En 1998, el Peugeot 206 llegó al mercado. Y lo hizo para quedarse, porque este incombustible utilitario, a pesar de que ya cuenta con un sustituto – el 207, que lleva en circulación desde 2006-, se resiste a abandonarnos. Diez años después de su lanzamiento, se habían vendido más de seis millones de unidades del 206, lo que ya le consolidaba como éxito de la marca al igual que lo fue su predecesor el Peugeot 205. Así, cuando la primera década del siglo XXI disfrutaba de sus últimos coletazos de vida, Peugeot decidió actualizar el 206 y sumarle el apellido , toda una declaración de intenciones.
El Peugeot 206 , como su agregada denominación lo indica, ‘es más’. Respecto al conocido utilitario se actualiza, tomando parte del diseño de su hermano mellizo el Peugeot 207. Así lo demuestra el frontal, prácticamente idéntico a este último, que añade además nuevas aletas rediseñadas, un paragolpes de nueva factura y faros antiniebla con un corte renovado. No obstante, es observando su zaga cuando recordamos que sí, que estamos ante un Peugeot 206, sólo que añade a su denominación ese signo . Un signo al que hace justicia un equipamiento mejorado y más acorde a los tiempos que corren, no sólo en el ya mencionado frontal, si no también en las llantas de aleación o en los materiales y acabados de mayor calidad que encontramos tanto en el exterior como en el habitáculo.
Con este ‘restyling plus’, el modelo que conocíamos parece crecer en tamaño, pero la realidad es que sus dimensiones son idénticas al clásico 206, excepto en la longitud, que gana unos centímetros respecto a su predecesor gracias a sus nuevas defensas más pronunciadas. De igual manera se mantiene la configuración de tres y cinco puertas, dependiendo de si buscamos diseño o funcionalidad.
Es en el interior donde el 206 suma principalmente su aporte de calidad, allí es palpable el ADN del 206, pero se añaden nuevos elementos que borran el pasado para convertirlo en presente. Tal es el caso del salpicadero, que ofrece una calidad visual bastante destacable, con un cuadro de instrumentos y una consola central rediseñados. También son de nueva aportación los tapizados de las puertas y de los asientos, que contribuyen materializar su nuevo apellido.
En lo que respecta a la oferta mecánica, el Peugeot 206 monta dos propulsores de gasolina y uno diesel turboalimentado. En el caso de los motores de gasolina, el renovado utilitario puede asociarse al 1.1 de 60 CV que conocemos de modelos como el Citroën C2 y el 1.1 de 75 CV que equipa varios modelos de PSA Peugeot-Citroën. Por su parte, el 1.4 HDi FAP de 70 CV, el único miembro de la oferta Diesel cuya mayor bondad es la eficiencia: consume 4,2 l/100 km en ciclo combinado y emite únicamente 110 gr/km de CO2 a la atmósfera.