techo o la cajuela sin manija de cerrado desde el interior y con las tradicionales bisagras que roban algo de capacidad.

 

 

Por espacio, su mejor medida es sin duda la anchura, tanto adelante como atrás. A lo largo podría esperarse más dada su longitud, aunque cumple bien, mismo comentario que aplica para una cajuela grande, aunque las hay aún más voluminosas. Eso sí, los asientos, con apoyo lumbar eléctrico para el conductor en la versión SXT+ probada, son de gran calidad entre la firmeza del relleno y el agradable tapizado mixto. La postura es alta y dominante y se incluye un reposabrazos ajustable a lo largo. Hay otro atrás con un portavasos deslizable.

 

 

A pesar de la parrilla en cruz y el despliegue obligatorio de emblemas, la base tan italiana (ni siquiera ítalo-brasileña, como el Vision) del Neon es muy clara en su conducción. Es fácil sentir un planteamiento tranquilo entre el largo y esponjoso tacto del freno, la lenta, no tan consistente ni precisa dirección (cumple en autopista) o la poca aceleración.

 

 

El 1.6 es un buen motor que en este caso, por un simple tema de peso, necesita del máximo aprovechamiento de la transmisión, lo que no se da por una programación enfocada al bajo consumo en autopista.

 

En un requerimiento de mucha aceleración, a veces ocurría (era muy frecuente cuando las automáticas solo tenían cuatro cambios) que al ir en tercera y acelerar a fondo, no era posible bajar a segunda debido a que la planta motriz aún no llegaba a su punto pleno de energía bajo exigencia –arriba de 4,000 rpm–, así que no quedaba de otra más que tener un poco de paciencia, sobre todo al estar en una vía de dos carriles adelantando o en una incorporación rápida.

 

 

Por su mismo enfoque relajado, ni en modo manual tiende a subir de 5,600 rpm antes de pasar a la siguiente marcha y en Drive siempre quiere ir en cuarta, quinta o sexta, así que en ambientes como una subida con constantes cambios de ritmo, se la pasa entre ascensos y constantes reducciones: mejor pasar la palanca a la casilla manual y tomar el control.

 

Tan comedido desempeño del conjunto impulsor-transmisión se contradice con el toque del Viejo Continente en el Neon: la puesta a punto de su suspensión. Cualquiera habría esperado el típico “flan” planteado para enfrentar toda clase de hoyos y desniveles… pero no, en realidad la marcha tiene un evidente toque rígido que no hace al Neon el más homogéneo en ciudad ni en autopista (sin calificar de incómodo), pero brinda un control de carrocería que da a entender un chasís que aguanta más potencia.

 

 

No flota a altas velocidades y el balanceo en curvas no es excesivo. En algún lugar tenía que manifestarse la mano italiana. Además, las frenadas de emergencia son estables y buenas las distancias en términos absolutos, con todo y que el eje trasero emplea tambores y no discos. En ese sentido, responsabilizamos al buen caucho Pirelli venido desde planta.

 

 

Con los autos compactos creciendo en algunos casos hasta la barrera de los 4.7 metros, el Neon ocupa un nicho en el que Peugeot y SEAT ya tienen presencia con tricuerpos un poco menos voluminosos. Es el compacto racional que necesitaba Chrysler para ganar competitividad y para eso ha recurrido a un italiano no tan destacable en lo dinámico, pero con una cabina bien diseñada y fabricada, y posibilidades de equipamiento respetables, con control de estabilidad de serie en todos los autos y hasta seis bolsas de aire en el SXT+ (dos en los demás).

 

Unidad probada

 279,900 pesos (a fecha de la prueba)

 

NOS GUSTA

-      Cabina bien resuelta

-      Calibrado de suspensión

-      ESP de serie

 

NOS GUSTARÍA

-      Versión SE MT con motor 1.6, no 1.4

-      Caja automática mejor planteada

-      Mejor tacto de dirección

 

Resumen técnico

MOTOR

Tipo/cilindrada: L4, 1.6 l

Potencia máxima: 110 hp a 5,500 rpm

Par máximo: 152 Nm a 4,500 rpm

TRANSMISIÓN

Caja: Automática, seis velocidades

Tracción: Delantera

DIMENSIONES

Largo x ancho x alto: 453 x 179 x 149 cm

Distancia entre ejes: 263 cm

Cajuela: 520 litros

Tanque de combustible: 45 litros

Peso vacío: 1,310 kg

PRUEBAS AUTOMÓVIL (a 2,240 msnm)

0 a 400 metros: 21.17 s

Rebase 80 a 120 km/h: 14.66 s

Frenado de 100 a 0 km/h: 41.52 m

Consumo medio: 14.4 km/l