Los automóviles clásicos suelen serlo porque, en su día, fueron los mejores en algo, por alguna particularidad técnica, por su diseño o por su rareza. Otras características, como su exclusividad, su limitada producción, o que hayan ganado alguna competición importante, no hacen sino incrementar un valor que, como en todo, también depende de lo deseados que sean.
De los posibles futuros coches clásicos que mencionamos, la mayoría tiene motores sobrealimentados, una característica técnica cada vez más empleada en la actualidad. Sólo los dos japoneses equipan motores atmosféricos, algo que, a priori, visto que el futuro estará dominado por motores turbo, puede ser un factor a tener en cuenta.

Abarth 124 Spider
El roadster italiano se basa en el Fiat 124 Spider, un proyecto común con Mazda que también ha dado lugar al Mazda MX-5. Los tres podrían incluirse en esta lista, pues comparten una filosofía similar, donde el placer de conducción sobresale por encima de todo. Es un tipo de coche de los que cada vez van quedando menos, al menos con un nivel de precio tan competitivo.
Alfa Romeo 4C
El hecho de ser un Alfa Romeo deportivo ya le aporta pedigrí, pero si además está fabricado en fibra de carbono, resulta el cóctel perfecto. Su talante es bastante radical, con un motor de 4 cilindros turbo, de 240 CV, asociado a un cambio de doble embrague. Sus 995 kg de peso le garantizan unas prestaciones brillantes, además de un comportamiento de lo más eficaz.
Alpine A110
El retorno de esta marca legendaria corre a cargo de un automóvil deportivo fuertemente inspirado en su antecesor, el Alpine A110 de 1962. Está fabricado en ligero aluminio, con un peso de 1.080 kg, y su motor, situado en posición central trasera, brinda 252 CV. Todo está pensado para ahorrar peso, incluso las pinzas de freno de aluminio, con freno de estacionamiento integrado en las traseras por medio de un sistema electromecánico que reduce el número de componentes.
BMW M2
Muchos lo han denominado el mejor BMW M del momento, algo que seguramente tenga mucho que ver con su tamaño y peso más contenidos. Está impulsado por el mismo motor de 6 cilindros biturbo del BMW M3, en esta ocasión con 370 CV en lugar de 430, y puede ir asociado a un cambio manual o uno automatizado de doble embrague.
Toyota GT86
Su bastidor cuenta con una puesta a punto impecable, mientras que el motor de 200 CV, de tipo boxer —el mismo del Subaru BRZ, su modelo ‘gemelo’—, le proporciona un bajo centro de gravedad que se deja notar en un comportamiento de lo más equilibrado. Ofrece una deportividad muy asequible, pues es ligero y está equipado con neumáticos que no buscan la máxima eficacia, sino una gran progresividad de reacciones y una conducción muy clásica.
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