Opel ha fabricado en Europa más de 60 millones de unidades desde que General Motors adquirió el 80 por ciento de su capital un 17 de marzo de 1929. Hoy se cumplen 75 años de aquella operación. La compra por parte de General Motors vino favorecida por la situación económica de cada una de las partes. GM, de origen norteamericano, quería esquivar los fuertes aranceles europeos instalándose en el Viejo Continente. Por su parte, Opel necesitaba de un socio fuerte que le aportara una importante inyección de capital para realizar inversiones en tecnología, con el objetivo de ponerse a la cabeza de la industria automovilística europea.
Las firmas eran complementarias; por ello, el consejero delegado de GM, Alfred Sloan, visitó la planta de Opel en la ciudad alemana de Rüsselheim. Quedó tan impresionado de cómo estaba organizada y de que, además, la marca ya dispusiera de más de 700 concesionarios en Alemania, que transmitió estas sensaciones a su marca matriz y comenzaron las negociaciones para la adquisición.
General Motors pagó 26 millones de dólares por el 80 por ciento de Opel en 1929. Dos años más tarde, se hizo con el 20 por ciento restante por 7,4 millones más.
La compra permitió que Opel se convirtiera en uno de los fabricantes europeos más importantes del continente. En 1936 ya disponía de una plantilla de 19.000 personas trabajando a su servicio. Opel fue uno de las primeras marcas en establecer su propia compañía de seguros y banco, con el objetivo de ofrecer a sus clientes la financiación y acceso más fácil a este bien.
El primer vehículo producido en serie con carrocería monocasco de acero salió de las factorías de la firma del rayo, que patentó la técnica de “casamiento" (encaje del motor con la carrocería). "La fusión de 1929 fue una decisión basada en la clarividencia empresarial. La historia ha demostrado que solamente se puede tener un papel destacado en la industria del automóvil formando parte de un importante grupo internacional de compañías". Carl-Peter Forster, presidente de Adam Opel AG. El modelo Kadett (en la imagen uno de los primeros, 1936) fue uno de los más significativos de la firma. Se ensambló entre 1936 y 1991 hasta que fue sustituido por otro modelo de no menos importancia, el Astra, del cual estos días se presenta la tercera generación. Opel es uno de los fabricantes que dispone de modelos adaptados a cada uno de los segmentos: Agila y Corsa –entre los más pequeños-, Astra, Vectra, Omega y Signum –entre compactos y berlinas medias y altas-, Speedster –roadster-, Frontera –todo terreno-, Zafira y Meriva –monovolúmenes- y Combo –vehículos industriales-.
Uno de los tradicionales objetivos de la marca ha sido el desarrollo de tecnología con el fin de reducir las emisiones contaminantes, por una parte, o bien para aumentar la seguridad activa y pasiva en los coches, por otra. Lo más importante de estos desarrollos es que se han intentado incluir en toda la gama de automóviles.
En los últimos años, la firma ha atravesado por un bache económico que la llevó en 2002 a proyectar y ejecutar el Plan Olympia, que acabó con más de 1.500 empleos en las diferentes plantas de la marca.
Opel tiene un centro de Desarrollo Técnico en Rüsselheim y varias factorías de producción repartidas por el mundo (Eisenach en Alemania, Glowice en Polonia, Rayong en Tailandia, Shangai en China y Figueruelas en España, entre otras).