Aunque estaba claro que, tarde o temprano, la sociedad norteamericana debía hacer frente a un nuevo modelo de consumo de combustible, sólo los más optimistas confiaban en que este proceso se apreciaría tan pronto. El elevado precio que soporta desde hace meses el barril de petróleo se ha empeñado, sin embargo, en modificar todo tipo de hábitos. Todo sea por el bolsillo.Según la última encuesta realizada por la cadena de televisión CNN y el diario USA Today, el 58 por ciento de los conductores norteamericanos aseguran ya que el precio de la gasolina les ha causado graves problemas económicos. Y lo que es todavía más relevante: casi cinco de cada diez (un 48 por ciento) reconoce no haber tenido más remedio que reducir en las últimas semanas el uso de su automóvil.Nadie duda ya de que esta información marca un nuevo rumbo en la hasta ahora política consumista norteamericana. Hay que tener en cuenta que Estados Unidos es uno de los países con un mayor consumo de combustible: gasta a diario 9,33 barriles de gasolina diarios, un hábito que le obliga a importar más del 60 por ciento del carburante, a pesar de ser uno de los mayores productores de petróleo del mundo.Los analistas consideran que, con estas informaciones, las grandes compañías podrían acelerar pronto el lanzamiento al mercado de vehículos de reducido consumo. De hecho, los automóviles híbridos, por ejemplo, gozan actualmente de buena salud en el mercado y, aunque todavía la oferta es pequeña, las listas de espera para adquirirlos alcanzan ya incluso los seis meses. El Prius de Toyota, los Honda CivicH e Insight, el Lexus 400h y el Escape de Ford son algunos buenos ejemplos.Otra vía por la que parecen optar las principales marcas es por el uso de mecánicas Diesel. Aunque el precio del gasóleo se ha equiparado prácticamente al de las gasolinas, su menor consumo se deja notar en el bolsillo de los automovilistas. En este sentido, Estados Unidos tiene todavía mucho que aprender de Europa, donde las ventas de coches de gasóleo acaparan ya el 70 por ciento del mercado.Todo hace indicar, por tanto, que los grandes todo terreno y camionetas pick-up, calificados como vehículos “abusivos y antisociales" por una parte de la sociedad norteamericana (la más comprometida con el medio ambiente), tienen los días contados, al menos con las motorizaciones actuales. Sus ventas han caído hasta en un 40 por ciento en los últimos meses y más que podrían hacerlo, ya que las previsiones alertan de que el precio del crudo se mantendrá alza hasta el mes de mayo. A la alarma suscitada entre los consumidores norteamericanos poco han ayudado las declaraciones realizadas por los gobernantes del país. El secretario de Energía, John Show, ha advertido, sin ir más lejos, que el alza del petróleo “comenzará a sentirse pronto en la economía del país". “Los mercados están en un grado de tensión que no se había experimentado durante una generación", ha sido otra de las valoraciones pronunciadas, en este caso por Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos.Analistas norteamericanos han pedido ya al presidente de Estados Unidos, George W. Bush, que libere parte de la reserva de petróleo del país para reducir el precio de los combustibles. Se estima que el país cuenta en estos momentos con 688 millones de barriles almacenados.Los consumidores españoles, por nuestra parte, también nos hemos visto perjudicados por el elevado precio del barril de petróleo. Según el último informe del ministerio de Hacienda, la recaudación del impuesto de Hidrocarburos se ha reducido en el mes de febrero en un 2,6 por ciento. Para el secretario de Estado de Hacienda, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, esta circunstancia “manifiesta la capacidad de la sociedad para adaptarse a las situaciones más comprometidas"
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