Primeros actos vandálicos contra los parquímetros madrileños

Desde que se puso en marcha en Madrid el nuevo sistema de estacionamiento regulado mediante parquímetros, 40 dispositivos son inutilizados diariamente. Los actos vandálicos de producen, especialmente, los fines de semana y se localizan en la zona del Parque del Oeste, cercana a Moncloa. Petardos, chicles y silicona son los elementos más empleados para neutralizar los aparatos.

Los parquímetros que regulan el estacionamiento en Madrid sólo cuentan con dos meses de vida y ya han sufrido todo tipo de agresiones: los fines de semana suelen amanecer inutilizados con palillos, chicles o silicona e, incluso, algunas máquinas aparecen todos los días con un periódico puesto encima de la placa solar que alimenta el dispositivo, impidiendo su funcionamiento. Aún hay casos más graves: en dos ocasiones han sido arrancados de cuajo, utilizando una sierra y un todo terreno: “Hace dos semanas, alguien puso unas cadenas a un parquímetro, las ató a un 4x4 y se llevó la máquina por delante", ha afirmado José Manuel Pradillo, director de servicios de aparcamiento del Consistorio madrileño.

Estos incidentes ya han provocado que una de las empresas encargadas de la gestión de estos dispositivos haya perdido 14.000 euros (más de 2,3 millones de pesetas) en reparaciones. “El seguro no cubre los costes de los desperfectos más leves. Además, a veces las máquinas están varios días estropeadas y el Ayuntamiento pierde la recaudación correspondiente", denuncian fuentes de la compañía.

A pesar de todo, algunos integrantes de la Concejalía de Movilidad Urbana consideran “escasos" los ataques contra los parquímetros y han estimado que la media de máquinas inutilizadas cada día es de 40. Asimismo, Francisco Javier Vallano, director comercial en España de la empresa que fabrica los dispositivos, ha declarado que ha recibido pocos pedidos por parte de las adjudicatarias: “Una avería no supone que haya que reponer el parquímetro entero. Sí nos han pedido piezas, pero tampoco muchas", ha añadido. Además del efecto disuasorio (80.000 conductores dejan diariamente el coche en casa para desplazarse a la zona central de la capital), los parquímetros están aportando a las arcas del Consistorio el importe correspondiente a las 3.400 denuncias diarias que se realizan. Por otra parte, la grúa retira 100 vehículos cada día por no respetar, entre otras cosas, el carril-bus o el horario permitido de estacionamiento.Desgraciadamente, los encargados de multar a los infractores ya han sido objeto de agresiones: en las últimas semanas, tres de ellos han sufrido ataques con piedras y arma blanca. Sigfrido Herráez, concejal de Movilidad Urbana, ha propuesto que los controladores realicen su trabajo en pareja, para aumentar su seguridad. Sin embargo, éstos han reclamado otras medidas, como una clave numérica (similar a la que tiene la Policía Municipal) en lugar del nombre, apellidos y DNI que debe constar en el boletín de denuncia. Herráez ha anunciado que, de momento, no será posible.

Las soluciones a la circulación en las grandes ciudades no es fácil y las propuestas de los ayuntamientos no parecen haber dado con un remedio eficaz. En Barcelona, se aprobó un suplemento especial (de 2,95 euros) que se aplicaría en Nochebuena, Nochevieja y San Juan, con el fin de aumentar el número de taxis en servicio y reducir el transporte privado, pero no ha dado el resultado esperado: el pasado 24 de diciembre, las emisoras de radiotaxi volvieron a colapsarse, pues la demanda seguía siendo muy superior a la oferta. Además, el suplemento no fue bien recibido por todo el mundo: algunos pasajeros se bajaron del vehículo al conocer que, esa noche, el trayecto iba a ser más caro. Sin embargo, los barceloneses deben irse acostumbrando al aumento de las tarifas, pues, desde el sábado pasado, se ha aplicado una subida media del 4,9 por ciento (que, según anuncia El Periódico de Cataluña tras realizar una prueba, llega hasta el 7 por ciento en los taxímetros que ya han sido modificados. Los profesionales han aventurado que este desajuste puede deberse a la incidencia del incremento en la bajada de bandera). Por otra parte, Madrid verá mejorar el tráfico rodado en una de las zonas más conflictivas de la capital: el túnel de Santa María de la cabeza, que conectará Atocha con la M-30, se abrirá en enero. Los conductores evitarán los semáforos gracias al subterráneo de 1.118 m, los peatones ganarán un 35 por ciento de aceras y el antiguo “scalextric" será sustituido por una glorieta.