Tuning y Car Audio, los reyes
Primos de los dispositivos multimedia son los equipos de sonido, el famoso Car Audio. Motortec dedica esta vez un pabellón entero a los fabricantes y distribuidores de altavoces, etapas de potencia, amplificadores… La verdad es que entrar en ese pabellón supone una ruptura total con la tranquilidad que reina en el resto de la muestra. En este pabellón, el 2, la música a todo volumen impide casi hablar con alguien y las luces de colores y destellantes dominan el ambiente.
El auge que ha vivido el Car Audio en los últimos años tiene mucho que ver con el imparable fenómeno del tuning, la personalización extrema de los coches. Ambas variedades de la automoción tienen una presencia vital en esta edición de Motortec. Tanto es así que los recambios y accesorios tradicionales han dejado casi por completo su sitio a los nuevos reyes, los elementos de tuning. Ahora todo son llantas de aleación, alerones, spoilers, luces de colores, pomos de palancas en acero, lunas tintadas, cromados… Un mundo nuevo, lleno de ofertas cada vez más atractivas, de brillo y orgullo.
En el sonido hay verdaderas locuras. Beyma presenta en la feria sus nuevos altavoces XMax, unos altoparlantes que llevan todas sus piezas duplicadas (bobina, imán, cono…) y expulsan la friolera de 600 watios de sonido. A su lado se instala un amplificador a tono con ellos. El resultado son 2.700 watios que atruenan en el centro del pabellón a cualquiera que pase por allí.Como esto de Beyma hay más. Los aficionados disfrutarán con los terribles equipos que presenta Pioneer, por ejemplo, que lleva una furgoneta en la que todo son altavoces. Ana Bataller, de Beyma, explica que tienen dos tipos de clientes finales. Por un lado están los que piden cada vez más potencia. Estos suelen ser jóvenes, muchos de ellos aficionados a participar en esos tremendos concursos de sonido en los que gana el que logra el mayor número de decibelios. “Con 3.000 euros en equipo ya pueden concursar", dice Bataller.“Por otro lado", explica, “están los que buscan más calidad en el sonido". Este público, que se mueve en un rango de edad mucho más amplio, no necesita tanta potencia, sino un resultado más depurado, más fino.
En la misma línea, Francisco del Prado señala que los clientes buscan sobre todo diferenciar sus coches del producto original que compran, que consideran muy empobrecido. Del Prado cree que las tendencias más pujantes ahora mismo van por el lado de las pantallas, los reproductores DVD, etc. “Un cliente de gama alta se puede gastar hasta dos millones de pesetas en este tipo de equipamiento", explica.
El tuning arrasa en España. Es verdad que hace un par de años el sector vendía más, pero ahora vive su primavera. La personalización del coche se ha convertido casi en una religión y palabras como “tunear" están en boca de todos. ¿Macarras o estetas? Hay opiniones para todos los gustos, pero, hablando con los distribuidores de material para tuning, descubrimos mucho sobre sus “practicantes". El cliente fundamental del tuning y el Car Audio es un joven de entre 18 y 25 años que busca mejorar los equipos de sonido de su coche, lograr más potencia en su música y, después, poco a poco, va redibujando el exterior y el interior de su coche: alerones, llantas, unos neones, tapicería nueva… Al final se habrá dejado un dineral, pero tiene el coche de sus sueños. Hay verdaderas obras de arte rodantes. Otras… no tanto.
Pero también hay un cliente más refinado, como explica Francisco del Prado, de Medaljo Distribuciones. Este cliente, con más años y más dinero, busca otro tipo de tuning. Medaljo ofrece los servicios de preparación de Carlsson y, en Motortec, tiene expuesto un Mercedes Clase C en el que se han introducido una parrilla frontal, llantas, un interior distinto, un equipo de sonido de lujo y, sobre todo, una nueva centralita para lograr que el motor de 25 CV más. El resultado es una delicia: un verdadero deportivo, discreto pero muy bello. Eso sí: cuesta 3,5 millones de pesetas más de lo que costaba el coche en origen. Esto es el tuning, una fiebre que amenaza con trastocar para siempre el mercado de la automoción.