Madrid reordena su tráfico

El Ayuntamiento de Madrid acaba de aprobar la nueva Ordenanza de Movilidad para la capital, un documento que intentará gestionar el caótico tráfico de la capital. Sin embargo, lo que subyace al plan es un ataque frontal al uso del vehículo privado en Madrid.

El Ayuntamiento que preside Alberto Ruiz Gallardón mantiene desde el comienzo de su mandato una guerra contra el coche privado en la capital. A pesar de ello, ha planeado una faraónica obra en la M-30 para descongestionar la obsoleta vía, una actuación que podría parecer dedicada al bienestar de los conductores.

Nada más lejos de sus propósitos. Gran parte de esta infraestructura va a ser pagada con las multas procedentes de los radares que salpican la capital y por la recaudaciones de las zonas de aparcamiento de regulado.

De hecho, la nueva ordenanza contempla la posibilidad de que todas las calles de Madrid sean susceptibles de pertenecer a la red de áreas de aparcamiento regulado. El nuevo documento prevé cinco áreas diferenciadas: alta rotación, sanitaria, comercial, espectáculos públicos y prioridad residencial.

Las zonas estarán pintadas de azul en todos los casos (visitantes), excepto las del área de prioridad residencial (residentes, en verde). Lo que variará son los tiempos máximos de estancia, los horarios y las tarifas en cada caso.

Se prevé que en las áreas de alta rotación sólo se pueda aparcar durante un máximo de 30 minutos; las de ámbito sanitario y las de espectáculos amplían el límite hasta las cuatro horas; en los ejes comerciales sólo se podrá aparcar una hora y media; en las zonas residencias sólo pueden estacionar los residentes. De esta forma, se restringe el paso a los visitantes. Las plazas para residentes se verán incrementadas. La ordenanza indica que entre un 55 y un 75 por ciento de ellas se destinarán a residentes. Además de estas actuaciones, la nueva ordenanza apoya el trabajo de los agentes de Movilidad (creados en enero de 2004) y potencia la figura de los trabajadores empleados en la regulación de las zonas de aparcamiento regulado. Sólo de esta forma, el Consistorio de la capital conseguirá atajar conductas ya sancionadas en el reglamento de conductores pero que aún no se habían incorporado a la reglamentación municipal: uso de teléfonos móviles, sistemas de retención infantil, etc.

Pero no sólo se potenciará a las personas. Los medios técnicos (radares), denominados por el ayuntamiento “agentes virtuales" potenciarán, según un comunicado de la Casa de la Villa, “la rapidez y la eficacia de otras medidas no estrictamente sancionadoras". Objetivo: favorecer la rotación de vehículos en los barrios comerciales.