La adquisición completa de Volkswagen “no forma parte de nuestros planes, de momento". Con esta sentencia, Wendelin Wiedeking, presidente de Porsche, descartaba el viernes la posibilidad de que su compañía siga incrementando su cartera de acciones de Volkswagen. Se acallaban así los rumores que, durante toda la semana pasada, habían especulado con un golpe de mano por parte de Porsche para controlar completamente Volkswagen.
Además, Wiedeking ha descartado que se vayan a hacer con la propiedad de Audi de forma individual. Para el directivo, desintegrar el grupo Volkswagen y perder sus posibilidades de trabajo en común “no tiene absolumente ningún sentido".
Pero, aunque dejan claro que no piensan tomar el control total, en Porsche sí reconocen ue necesitan más poder dentro de Volkswagen. Su 27,4 por ciento del accionariado les convierte en socios mayoritarios, lo que debería traducirse en tres asientos en el Consejo de Vigilancia, pero sólo dispone de dos plazas. Como se sabe, en Alemania todavía rige la llamada Ley Volkswagen, que impide que un accionista tenga derechos de voto en una empresa por encima del 20 por ciento, aunque su cartera contenga un porcentaje de acciones mayor. Esta norma, a punto de ser abolida, impide a Porsche tomar decisiones como socio mayoritario. Además, el estado de Baja Sajonia, propietario de otro 20 por ciento, se opone a que Porsche incremente su poder.
También polémica es la presencia de Ferdinand Piech al frente del Consejo de Vigilancia. Piech, que fue en su día presidente de Volkswagen, es accionista de Porsche y miembro de la familia propietaria de esta última marca. Es decir: en la práctica, es un voto más a favor de Porsche, aunque, en teoría, esta compañía sólo debe tener dos asientos.
Wiedeking dice que la situación no es así, puesto que Piech está en ese cargo como ex - presidente de Volkswagen, y no como miembro de Porsche, con lo que se garantiza su imparcialidad.
A pesar de este mensaje de tranquilidad, los observadores consideran que Piech ha maniobrado para colocar al frente de Volkswagen a un hombre de su confianza: Martin Winkertorn, que asumirá la presidencia a principios de año.
Una vez asentadas las relaciones definitivas entre Porsche y Volkswagen, Wiedeking considera que la multinacional alemana estará en condiciones de iniciar una nueva etapa de crecimiento que le lleve a superar a Toyota.
El mandatario considera que el objetivo no es presuntuoso y que, como ejemplo, basta con mirar a Porsche, una de las empresas más rentables de la automoción mundial. Hace sólo 14 años, Porsche estaba en una posición tan deteriorada que hacía imposible soñar con un cambio como el operado.
Y eso que durante los 10 primeros meses de 2006, la firma de Stuttgart ha perdido presencia en el mercado. Sus ventas son mejores en términos absolutos, pues matricula 5.100 vehículos más, pero, en términos relativos, bajan, pues hace un año la empresa no contaba con el deportivo Cayman. Este recién llegado ha funcionado muy bien, con 15.000 unidades vendidas, pero otros no lo han hecho igual de bien: el Boxster pierde un 35 por ciento de sus ventas y el Cayenne, un 25 por ciento.
Mientras las altas esferas se acomodan, el grupo empieza a temer por la configuración definitiva de su cartera de marcas. Seat, la filial española, es quizá la más perjudicada, pues podría perder su carácter deportivo en beneficio de Audi.
Se descarta la venta de Seat, sí, pero sigue sin estar claro su futuro. En la prensa alemana, los observadores son pesimistas y consideran que Seat tiene cada vez menos lugar dentro de Volkswagen. Su vertiente deportiva quedaría absorbida por los coches pequeños de Audi, mientras que un enfoque hacia las ventas masivas choca con las estrategias de Skoda e, incluso, de Volkswagen.
Así las cosas, llega la noticia de que Audi prepara un nuevo y ambiciosos plan de lanzamiento de productos, que, en principio, contará con 11.800 millones de euros para invertir entre 2006 y 2011. De esta cantidad, unos 8.400 millones de euros se destinarán a nuevos productos, de forma que la gama de Audi cuente con 40 coches diferentes en 2015.
Desde luego, un plan tan importante sería fundamental para sacar a Seat del bache pero, por ahora, nadie habla de invertir en la compañía española. Expectantes, los responsables de la nueva administración catalana aguardan acontecimientos. Para Carmen Serna, consejera de Trabajo de la Generalitat, “no hay indicios de riesgo en Seat, pero estaremos atentos". Serna considera que la fábrica de Martorell, en Barcelona, es la más productiva de todo Volkswagen y ya ha hecho importantes sacrificios.