Los ayuntamientos frenan la expansión de gasolineras en los "hiper"

Hace dos años el Gobierno aprobaba un Real Decreto que permitía a las grandes cadenas de hipermercados contar con sus propias gasolineras. Esto, que en teoría fomentaría la competencia y haría bajar los precios de venta de los combustibles, se está encontrando con grandes dificultades, sobre todo por parte de los ayuntamientos.

La intención del Ejecutivo cuando aprobó el Real Decreto 6/2000, que establece que "los establecimientos que tengan la consideración de gran establecimiento comercial incorporarán entre sus equipamientos, al menos, una instalación para el suministro de productos petrolíferos a vehículos", era la de aumentar la competencia interna en el sector de la distribución de productos petrolíferos y una bajada de los precios finales. Los hipermercados consideran una gasolinera como un servicio más al cliente y pueden permitirse el lujo de comercializar sus combustibles a menor precio, ya que su estrategia se basa en vender muchos más litros, hasta el doble, que una estación de servicio normal.

Dos años después de esta normativa, las resultados no son tan alentadores como cabía esperar. En la actualidad, las tres grandes cadenas de hipermercados de nuestro país (Carrefour, Alcampo y Eroski) tienen abiertos 209 centros y solamente han puesto en marcha 63 estaciones de servicio entre las tres: Carrefour 31, Alcampo 13 y Eroski 19.

Bien es cierto que lograr una gasolinera por cada centro comercial es casi imposible por meras cuestiones de superficie, aunque también es bastante claro que los hipermercados quieren abrir bastantes más de las que tienen. En Carrefour lo tienen claro: "tendríamos más abiertas, si no fuera porque las autoridades locales no nos dan las licencias necesarias".

Y es que, según fuentes del sector, los problemas que están poniendo las administraciones locales son la principal dificultad que se están encontrando los hipermercados para inaugurar nuevas gasolineras. Por ejemplo, Carrefour tiene en la actualidad ocho proyectos paralizados por inconvenientes burocráticos, entre ellos, dos procedimientos contencioso administrativos.

Alcampo y Eroski también están sufriendo los rigores de las administraciones. Así, la primera tiene ocho proyectos en trámite y en seis de ellos está encontrando dificultades a la hora de lograr las licencias necesarias. Eroski tiene tres licencias paralizadas.

Los empresarios tradicionales del sector, ante los perjuicios que puede ocasionarles la expansión de gasolineras en hipermercados, están presionando con todas sus fuerzas a los diferentes consistorios con el fin de que pongan todas las trabas legales posibles para evitar la concesión de las deseadas licencias.