¿No eran los Diesel los responsables de todos los males, como nos intentan hacer ver desde las altas esferas del Gobierno? Desde que la Ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, dijo en el Congreso que “el Diesel tiene los días contados", os hemos venido explicando en detalle la situación real y actual del gasóleo. Puedes recordar cómo te contestábamos a la pregunta “¿Es tan malo el Diesel como lo pintan?" o cómo te contábamos que “Los nuevos y futuros Diesel son los más limpios de la historia".
El Diesel vive un momento complicado en cuanto a ventas, no así en lo que a desarrollo tecnológico se refiere. Y esa caída en matriculaciones, aunque podáis pensar lo contrario, tiene efectos negativos como ha dejado ver Faconauto (Federación de Asociaciones de Concesionarios de la Automoción). A través de la consultora MSI, hemos conocido que las emisiones medias de dióxido de carbono (CO2) de los vehículos nuevos que se han vendido en España desde enero hasta junio del 2018 han sido de 116 gramos por kilómetro recorrido. Esto se traduce en un incremento de 2 gramos respecto a la media del primer semestre del año anterior.
Entonces, ¿realmente estamos llevando el foco del debate acerca del Diesel y de las emisiones por el lado correcto? ¿Es realista toda la polémica que ha surgido en base a las palabras de la ministra? "Puede ser contraproducente para el objetivo común, que es alcanzar una movilidad sostenible y en el que el sector es el primer interesado y está absolutamente involucrado", dicen desde Faconauto.
¿Por qué han subido los niveles de CO2?
La razón está clara: la caída de ventas de coches Diesel, que a día de hoy representa el 37 por ciento del mercado, por el 56 por ciento de los coches de gasolina, tras sufrir una caída del 18,3 por ciento hasta junio, en el caso de los primeros, y un aumento del 35 por ciento, en el caso de la gasolina. Ya en 2017 se vivió esta misma experiencia, tras subir esta cifra media por primera vez en 10 años. Ahora, la tendencia continúa. Además, hay que tener en cuenta que, a nivel de emisiones de CO2, los Diesel actuales emiten menos que los coches de gasolina.
El crecimiento de las ventas de SUV también podría tener la razón de ser de estas cifras. Hay que recordar que este tipo de vehículos es, por norma, más grande y más pesado que un turismo equivalente, lo que se traduce en un mayor consumo y, por ende, en una mayor cifra de emisiones de CO2. Suma cada nuevo SUV en el mercado, y repercutirá en un total de emisiones medias de CO2 al alza.
¿Qué se puede hacer para invertir la tendencia?
Está claro que la cifra de emisiones de CO2 tiene que reducirse. La Unión Europea va rebajando el techo a los fabricantes para que reduzcan las emisiones de sus coches hasta los 95 gramos por km para el año 2021 y hasta los 66 gramos para el próximo 2030. Las marcas se ponen las pilas y sus últimos vehículos Diesel se consideran “esenciales" para alcanzar los objetivos climáticos y la descarbonización del transporte, como nos recuerdan desde Faconauto.
Hay que llegar al problema de raíz, que en realidad está en los Diesel más antiguos. Eso pasa por rejuvenecer el parque automovilístico y apostar de una vez por todas también por los vehículos alternativos. Híbridos, híbridos enchufables, eléctricos o coches a gas pasan o quiere ser ya una alternativa real, pero la falta de infraestructura y el desconocimiento por parte del público impide que el “sector verde" avance. Los primeros representan sólo el 5 por ciento de las nuevas matriculaciones, por el 0,3 por ciento de los eléctricos y el 0,9 por ciento de los coches propulsados por gas (GNC o GLP).
"La llegada real al mercado de los alternativos será también clave para lograr reducciones significativas de CO2 más allá de los niveles de 2020, pero pasa por la disponibilidad de la infraestructura de recarga. Al respecto, el liderazgo de las administraciones públicas para intensificar las inversiones en infraestructuras no está siendo suficiente, a pesar de ser determinante, como sí ocurre otros países de nuestro entorno". Son palabas de Gerardo Pérez, presidente de Faconauto, que además insistió en que “habría que ir a la raíz del problema, que es un parque automovilístico muy antiguo y contaminante, y propiciar la solución, que pasa por facilitar que se achatarren esos coches viejos, por una nueva fiscalidad 'verde' del automóvil y porque las administraciones públicas se tomen en serio la implantación de los vehículos alternativos".