El Juzgado de Primera Instancia número 12 de Sevilla obliga a que le devuelvan el dinero íntegro (16.770 euros) al dueño de un coche con defectos de fabricación, a pesar de que el vehículo ya tenía más de 60.000 kilómetros. El dueño del coche –un Citroën Xsara Picasso- tuvo que acudir al taller en 13 ocasiones al detectar numerosos problemas: respuesta del pedal del acelerador, ruidos y chasquidos en las puertas y vibraciones localizadas tanto en el cofre del motor como, al frenar, en el volante y salpicadero. El propietario era socio de la Federación de Consumidores en Acción (FACUA). Como comenta dicha federación, la sentencia considera probado que "los defectos existieron y otros aún existen, que el vehículo entraba y salía del taller, que se produjeron montajes y desmontajes, y sustituciones de piezas sustanciales y que ello impide el normal uso y disfrute de quien compra un vehículo nuevo". Así, se justifica la aplicación, entre otros artículos referentes a las obligaciones y contratos, del 1.124 del Código Civil y los artículos 11 y 25 a 28 de la Ley 26/1.946, General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios.La marca ha recurrido el fallo. En la sentencia, el juez “valora más eficazmente" el informe pericial que aporta el denunciante que el realizado por la automovilística, ya que –según explica- su perito “se limita a circular con el vehículo una distancia de cinco kilómetros, manifestando no escuchar ruidos". En primer lugar, según Facua, “no hay que aguantarse". Desde que se compra un producto, si lo reparan y no queda bien, se tiene derecho a que te devuelvan el dinero. No tienen por qué obligarnos a hacer un vía crucis eterno entre diferentes talleres. Si nos niegan la devolución del dinero, Facua recomienda actuar ordenadamente. 1.- Siempre que nos hagan una reparación en el concesionario dentro del período de garantía tenemos que pedir copia del parte de reparaciones, donde se especifica qué se le ha hecho y qué le ocurría a nuestro vehículo. Este justificante es obligatorio y muy útil, ya que nos servirá de prueba para posteriores reclamaciones. 2.- Cuando emprendamos nuestras primeras acciones y reclamemos la devolución del dinero o el cambio del vehículo a nuestro concesionario, lo deberemos hacer por escrito. Lo mejor es pedir la hoja de reclamaciones del centro. En este punto, FACUA recomienda que no actuemos solos y que nos pongamos en contacto con alguna asociación de consumidores. 3.- Se establecerá un acto de mediación entre ambas partes. En él, se analiza qué ha ocurrido con el vehículo y, en caso necesario, se ponen directamente en contacto con la marca para solicitar la reparación definitiva del vehículo (un acto que se controla con un peritaje independiente). Para este paso hay que acudir a un sistema arbitral de Consumo. 4.- Si la mediación de Consumo fracasa, es el momento de probar con la vía administrativa. Para ello, necesitamos un peritaje independiente que nos certifique qué le ocurre al vehículo (este paso se puede obviar si se han guardado todos los partes del taller). Llega el momento de poner una reclamación ante la administración de Consumo de nuestra comunidad autónoma. 5.- Después de esto, si el resultado no es el esperado, el consumidor puede acudir a la vía judicial. Hasta ahora, la mayoría de los casos más difíciles acaban en los juzgados. Antes de poner un vehículo a la venta, el fabricante construye diez prototipos que deben superar unas pruebas de homologación con validez en todo el territorio comunitario. En nuestro país las realiza el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), que actualmente depende del Ministerio de Defensa. Es el único control oficial que pasan los coches. Se homologan tipos determinados, que sirven para diversas variantes: con distintas ruedas, con diversos acabados... Las diferentes piezas que integran un coche han tenido que pasar a su vez sus respectivas homologaciones. Si el fabricante varía los elementos que se han incluido en dicho examen (añade una nueva carrocería, varía la distancia entre ejes, hace retoques en la suspensión...), tiene que solicitar la extensión de la homologación correspondiente. Hecho esto, es el momento de que las cadenas de montaje se pongan a trabajar. Las marcas, por su parte, realizan un examen aleatorio para comprobar cómo son sus procesos de producción. Este análisis es voluntario y varía considerablemente según la firma: Bentley, por ejemplo, muestrea el cien por cien de sus vehículos, mientras que otras automovilísticas sólo examinan el 2 por ciento de las unidades que producen. La FACUA sostiene, por tanto, que en este proceso se pueden escapar muchos modelos con defectos.
Los defectos de fabricación no prescriben
Un juez ha decidido que devuelvan el dinero a un conductor con un coche con más de 60.000 kilómetros por defectos de fabricación. Todas los fabricantes –sea cual sea el producto- tienen fallos. Si tú eres uno de los que se ha llevado el “garbanzo negro", te decimos cómo reclamar.
