Nuevo rumbo para DaimlerChrysler en 2006

El grupo automovilístico DaimlerChrysler comienza el año con nuevo presidente y buenos propósitos: lograr un beneficio de 9.000 millones de euros en 2008.

DaimlerChrysler tiene nuevo máximo responsable, Dieter Zetsche, que sustituye en el cargo al Jürgen Schrempp, quien deja el puesto tres años antes de lo previsto. Lo cierto es que la gestión de Schrempp no ha sido todo lo brillante que se esperaba, ya que el grupo ha sufrido un importante retroceso tanto en ventas como en beneficios.

El nuevo máximo directivo es Dieter Zetsche, que ya ha sido presidente de Chrysler y de Mercedes-Benz. En ambas marcas ha utilizado la mano dura despidiendo a varios miles de trabajadores y cerrando diversas factorías para enderezar las dos situaciones.

Pero no toda la gestión de Schrempp está en entredicho. De hecho, en su década de mandato ha llevado al grupo hacia el negocio de la automoción, dejando de lado y vendiendo las divisiones aeronáuticas, e internacionalizando mucho más la compañía.

También ha habido algunas lagunas en su mandato: se enfrentó al consejo de Dirección por la compra de un 37 por ciento de Mitsubishi –operación que se acaba de deshacer- y diversos problemas de calidad empañaron la impoluta imagen de marca que Mercedes-Benz tenía hasta ese momento.

Durante los próximos dos años, el nuevo directivo quiere un beneficio de 9.000 millones de euros. Para ello, previsiblemente ajustará la plantilla en sus factorías. Para ampliar mercados, DC ha pensado en Japón para distribuir allí sus mecánicas Diesel. En el grupo automovilístico saben que ese mercado no acepta bien los motores de gasóleo, pero consideran esta incursión como un importante reto. En Japón, la imagen de los motores Diesel es de suciedad, ruido y lentitud y desde DC quieren luchar contra ello. De hecho, en una reciente encuesta realizada por el diario Japan Times, un 95,4 por ciento de las personas preguntadas se manifestaban en contra de este tipo de motores.

El motivo parece sencillo. En Japón se venden los modelos de estas mecánicas más antiguos que, en efecto, son más ruidosos y contaminantes. La solución está en comercializar los motores más eficientes allí, ya que al público nipón no le importa pagar por calidad.