Toyota Kikai, el Mad Max japonés

El Toyota Kikai es un prototipo que la firma japonesa presentará en el Salón de Tokio de 2015. Más que un coche real es una imaginativa propuesta de diseño.

Daniel Cuadrado. Twitter: @DanielCuadradoT

Toyota Kikai, el Mad Max japonés
Toyota Kikai, el Mad Max japonés

Un prototipo no siempre ha de llevarse a la realidad. Este tipo de coches muchas veces sirven a las marcas como muestra de lo que son capaces de hacer y para mostrar su tendencia tecnológica para los próximos años. Viene a ser un poco como la moda, en la que vemos rocambolescos diseños en las modelos que luego nunca se llevan a la calle, pero que indican las tendencias de colores, cortes y materiales que se pueden llegar a utilizar. También hay un poco de "aquí estoy yo y esto es lo que soy capaz de hacer si quiero". Toyota presentará en el 44º Salón de Tokio este curioso prototipo denominado Toyota Kikai, cuyo diseño nos recuerda más a un modelo de la película Mad Max que a un posible coche real. Veamos que esconde. 

Según sus creadores, el Toyota Kikai fue diseñado para explorar y enfatizar el atractivo fundamental de las máquinas, es decir, una forma de hacer arte con algo tan cotidiano como es un automóvil, al estilo de lo que hace Harley Davidson con sus motocicletas. El Kikai muestra públicamente sus vergüenzas, dejando al aire los elementos fundamentales de su mecánica, suspensión o, incluso, interior del habitáculo. Así el funcionamiento interno del vehículo pasa a ser parte del su propio diseño. 

Tiene detalles curiosos, como la visión del depósito de combustible, los tubos de escape o los elementos de la suspensión. El conductor cuenta con una ventanilla junto a sus pies, con lo que podrá ver el trabajo de los neumáticos o la suspensión cuando esté en movimiento, además de la calzada, con lo que incrementará su sensación de velocidad. Desde el propio parabrisas se puede observar el movimiento de los brazos superiores de la suspensión. El movimiento se traslada así al interior del habitáculo.

El conductor cuenta con un asiento ubicado en el centro, con el fin de colocarlo en el corazón del coche para unir aun más al hombre y a la máquina. A los lados y en una posición más retrasada se ubican los dos acompañantes, con lo que quedan más cerca del conductor para fomentar la comunicación. La ventana lateral se expande hasta el techo para disfrute del paisaje. Está claro que este prototipo de 3,4 metros de largo 1,8 m de ancho y 1,5 m de alto no será realidad, pero le sirve a Toyota para acercar la máquina a lo humano a través de la belleza de sus formas.