Las recetas de la abuela

Restaurar un vehículo clásico es una de las tareas más apasionantes a las que se puede enfrentar un amante del mundo del motor.

Antes de ponernos manos a la obra con la restauración de un clásico, hay que tener en cuenta ciertas cosas. Por ejemplo, hay que desechar la idea de que el vehículo va a ser restaurado o lo vamos a restaurar nosotros en el mismo tiempo en el que una cadena de reparación de vehículos hace el cambio de aceite de nuestro coche, mientras compramos en el hipermercado. El tiempo en la restauración de un clásico es un factor esencial. Puesto que la mayoría de las labores son artesanales, es muy difícil calcular el tiempo que vamos a emplear en, por ejemplo, desmontar el vehículo. Otro de los aspectos que hay que valorar la finalidad de nuestra restauración. ¿La labor tiene un objetivo estático o dinámico? Es decir, cuando terminemos de reconstruir el modelo, ¿lo vamos a tener de adorno o además vamos a pasear con él? Por lo general, los usuarios que deciden comprar un vehículo clásico lo hacen para poder utilizarlo, dentro de la medida de lo posible, claro. Una vez que hemos decidido dar un paso adelante y restaurar un vehículo, hay que elegir entre hacerlo nosotros mismos, paso a paso, o bien mandar que un taller especializado se ocupe del trabajo. Si elegimos la primera opción, debemos aprovisionarnos de las herramientas e información necesarias. Si, por el contrario, decidimos que sean unos profesionales los que lleven a cabo el trabajo, tenemos que elegir cuidadosamente el taller al que lo llevaremos. En España, hay muy pocas instalaciones que se dediquen de manera exclusiva a esta actividad. Autopista Online ha tenido la oportunidad de charlar con el responsable de un taller de restauración en Boadilla del Monte (Madrid). Ignacio Pueche nos recibió en su local y nos explicó cómo se trabaja en sus instalaciones.

Sin embargo, nosotros nos vamos a centrar en el primer caso: queremos restaurar nosotros mismos nuestro propio vehículo. Si enumeramos las fases por las que pasa la restauración de un automóvil, veremos que son relativamente pocas. Sin embargo, esta apreciación está muy alejada de la realidad, debido a lo manual de la actividad.

No es nuestro ánimo realizar un manual exhaustivo de restauración, tampoco sería posible: “Se necesitaría un libro para ello", en palabras de los integrantes de la revista Motor Clásico. Vayamos pues, poco a poco, con las claves en la restauración de un clásico. Lo primero que hay que hacer es buscar información acerca del vehículo. Para ello, se puede recurrir a las bibliotecas de las escuelas de Ingeniería Industrial, a librerías especializadas, como Libro Motor, o bien a revistas especializadas del sector, como la mencionada Motor Clásico, o a los diferentes catálogos de las empresas de recambios.

Cuando ya hemos acumulado suficiente información, es necesario hacerse con un bloc de notas y con una cámara fotográfica. ¿Para qué? Pues, según el restaurador Carlos Mosquera, es muy importante dejar constancia de cómo estaba el vehículo antes de la restauración, no sólo para presumir después de la operación de lavado de cara, sino también para saber dónde va cada pieza en caso de que haya dudas.

Y después de tanto papel, un poco más de documentación. En esta ocasión es imprescindible hacerse con los permisos de la Dirección General de Tráfico, para que nuestro vehículo pueda circular. Habrá que darlo de alta si está dado de baja, habrá que preparar los papeles de la inspección técnica de vehículos, etc. Para realizar este papeleo, hay que ponerse en contacto con la Dirección General de Tráfico y con el ayuntamiento de la localidad (hay consistorios que eximen a los vehículos clásicos de pagar determinados impuestos).

Paciencia.