Si no le gusta su coche, devuélvalo

La Comisión Europea, el gobierno de la Unión, trabaja en la redacción de una directiva que, de aprobarse, cambiaría radicalmente el modo en que se venden los coches hoy por hoy. La idea que baraja la Comisión es permitir que los créditos al consumo, las financiaciones, puedan anularse en un plazo de dos semanas sin coste para el comprador.

Si no le gusta su coche, devuélvalo
Si no le gusta su coche, devuélvalo

Es decir, un comprador adquirirá algo y lo financiará. Después, si en dos semanas no está satisfecho, podrá devolver el bien al vendedor y anular la financiación. Todo ello, gratis.
Esto, que afecta a prácticamente todos los bienes de consumo, resulta especialmente lesivo para la distribución de automóviles. El coche es un bien generalmente caro que, inmediatamente después de comprado, empieza a depreciarse, con lo que su devolución es un verdadero problema.

La directiva que elabora Bruselas cambiará las reglas del crédito al consumo, es decir, de las financiaciones. La posibilidad de devolver sin costes el objeto comprado es uno de sus principales revoluciones y, desde luego, la más criticada.

En España, Ganvam, la asociación de vendedores de vehículos, se ha mostrado muy preocupada, pues entre el 70 y el 80 por ciento de los coches que se venden en nuestro país se financia y, además, la mitad de esos créditos se contratan ante el propio vendedor, bien con financieras propias del distribuidor, bien con financieras propias de la marca que abandera esa concesión.

En declaraciones al diario El Mundo, Juan Antonio Sánchez Torres, de Ganvam, defiende el modelo actual de financiación que, en sus palabras, ha contribuido en buena medida a elevar la cuantía de los ingresos atípicos, que ahora representan ya casi el 35 por ciento de la facturación total de los distribuidores de vehículos.

Sánchez Torres señala que los coches, por el hecho de venderse, ya acarrean gastos, como la matriculación, por ejemplo. También apunta que, apenas salen del concesionario, los vehículos empiezan a depreciarse. El directivo se pregunta quién asumirá estos gastos y pérdidas si los coches son devueltos a las dos semanas de comprados sólo porque el comprador no está satisfecho.

Si esta directiva sale adelante (el Parlamento Europeo se opone) las relaciones entre compradores y vendedores cambiarán mucho. Para los concesionarios se abre un tiempo de dudas y de nuevos problemas.