La seguridad de los niños en los autocares, en entredicho

Hace más de un año que se cambió el reglamento que rige el transporte escolar. Se acababa con una ley obsoleta que se remontaba a 1983. Sin embargo, el número de accidentes que sufren estos vehículos no ha cesado: el sábado pasado, un nuevo siniestro en Madrid elevó a 165 el número de niños muertos en autobuses en los últimos 25 años.

La seguridad de los niños en los autocares, en entredicho
La seguridad de los niños en los autocares, en entredicho

Un taxi, un camión de mercancías peligrosas y un autocar de transporte escolar se vieron implicados en un accidente el pasado sábado en la madrileña M-30. Tras abrírsele el capó de forma inesperada, el taxi frenó repentinamente, obligando al camión cisterna que le seguía a realizar una brusca maniobra. Este vehículo cisterna -que transportaba 15.000 litros de gasóleo de calefacción- impactó con el lateral del autobús, una colisión que causó la muerte a una niña de 10 años y heridas de gravedad a otras dos.

Desde hace 25 años, los autobuses dedicados al transporte escolar han estado muy presentes en las primeras páginas de los medios de comunicación. En estos años, han muerto 165 niños en estos vehículos. Sin embargo, fue en el año 2000, tras el terrible accidente de Soria donde murieron 23 jóvenes, cuando se decidió cambiar una normativa que llevaba vigente más de 17 años (desde 1983).

Un nuevo Real Decreto - aparecido en abril de 2001 - establecía que cada niño debía viajar en un asiento (antes se permitía que hasta tres pequeños fueran sentados en dos butacas) y, en el caso de que el 50 por ciento de los ocupantes tengan menos de 12 años, tendrían que ir acompañados por un adulto.

También se acordó que los autobuses dedicados a este tipo de transporte no podrían superar los 16 años de antigüedad y se hacía hincapié sobre las condiciones técnicas que tenían que cumplir (debían incorporar estabilizador de velocidad, acceso para discapacitados, barras de sujeción, superficie plana…).

Sin embargo, pasado un año, todavía quedan muchos flecos pendientes sobre la seguridad de los más pequeños. Nada más salir el nuevo reglamento, diversas asociaciones de padres decidieron crear la "Plataforma por la Seguridad del Transporte Escolar", porque consideraban que la nueva ley "es decepcionante y repleta de trampas".

Según alegaban, se daba mucho tiempo de margen para que las empresas adecuasen sus vehículos y se seguía manteniendo una duración máxima del viaje a su juicio excesiva: una hora.

Además, denunciaban que –al establecer un acompañante para los menores de 12 años- los niños de los pueblos quedaban desprotegidos, ya que son los alumnos de secundaria (entre 12 y 16 años) de estas zonas los que más se desplazan.