El año 2005 ha sido tan malo como el 2004 para los fabricantes estadounidenses. Mes tras mes, sus marcas pierden terreno frente al empuje avasallador de las firmas japonesas. Sus fábricas son cada día menos rentables, sus modelos menos valorados y sus costes más insostenibles.
Todos los productores americanos están inmersos en profundos programas de recorte de personal y gastos, planes a largo plazo que, de momento, sirven para que las empresas no quiebren.
El hundimiento del frente unido que antes presentaban las tres grandes –General Motors, Ford y Chrysler- ha dejado libre el paso a nombres como Toyota, tercera empresa ya del mercado norteamericano y, si nada lo impide, primera del mundo a lo largo de 2006. Otras firmas orientales, como Nissan y Honda, también saquean el solar estadounidense y se hacen fuertes a costa de las veteranas y algo anquilosadas marcas locales.
Junto a los híbridos, hablaremos de los “crossover", esos coches que aúnan características de varios segmentos y que valen para todo. Tienen la virtud de atraer al público más dispar, algo muy necesario para un constructor.
Dentro de este particular apartado, se consolida este año una subespecie muy interesante, los CUV, abreviatura de Crossover Utility Vehicle o, para entendernos, un todo terreno ligero con formas de berlina, maneras de monovolumen y carácter deportivo. Además, los observadores americanos ya hablan de una especie de revolución de los coches pequeños. Obligados por la competencia, los fabricantes de Detroit han empezado a pensar en coches de tamaño más reducido, más humanizado. Siguen ahí los Hummer y otros gigantes, pero, por primera vez, proliferan los utilitarios y los compactos, coches poco habituales en estas lides. “Lo pequeño ya es grande", dicen para maquillar el cambio…Por último, resulta impresionante asistir, año tras año, al espectacular salto tecnológico que vive este mundo del motor. Buscando dar más valor añadido a sus coches, todos los fabricantes (aquí no hay banderas) se han lanzado a llenar los coches de gadgets de lo más variado: control de crucero inteligente, airbags de última generación, radio por satélite, consolas de juegos… Todo vale para enganchar al comprador.
Pero, claro, un salón como éste no puede defraudar a los aficionados y no olvida su esencia: los prototipos. Si hay un evento mundial de este tipo que deslumbra por su altísima sofisticación técnica, ése es el Salón de Detroit, el gran escaparate donde todas las marcas exponen lo más avanzado, lo mejor de sus blocs de diseño. No es de extrañar, porque les va la vida en ello. Te presentamos a continuación una cuidada selección de lo mejor que hemos visto en Detroit. Disfruta de ella.