A veces, el peligro va dentro de nuestro coche. Se llama sueño y está detrás de un buen número de accidentes. La Unión Europea participa en varios proyectos para acabar con las “cabezadas" al volante, un peligro que, según sus datos, está presente en un 30 por ciento de los accidentes. En Bruselas pudimos conocer algunas de estas iniciativas y nos percatamos de lo cerca que estamos ya de erradicar para siempre estos males.
El más completo de estos trabajos es Sensation, un programa que engloba a una treintena de centros de investigación, universidades y empresas. Entre todos, han logrado definir con precisión cómo se produce el sueño y cómo afecta al conductor. A partir de ahí, han empezado a desarrollar un sofisticado sistema de vigilancia que debe ser capaz de detectar la aparición de los síntomas del sueño y la fatiga en el conductor.
A partir de esos datos, los participantes desarrollarán 17 microsensores y 2 nanosensores que servirán para monitorizar la actividad cerebral y ocular de los conductores. Con la información que aporten, se describirán los trastornos relacionados con el sueño al volante.
En Ginebra ya pudimos ver un prototipo que consta de unas pequeñas cámaras que “vigilan" continuamente los ojos del conductor y los comparan con la información de una base de datos. Si el sistema detecta alteraciones, se produce la alarma. Además, no sólo se buscan trastornos del sueño, sino también pérdidas de atención y despistes, con lo que los sensores son capaces de interpretar los movimientos de los ojos y evaluar si se apartan demasiado de la carretera.No estaban en Bruselas, pero merecían estar. Un grupo de investigadores de la Universidad de Alcalá de Henares, en Madrid, acaban de presentar el primer sistema español de visión para coches.
El dispositivo, que, según dicen sus creadores, será un 50 por ciento más barato que los ya existentes, consta de una serie de cámaras de vídeo que se ubican en el frontal, en el espejo retrovisor y en el salpicadero del coche. Estos “ojos" captan la presencia de señales de tráfico, peatones o cualquier otro obstáculo, registrando las imágenes y analizándolas a través de un ordenador. También pueden detectar si el coche se sale del carril o si el conductor se está durmiendo. Si se localiza un potencial peligro, los aparatos advierten a los ocupantes.
Por ahora, el sistema sólo se ha desarrollado para cubrir un riesgo a la vez, de forma que los posibles usuarios deberían elegir si montan una cámara que “busque" obstáculos,
una que vigile el carril o una que monitorice su estado de alerta.
Otra propuesta española es el plan Autopía que, desarrollado a medias entre el CSIC y Citroën, ha creado un coche capaz de viajar sin conductor. Se llama Clavileño y ya hablamos de él hace unos meses. Aquí tienes el reportaje que publicamos entonces sobre el proyecto Autopía
. No te pierdas el sorprendente vídeo que hicimos.
Por cierto, en las últimas semanas, Clavileño ha avanzado mucho en sus capacidades. A los muchos sensores que ya tenía, se unen dos cámaras de vídeo que añaden visión estereoscópica (con dos cámaras, como si fueran dos ojos) y son capaces de identificar obstáculos o peatones.
Bosch, uno de los grandes fabricantes de componentes para automoción, no ha querido quedarse fuera de este emergente campo de la mejora de la visión para los coches. Dentro del programa i-Cars, la casa alemana presentaba su Night Vision, un interesante dispositivo que mejora la visión nocturna del conductor.Lo que ha hecho Bosch es montar cámaras de infrarrojos que “barren" un área de 150 metros por delante del vehículo. Los rayos infrarrojos detectan el calor que emiten los objetos y pueden crear una “imagen térmica" de lo que hay alrededor. Así, pueden detectar la presencia de seres animados en movimiento, como personas o animales, y mostrarlos en una pantalla.
Durante la presentación en Bruselas, exhibían el dispositivo con dos grabaciones de vídeo. En una se veía lo que ve un conductor circulando de noche y sin ayudas. En la otra, se apreciaba lo que captaba la cámara de infrarrojos. Pudimos comprobar que, con malas condiciones de visibilidad, el ojo humano deja escapar muchísima información que la cámara no perdona.
Además, al rastrear una zona mucho más amplia que lo que alcanza el haz de luz de los faros de un coche, la cámara puede anticipar bastante la llegada de vehículos, animales o peatones.
Fiat también trabaja en un equipo similar, en este caso dentro del programa EDEL de la Unión Europea. El sistema de Fiat, muy reducido en tamaño, trabaja con cámaras de infrarrojos para el largo alcance. En cambio, para el corto, utiliza directamente los faros del coche. Las ópticas se han modificado para que emitan también luz infrarroja, de forma que una simple cámara digital (con tecnología CMOS) pueda captar las imágenes mejoradas por los infrarrojos.En esta línea de mejorar la visión de los coches, Fiat también ha desarrollado un interesante proyecto que se enmarca en un gran programa europeo denominado COMUNICAR. Esta iniciativa fomenta el desarrollo de sistemas que mejoren la comunicación entre el coche y el conductor. Se trata, sobre todo, de optimizar el flujo de información que el humano recibe en las diferentes condiciones de circulación.Fiat, a través de su Centro de Investigación, ha desarrollado un interfaz de comunicaciones que se adapta a las situaciones cambiantes de la conducción y ofrece los datos más necesarios en cada momento. Así, lo han adaptado para un proyecto denominado Infonebbia, que, en italiano, significa información en la niebla. Lo que han hecho es un vehículo de seguridad, un “safety car", para zonas con mucha niebla. El coche, comunicado por radio con una central y dotado de radares para evitar las colisiones, enciende luces de emergencia especiales que alertan al resto de vehículos de su presencia. La idea es “agrupar" a los demás coches y guiarlos entre la niebla a una velocidad prudente.