Fieles al espíritu de renovación total que han impreso en cada detalle de estos IS, en Lexus no han dejado pasar la oportunidad de colocar dos nuevos motores, los únicos que, por ahora, ofrecerá la gama.
En gasolina, estrenan un 2.5 V6 de 208 CV y 25 mkg. Es un motor de inyección directa, el primero que tiene Lexus, y tiene también el sistema VVT-i de control variable de la apertura de las válvulas. Es un motor muy sofisticado, construido sobre un bloque de aluminio y una elaboradísima culata de 24 válvulas. Su sistema de inyección directa utiliza mezcla pobre para las fases más delicadas de la combustión, como el arranque en frío, momento en que el consumo y la contaminación son siempre muy altos. El sistema reduce la temperatura de la mezcla en la admisión, con lo que puede aumentar la relación de compresión. Además, en frío, se inyecta siempre cuando el pistón está en fase de compresión, lo que calienta más los gases de escape y facilita que el catalizador alcance antes su temperatura óptima de trabajo. Explican en Lexus que han introducido válvulas especiales para controlar el “remolino" de aire que entra en las cámaras de combustión. También han realizado un tallado especial de la cabeza del pistón, de modo que la mezcla circula por la cámara de una forma determinada y se sitúa exactamente donde es preciso: delante de la bujía. Cuando se utiliza el motor en regímenes altos o a mayor temperatura, la inyección directa vuelve a ser de mezcla convencional, o estequiométrica. Aun así, el sistema de apertura variable de válvulas permite moderar el consumo y ajustarlo a las exigencias de cada momento.
En marcha, hemos encontrado un motor muy enérgico, ágil, capaz de estirarse hasta muy arriba y de reaccionar con rapidez a la acción del acelerador. Es muy poco ruidoso y resulta muy noble al empujar, sin brusquedades. Con esta máquina, el Lexus IS 250 alcanza una velocidad punta de 230 km/h, con una aceleración de 0 a 100 km/h de 8,4 segundos, una muy buena marca. Además, destacan sus moderados consumos: 9,8 litros a los 100 km, una más que aceptable cifra para un motor de 2,5 litros.
El motor Diesel, la gran novedad por ser el primer motor de gasóleo de la casa, es el mismo 2.2 de 177 CV que en Toyota se llama D4-D. Su enorme cifra de potencia está en consonancia con el par motor, que arroja 44 mkg, un nivel altísimo.
Estructuralmente, el motor se ha construido sobre una base de cuatro cilindros con bloque fundido en aluminio y utiliza un sistema de inyección directa por common rail de tercera generación. Este complejo equipo inyecta el gasóleo con una presión de 1.800 bares a través de inyectores piezoeléctricos de 10 orificios cada uno. El resultado es un control exhaustivo del proceso, con un total de cinco inyecciones por ciclo. Ruidos, vibraciones y emisiones contaminantes se han reducido al mínimo, tanto que el coche cumple sin problemas los requisitos de la Euro IV. Para ello, cuenta también con un sistema catalítico de reducción de óxidos nitrosos y de partículas contaminantes, con lo que puede alardear con motivo de ser uno de los Diesel más respetuosos con el medio ambiente. Incluso su consumo lo es, pues sólo gasa una media de 6,3 litros a los 100 km, según los datos que nos ha dado Lexus.
Con este corazón, los IS alcanzan los 215 km/h y cubren el 0-100 km/h en 8,9 segundos. Al volante, el motor destaca por su refinamiento de marcha, aunque quizá lo esperábamos un poco más silencioso de lo que es. Destaca por sus magníficos bajos, pues hay empuje desde casi las 1.000 rpm, con una impresionante pegada a partir de las 2.000. Sin embargo, lo que más llama la atención no es su patada, que no tiene tanta, sino su facilidad para alcanzar altas velocidades. Con este motor, el Lexus IS es realmente rápido, un Diesel rapidísimo.
Los motores descritos se ofrecen únicamente con dos cajas de cambio: automática de seis relaciones para el IS 250 y manual, también de seis marchas, para el IS 220d. Esta oferta puede parecer algo escasa, pero, según los responsables de Lexus, es la que mejor cubre sus previsiones de demanda.
La caja automática admite también el manejo secuencial, aunque el sistema tiene más control sobre los desarrollos que el conductor. Admite bastante bien las reducciones, pero, subiendo marchas, el cambio decide más que el piloto. Eso sí, hay levas detrás del volante para hacer más cómodo y deportivo el manejo secuencial. Por lo demás, es una caja bastante rápida, sin grandes saltos a la hora de cambiar y con unos desarrollos bien ajustados para las posibilidades del motor.
Precisamente los desarrollos son un punto poco agradable de la caja manual, que parece dotada de relaciones un tanto largas para el enorme caudal de fuerza del motor Diesel. En otros mercados, asociados al acabado Sport (que también lleva suspensión reforzada) se incluirán cajas de cambios con desarrollos más cortos. Sin embargo, esta opción no estará disponible todavía en España.