Los transportistas por carretera tanto de viajeros como de mercancías, los agricultores y los taxistas han puesto el grito en el cielo ante la subida de los impuestos sobre los combustibles prevista para el primer día del año que viene.
Asintra, representante de la patronal del sector de transporte de viajeros por carretera, ha declarado que esta subida supondrá un coste extra anual de 270.000 pesetas para cada vehículo. Es decir, que una empresa dedicada a esta actividad deberá asumir unos costes mayores, con un suplemento de casi un 1,5 por ciento.
Los transportistas de mercancías están aún más molestos, ya que sienten que el Gobierno ha traicionado el espíritu del acuerdo al que llegaron los representantes del sector con la Administración para mantener la competitividad de esta actividad, tan vulnerable a los saltos de los precios de los carburantes.
Desde Conetrans se ha declarado que es ilógico que siempre se utilice su sector para "llenar agujeros económicos" y que "el Gobierno ha incumplido una vez más su promesa de defender al sector, sobre el que recae, una vez más, la financiación de servicios públicos generales, en este caso el de la sanidad, sin olvidar que la Seguridad Social viene arrojando superávit durante los últimos cinco años".
La otra asociación que representa a la patronal del sector, Fenadismer, ha realizado declaraciones en el mismo sentido y ha propuesto la puesta en marcha de un plan de protestas contra esta medida y que dejen clara su oposición a este nuevo incremento de los impuestos de los carburantes. Además, se sientes discriminados, ya que el gravamen no se impondrá para "la marina mercante, la aviación civil ni para el ferrocarril".
Otro sector en guerra es el agrícola, que ya ha anunciado movilizaciones si no se crea un gasóleo profesional agrícola. Según COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos), el sector agrario tendrá que gastarse 38.719 millones más de los previstos durante el próximo quinquenio. Además, esta organización ha insistido en que el plan que se firmó con Agricultura ha sido un "fracaso", ya que no se ha controlado el precio del gasóleo y los créditos concedidos sólo cubren el 25 por ciento de lo que solicitaron los agricultores.
Los taxistas, por su parte, calculan que al año cada uno de ellos tendrá que gastar 65.000 pesetas más en combustible.
En cuento a los gasolineros y a las petroleras, se reunirán el miércoles con representantes de la Agencia Tributaria para ver cómo se aplicará la subida y en qué forma afectará al usuario final. Según la Asociación de Operadores Petrolíferos, este impuesto "se va a comer" una cuarta parte de la bajada de los precios de los últimos dos meses".
Las respuestas no se han hecho esperar
El ministro de Hacienda, Cristobal Montoro, considera que este aumento en los impuestos no es más que una "actualización ineludible", ya que los gravámenes sobre los carburantes llevaban varios años congelados. Es más, Montoro considera que la repercusión en los precios finales va a ser muy moderada.
Montoro también ha opinado sobre la postura de las comunidades autónomas que no van a aplicar este impuesto, en la parte que les corresponde. El ministro ve con buenos ojos la postura de algunos gobiernos autonómicos del PP, como el de Murcia o el de Valencia, que han decidido no aplicar la subida, pero sí han apoyado la aprobación de la ley. Sin embargo, Montoro no dice lo mismo de los gobiernos socialistas, que no han respaldado la aplicación de la norma. Según el ministro, ahora no respaldan este decreto, pero con el tiempo lo aplicarán.
Otro de los aludidos en las protestas, Arias Cañete, ministro de Agricultura, no ve justificadas las protestas de los agricultores y ha dejado claro que no se aumentarán las ayudas al sector.