Venezuela se desmarca de la Opep y produce más crudo

Tal y como había advertido, Venezuela se aparta de la decisión de la Opep de mantener restringida la producción de petróleo para forzar una subida de los precios. En los próximos meses, el país caribeño aumentará sus extracciones entre un 12 y un 14 por ciento, es decir, 400.000 barriles más al día.

La decisión de Venezuela, aunque esperada, no deja de sorprender a los analistas. Quinto productor mundial de petróleo, Venezuela es el principal impulsor de la política dura de cuotas a la producción que ha practicado la Opep durante los últimos dos años. Su beligerancia ha servido para aglutinar al resto de productores del cártel y, gracias a su disciplina en el mantenimiento de cuotas bajas de extracción, han logrado modificar los precios del barril casi a voluntad.

Desde enero de este año, la Opep se ha instalado en los niveles de producción más bajos del último decenio, unos niveles apoyados de momento por países no alineados, como Rusia, México y Noruega. La última reunión de alto nivel de la Opep, celebrada en junio, confirmó las cuotas actuales, aunque constató la "deserción" de Rusia y, casi, las de Noruega y México. Venezuela, que viene de una gran convulsión interna tras el intento de golpe de estado de hace tres meses, ya advirtió que pensaba en redefinir sus bombeos de crudo.

Ayer, el ministro venezolano de Finanzas, Tobías Nóbrega, anunció futuros aumentos de 400.000 barriles diarios antes de finales de año. Nóbrega explicó que Venezuela necesita aumentar sus ventas para hacer frente al grave déficit de sus arcas.

Inmediatamente, los principales mercados de compra y venta de petróleo reaccionaron con alegría y bajada de precios. En Nueva York se cerró a 27,57 dólares y en Londres, a 26,24.
Evidentemente, la presencia de casi medio millón más de barriles de petróleo en el mercado diario supone un importante crecimiento de la oferta, lo que fuerza siempre una bajada de precios. Además, este crudo proviene de una zona menos conflictiva que Oriente Medio, siempre a punto de la explosión. Por si fuera poco, la delación de Venezuela amenaza con resquebrajar la posición de fuerza de la Opep, un inestable conglomerado de países dispuestos siempre a poner a la venta cuanto petróleo puedan y que sólo la fuerza de Venezuela había sido capaz de sujetar hasta ahora.

El primero en seguir la estela de Venezuela ha sido Irak, cuyo petróleo está embargado por la ONU y que sólo puede venderlo para comprar alimentos y medicinas. Antes del embargo de 1991, provocado por la Guerra del Golfo, Irak era el segundo productor mundial. Desde entonces, no ha variado su nivel de extracciones y, ahora, anuncia un plan de explotación que incrementará notablemente su capacidad de bombeo. Al parecer, han logrado reparar 28 de las 38 perforadoras que fueron dañadas en la guerra.

Si los países petrolíferos dan rienda suelta a su crudo, los precios caerán. Además, al resultar más barato ese petróleo Opep, naciones como México, Noruega y Rusia perderían clientes.

Desde la Opep no se quiso valorar ayer la decisión de Venezuela, pero se dejó entrever que la organización podría abrir un poco más el grifo para frenar la escalada de precios, que ya están cerca del límite de 28 dólares por barril marcado por la Opep como tope. Si la tarifa supera durante 21 días esa barrera, se pondrá automáticamente en marcha un sistema de compensación por el que el cártel producirá medio millón de barriles más cada día.

En estas condiciones, es necesario esperar unos días para ver cómo reaccionan todos los implicados.