Desde ayer, cada litro de carburante cuesta un céntimo de euro más en casi todas las gasolineras madrileñas. El Gobierno regional ha sido el único que ha elegido aplicar el tramo autonómico –optativo- de un impuesto que servirá para financiar la red sanitaria de la comunidad.
Tan sólo las estaciones de servicio de las petroleras Cepsa y Shell (con 60 gasolineras en Madrid) escogieron aplicar el impuesto sobre sus beneficios, aunque, como han explicado sus portavoces, esto no significa que el precio no suba "en los próximos días".
Este incremento ha provocado las protestas de transportistas y puntos de venta. Alejandro Moratilla, vicepresidente de la Asociación de Empresarios de Estaciones de Servicio de Madrid, reiteró ayer su rechazo al gravamen, que supone "una discriminación" respecto a las provincias limítrofes. "Una empresa de transporte que circule por toda España y tenga seis vehículos se ahorrará, si reposta fuera de la región, unos 6.000 euros (un millón de pesetas) al mes", señaló.
Estos datos no parecen preocupar a Alberto Ruiz Gallardón, presidente de la Comunidad de Madrid, quien se mostró confiado en que los transportistas no comprarán combustible en las gasolineras de las provincias vecinas a la capital.
Además, Ruiz Gallardón insistió en que la repercusión de la nueva tasa será "mínima", ya que las diferencias de precios entre las distintas estaciones de servicio de Madrid llegan a superar los cinco céntimos por litro de carburante, según un informe presentado ayer por la Unión de Consumidores de España. Esto demuestra, según el presidente regional, que "los distintos importes en las gasolineras se deben a motivos diferentes" al nuevo impuesto.
Asimismo, Gallardón aseguró que el gravamen destinado a financiar la sanidad "no va a hacer de Madrid la comunidad con la gasolina más cara", pues "estamos en la franja media baja" del coste del combustible en el conjunto del país. Estas afirmaciones contrastan con el estudio comparativo realizado por el Ministerio de Economía, en el que se determina que la capital tiene el precio medio de venta al público de las gasolinas más alto de toda España.
La tasa autonómica del impuesto sobre ventas minoristas de los hidrocarburos supone la aplicación, este año, de una tarifa de un céntimo de euro por litro en las gasolinas y gasóleos de automoción y de 0,02 céntimos/litro en los gasóleos especiales y de calefacción. El recargo aumentara el año que viene a 1,7 céntimos y 0,04 céntimos, respectivamente, para ascender a 2,4 céntimos (carburantes) y 0,06 céntimos (gasóleos de usos especiales y calefacción) en 2004. Con este gravamen, la sanidad madrileña recibirá una aportación extra de 584 millones de euros (97.169 millones de pesetas).
El PSOE considera "injusta" la nueva tasa
Jesús Caldera, portavoz del Partido Socialista Obrero Español en el Congreso, ha afirmado que considera "una aberración" que el gasto sanitario sea soportado por los automovilistas. Además, tachó de "injusto" un impuesto que "es indirecto, ya que lo pagan en la misma medida las personas con renta alta y con renta baja".
El portavoz del PSOE recordó a Gallardón que el Grupo socialista ha recurrido la tasa ante el Tribunal Constitucional y, si éste le da la razón, exigirá al Gobierno regional que devuelva el dinero "a los madrileños perjudicados".
Ante estas declaraciones, el jefe del Ejecutivo autonómico manifestó que "quizá el señor Caldera ha tenido una falta de información al realizar estas declaraciones. El acuerdo sobre la creación de este impuesto, que se alcanzó en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, contó con el apoyo de los consejeros socialistas que representaban a las comunidades autónomas", añadió.