Rolf Eckrodt, un presidente occidental para Mitsubishi

El hombre fuerte de DaimlerChrysler, Rolf Eckrodt, ya se ha hecho con los mandos de Mitsubishi. El ejecutivo alemán pasa a presidir la empresa nipona con el claro objetivo de acabar con los números rojos y dar un lavado de imagen a la firma.

Los defensores de las alianzas entre compañías niponas y europeas tienen un nuevo argumento: Mitsubishi pasa a ser controlada por un occidental, Rolf Eckrodt, un ejecutivo alemán formado por DaimlerChrysler. En épocas de crisis, las grandes multinacionales optan por trasladar a sus hombres fuertes a sus filiales; así ha ocurrido en Nissan y en Mazda, a las que ahora se une Mitsubishi.

Eckrodt (en la imagen) es un hombre "made in DC", donde ha sido responsable de la división de camiones en Brasil y presidente de la división ferroviaria del consorcio, pero conoce a la perfección los recovecos de la empresa nipona. Desde principios de 2001 era director general de Mitsubishi y, en este tiempo, ha logrado saldar las pérdidas de la compañía. Así, llega a la presidencia recomendado por su predecesor, Takashi Sonobe.

Mitsubishi, propiedad en un 37,3 por ciento de DaimlerChrysler, fomentará su política de alianzas y comenzará a producir motores en una nueva planta alemana para los modelos de su socio. Además, Eckrodt ya ha anunciado que no descuidarán el mercado europeo, a pesar de que las estimaciones de crecimiento del mismo no son nada halagüeñas.

Por si fuera poco, Mitsubishi tiene que lavar su imagen tras el escándalo desatado por la ocultación durante más de tres décadas de los fallos de los vehículos a sus clientes; malos tiempos que, según Eckrodt, ya "han pasado".