¿Queremos más infraestructuras?

Si la respuesta a esta pregunta es afirmativa, la solución que proponen desde Abertis, una de las concesionarias de autopistas más importantes del país, es poner más peajes. ¿Estamos dispuestos a soportar impuestos para que se construyan carreteras y, además, a pagar por utilizarlas?

Salvador Alemany, consejero delegado de Abertis, cree que sería “coherente y armónico" un modelo de infraestructuras financiado por el bolsillo de los contribuyentes. El directivo de Abertis propone una red de autopistas de largo recorrido con peajes y otra -más modesta y complementaria, para desplazamientos cortos- libre de pago. De esta forma, los contribuyentes pagarían impuestos para la construcción y el mantenimiento de los dos tipos de vías y, además, un nuevo canon por las de peaje en los recorridos más largos.

Alemany cree que en esta situación lo ideal es que los camiones hagan frente a una tasa especial, como la que hay en Alemania. Eso sí, sin que los transportistas a su vez repercutan los gastos en el usuario. El dinero recaudado por las empresas concesionarias se destinaría a mantener la red o bien a construir nuevas carreteras. En cuanto a la fórmula de financiación de los peajes en sombra, Alemany opina que son “políticamente prácticos", pero que sólo se trata de una “solución de emergencia" que hipoteca los presupuestos futuros de la administración de turno.

Cintra, empresa española filial de Ferrovial, ha expresado mediante una carta su malestar: según la compañía, el proceso de adjudicación de las obras de las autopistas francesas no está siendo imparcial. Para la empresa española, que su oferta no haya incluido socios galos está pesando en las decisiones de adjudicación.
Y más negocios internacionales en los que se ven implicados las constructoras españolas. En Brasil, el Gobierno de Ignácio Lula da Silva acaba de licitar otras por valor de 1.170 millones de euros. Dos compañías españolas, Sacyr y OHL, competirán en aquel país por hacerse con las jugosas concesiones.

La Unión Europea quiere reducir las emisiones contaminantes. Para conseguirlo, va a aprobar una tasa que gravará la contaminación de los vehículos de transporte de mercancías y de viajeros. Según fuentes comunitarias, la normativa, cuya aprobación se va a votar el próximo jueves, va a tener la luz verde del Parlamento Europeo.
Aunque todavía no se conocen las tarifas que pagarán los vehículos más contaminantes, sí se sabe que los que más emisiones produzcan podrían pagar hasta cuatro veces más que uno ecológico. El importe de la tasa se puede incrementar si los recorridos que se hacen están frecuentemente congestionados (precisamente en los atascos se suele consumir más combustible y, por tanto, se contamina más). El gravamen se aplicará -en eso están de acuerdo todos los países europeos-, de momento, a los vehículos de más de 3,5 toneladas. Siguiendo la fórmula de “quien contamina, paga", la directiva regulará “todas las carreteras de la Unión", en palabras del vicepresidente de la Comisión de Transporte y responsable de Transportes, Jacques Barrot. Cuando el Parlamento Europeo apruebe esta directiva, la misma será remitida a la Comisión para su análisis. Esta entidad tendrá un plazo de cinco años para remitir al órgano legislador un documento con la evaluación del impacto y la estrategia de aplicación.