Recapitulación en la industria automovilística estadounidense

La industria automovilística en el mundo está de capa caída. Prueba de ellos es la situación, por ejemplo, de los tres gigantes estadounidenses: Ford, General Motors y Chrysler, que acabarán este año con pocos beneficios en sus arcas.

El año 2001, que ahora acaba, no ha sido uno de los mejores para la industria automovilística estadounidense. Ahora que finaliza, los analistas comentan acerca de la baja de ventas y la práctica nulidad de beneficios. Tras los ataques contra intereses estadounidenses del pasado septiembre, la situación empeoró un poco más.

Para intentar paliar la crisis, los grandes fabricantes, encabezados por General Motors, decidieron vender vehículos con intereses muy bajos o incluso con interés 0. Como resultado de esta política, ahora los fabricantes están empezando a pagar las consecuencias: recogen a final de año escasos o nulos beneficios.

Analistas como Saul Rubin vaticinan para el próximo 2002 un año difícil para la industria automovilística en general, incluso para los grandes productores como Ford, General Motors o Chrysler. Las perspectivas auguran despidos masivos de trabajadores, para recortar costes, y un descenso aún mayor de los beneficios.

Pero esta recesión no sólo se hará notar en Estados Unidos, mercados como el mexicano también se verán afectados. Como EE.UU. es el principal mercado de México, la crisis en uno repercute, sin duda, en el otro. Según datos facilitados por la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), la producción ha bajado un 3,5 por ciento en los once primeros meses del año, 1,9 puntos por debajo de los datos registrados en el mismo período de 2000.

De todas formas no todo son cifras catastrofistas. Entre enero y noviembre de este año, las ventas en el interior de México sí han aumentado respecto al anterior año y lo han hecho en un 8,1 por ciento. Este incremento supone unas ventas de 811.000 unidades, repartidas, sobre todo, entre la firma alemana Volkswagen, con un 25 por ciento de cuota de mercado, y Nissan México, con un 20 por ciento del mercado. Pese a que la cuota de Volkswagen es alta en este país, ha tenido que reducir la plantilla en México durante este 2001 en casi un millar de personas. El despido de estos trabajadores está motivado por el ajuste de la producción, que pasó de 430.000 unidades previstas a 400.000.